Histriónico, el abogado penalista retirado Gustavo Salle (66), llama la atención en Montevideo desde hace por lo menos siete años. Denunciador serial de todos los gobiernos -en presentaciones que no prosperan-, se encadenó a un monumento para oponerse al acuerdo de Uruguay con las pasteras, es un declarado antivacunas y cataloga a Javier Milei como «agente del Mossad».
Su figura cobra relevancia porque logró dos bancas en la Cámara de Diputados de Uruguay, que pueden ser clave para conseguir una codiciada mayoría a la que no llegó el Frente Amplio ni la coalición de gobierno. El FA quedó con 48, la Coalición con 49 y Salle, con su partido Identidad Soberana, las dos restantes.
Nacionalista y «antiglobalista», se define como un crítico del «sionismo, la masonería, el jesuitismo y el narcotráfico». Su imagen se asocia a un megáfono, con el que suele llamar la atención y también criticar a los políticos a los que llama narcocorruptos. Este domingo se presentó como candidato a presidente, primer senador y primer diputado. Con el 2,69% (64.735 votos), arañó una banca en la Cámara alta y logró las dos de Diputados, donde estará acompañado por su hija Nicole (41), odontóloga.
Afecto a las declaraciones grandilocuentes, aseguró que entró a la «cueva de los vende patria». En plena campaña electoral fue invitado a un programa de televisión donde asegura que le hicieron una «celada», donde un periodista al que califica de «alcahuete del poder» que lo llamó «bufón con megáfono». Se paró de su silla, empezó a gritar, la conductora intentó moderar y debieron ir al corte comercial. El episodio se viralizó y tuvo una gran repercusión.
Este lunes a la noche, a 24 horas de haber conseguido dos bancas en la Cámara de Diputados atiende a Clarín en una pizzería y recuerda el episodio que lo catapultó. «Me vino al pelo, el pararme prácticamente lo tenía decretado que iba a armar lío», reconoce. Aunque sabe que 2,69% es un porcentaje menor, destaca que es «la cuarta fuerza», y remarca que en la anterior elección presidencial, cuando fue por otro partido, había sacado el 0,8%.
«Los políticos aquí en el Uruguay evitan decir la verdad de cómo funciona el sistema mundo, como en su momento lo dijo Cristina Kirchner. ‘Creen que yo tengo poder, pero en realidad yo no tengo poder, a lo sumo un 25%», dijo y se equivocó, se fue 20%. Los gobernantes como mucho tienen un 5%, todo lo otro viene decretado por los organismos multilaterales de crédito, los acreedores, la banca privada, los fondos de inversión y todo el que te presta plata», afirma Salle.
«Cuando tengo este discurso denunciativo de esta situación del sistema mundo los periodistas alcahuetes me tratan de loco, conspiranoico, como que la historia de la humanidad no haya sido la historia de las grandes conspiraciones. Ando mucho en los medios y eso hace que me tilden de conspiranoico, lo cual para mí es una satisfacción, un orgullo», sostiene el abogado que vive en Carrasco, una de las zonas más exclusivas de Montevideo, a una cuadra de la rambla.
Durante su campaña solía usar el latiguillo «cleptocorporatocracia«, para hablar del gobierno de Uruguay como manejado por corporaciones ladronas. Desde las redes sociales lo apodaron «viejo loco», algo que usó en un pegadizo jingle con una cumbia: «Tenes que votarlo para que rompa bien las bolas. Políticos criminales, periodistas cobardes, se llenan los bolsillos mientras la gente muere de hambre, vota el viejo loco».
Detalla que la campaña electoral le costó 210 mil dólares, «Tenía 50 mil dólares de la elección anterior y después con prestamos reembolsables de los candidatos a diputados. Cuando cobre la plata del Estado por los votos, les devuelvo», dice aunque se opone a que lo pague el Estado, pero lo usa porque es legal.
Adelanta que no apoyará a ni al frenteamplista Yamandú Orsi, ni al oficialista Álvaro Delgado para el balotaje.
Se opone a lo que llama «ideología de género», a la forestación y celebró como un «Maracanazo sanitario» cuando logró por una presentación judicial frenar la vacunación a chicos contra el coronavirus a la que llamó «plandemia» por ser un plan orquestado y acusó al gobierno uruguayo de «genocidio».
-¿Se opone a las vacunas que salvaron vidas?
-Está absolutamente declarado, son productos militares, los hizo DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de Estados Unidos)
-¿Y toda la gente que se salvó?
-Acá perdimos 15.214 a partir de la inoculación. La vacuna es para matar, la vacuna es para despoblar. Los que se la pusieron y vivieron están padeciendo. Tuvimos un promedio de muerte que creció un 28% a partir de la vacunación.
Salle asegura que la «ideología de género» está impuesta por George Soros (empresario estadounidense) porque la «elite es depravada», sostiene que también forzaron a la Agenda 2030, y la combate desde su megáfono.
El juego de Salle en el Congreso de Uruguay
Con un bloque independiente a las dos grandes fuerzas de Uruguay, Salle primero rechaza que será un árbitro porque despotrica contra los partidos grandes, adelanta que se moderará para evitar que lo echen, pero después abre la puerta a la negociación depende qué diga el proyecto de ley.
«En los temas grandes, yo voy a estar en contra y ellos van a estar juntos. Ellos pelean en pavadas, en cosas intrascendentes, en imbecilidades. Las cosas grandes vienen digitadas y ellos lo primero que hacen es ponerse de acuerdo. Standard and Poor, Moodys y Fitch, tres calificadoras de riesgo vino aquí y dijo: «Señores, la elección es un trámite». Le importaba el plebiscito de las AFAPS (para estatizar las jubilaciones privadas). Hicieron una campaña terrorista», se queja Salle, que apoyó la estatización.
Consultado sobre si se opondrá a todos los proyectos, lanzó: «Si es positiva para el país porque voy a votar en contra. La pregunta es si estos mequetrefes podrán votar alguna vez una ley a favor del trabajador, del pensionista, del jubilado, del estudiante. Voy a tratar de mejorar no solo lo sustancial, lo formal, los aspectos técnicos legislativos».
Asumirá como diputado en marzo, por cinco años y adelanta que lo llamaron «intermediarios» de los grandes partidos. Adelanta que se moderará en el recinto, aunque seguirá denunciando y que mantendrá su canal de streaming, en el que dice que el domingo tuvo una transmisión récord de 3400 visualizaciones.
Ante la pregunta de si tiene miedo que lo echen, responde: «Me voy a cuidar porque ya echaron a uno a José Germán Araújo (ex senador), era gurí cuando lo echaron. Esto es por plata, los tipos están adentro por plata. No me voy a regalar, me modero».
Gustavo Salle critica a Milei y elogia un aspecto de Marcelo Bielsa
A su vez, al ser consultado por el presidente argentino Javier Milei, soltó: «Es un agente del Mossad, ya lo he dicho».
Aunque reconoce que algunas de sus políticas las celebra. «Tengo muchas cosas parecidas a él, pero otras muy distintas. Si vas a hacer recorte de gasto público, hay que darle trabajo al que vas a echar. La motosierra es verso», polemiza.
Y criticó: «Milei es un tipo que lleva el oro de Argentina a Inglaterra. Yo viví la guerra de Malvinas».
Apasionado de jugar al fútbol, Salle brinda la entrevista de este lunes a la noche es después de haber jugado una hora como lateral derecho en cancha de once, pegado a la rambla de Montevideo.
Y habla de Bielsa: «No está sacando buenos resultados, pero no tengo elementos, pero se que es un estudioso del fútbol. Hizo declaraciones antisistema, eso me gustó, me simpatizó».