Un incendio forestal «peligrosamente rápido» avivado por fuertes vientos arde sin control cerca de Los Ángeles, en el oeste de los Estados Unidos, causando varios heridos que fueron trasladados a hospitales y la evacuación de decenas de personas. Empezó en una zona agrícola y se extendió a un suburbio en el que viven unas 70.000 personas.
Los primeros daños informados corresponden a múltiples casas de gran tamaño, que fueron destruidas por el fuego. Las llamas arrasaron varios barrios y cubrieron con humo espeso una extensa zona, según explicaron las autoridades. Fuertes ráfagas de viento de hasta 130 kilómetros por hora avivan las llamas.
El incendio, que las autoridades denominaron «Mountain Fire», se declaró a primera hora del miércoles cerca de Moorpark, 65 kilómetros al noroeste de Los Ángeles. Por la tarde, ya se había extendido por 4.200 hectáreas, según el departamento de bomberos del condado de Ventura, y las llamas ya habían alcanzado un suburbio de la ciudad californiana de Camarillo, donde viven unas 70.000 personas.
Según un comunicado del gobernador Gavin Newsom, la velocidad de propagación de las llamas requirió órdenes de evacuación para más de 10.000 personas, ya que puso en riesgo 3.500 estructuras en comunidades suburbanas, ranchos y áreas agrícolas.
Cadenas de televisión locales mostraron viviendas de lujo en la zona de Camarillo Heights envueltas en llamas, muchas destruidas. Otro incendio declarado en Malibú amenaza viviendas de millones de dólares en las costas más codiciadas del sur de California.
Los bomberos aún no disponen de cifras sobre el número de propiedades afectadas por el incendio, ya que las condiciones sobre el terreno son demasiado peligrosas para evaluar los daños. Tampoco hay un balance de heridos, pero las autoridades dijeron que varios han sido trasladados a hospitales.
El jefe de bomberos del condado de Ventura, Dustin Gardner, dijo que el incendio estaba totalmente fuera de control, y que sus efectivos se concentraron en alejar a la gente del fuego, que arroja brasas a una distancia de hasta 4 kilómetros.
«Cada helicóptero, cada avión de ala fija, todo lo que hemos sido capaces de conseguir está aquí luchando contra este fuego. Se está moviendo a un ritmo peligroso», le mencionó Gardner a los periodistas.
Añadió que el comportamiento errático del fuego era extremo e instó a todos los pobladores a seguir las instrucciones de las autoridades. «Cuando reciban una orden de evacuación del sheriff, váyanse. Sus hogares pueden ser reemplazados. Sus vidas, no. Váyanse«, remarcó.
Gail Liacko, una habitante de la zona, dijo que tuvo que huir de su casa repentinamente en lo que parecía ser una «mañana normal». «De repente había hollín en los muebles del patio, tanto en la parte delantera de la casa como en la trasera, y el humo rodeaba la calle», explicó, según reproduce la agencia AFP.
Decenas de miles de personas continúan sin electricidad en el área afectada, luego de que el servicio fuera suspendido por precaución.
El estado de California viene soportando este año una gran cantidad de incendios forestales que amenazan a la ciudad de Los Ángeles. En junio y en septiembre se desarrollaron dos de ellos, con montones de kilómetros afectados y miles de evacuados, además de incontables daños ambientales y materiales.