Empezó la cuenta regresiva. El golazo de Lautaro Martínez ante Perú dejó el camino allanado para que la selección asegure el pasaje al Mundial cuando en marzo se reanude la competencia. Sin embargo, Lionel Scaloni no se tomará vacaciones. Por el contrario, el entrenador aprovechará estos cuatro meses de pausa para revisar puntillosamente el nivel de sus jugadores y comenzar a delinear la base que afrontará el año y medio que resta para el inicio de la Copa del Mundo. ¿Factores a tener en cuenta? Edad, presente futbolístico y, por sobre todas las cosas, continuidad en sus clubes.
Aunque la selección cerró otro gran año a nivel resultados (12 triunfos, dos empates y dos derrotas, más la consagración en la Copa América de Estados Unidos), el DT ya hizo saber su preocupación en relación con la falta de minutos de algunos futbolistas y el modo en que esa escasa participación en sus clubes puede impactar de lleno en el rendimiento individual y colectivo del equipo.
La de Gonzalo Montiel podría ser la excepción que confirme la regla. El lateral que convirtió el penal histórico ante Francia en la final del Mundial 2022 disputó 20 partidos en 18 meses entre Sevilla (su actual club) y su préstamo en el Nottingham Forest, pero aún sigue siendo parte de las listas de Scaloni por su manera de trabajar día a día y por haber mantenido una regularidad cada vez que le tocó jugar. Sin embargo, la inactividad le jugó una mala pasada y el defensor, que venía siendo de los mejores, pidió el cambio en el complemento por una molestia en el isquiotibial derecho.
Scaloni, además, seguirá de cerca los movimientos en el mercado de pases de invierno. Y pondrá especial atención en el destino escogido por cada futbolista. El mismo Montiel, por caso, tuvo la posibilidad de volver a River en agosto, tras la llegada de Marcelo Gallardo, pero prefirió seguir en Europa aun sabiendo que corría desde muy atrás. En contrapartida, Leandro Paredes analizó seriamente la posibilidad de regresar a Boca en busca de la continuidad perdida en Roma (seis partidos de titular en la temporada), hasta que el despido del croata Ivan Juric y la vuelta de Claudio Ranieri al banco de los giallorossi obligaron a cambiar las perspectivas del volante, que se quedará en Italia hasta mitad de 2025.
“Necesitamos que los jugadores jueguen. Estos seis partidos (por las tres doble jornadas de eliminatorias de septiembre, octubre y noviembre) fueron muy seguidos, entonces optamos por seguir con la base que nos dio la alegría de la Copa América. No hubo tanto tiempo de traer a otros jugadores. Pero sí es verdad que a partir de ahora necesitamos que todos jueguen y decidir quién viene y quién no por el nivel futbolístico de cada uno. Es como siempre lo hemos hecho, salvo en esta ocasión en la que optamos, en algunos casos, por seguir trayendo a algunos chicos porque consideramos que son jugadores importantes. Pero es importante que tengan continuidad. Por poco que jueguen, teniendo en cuenta los calendarios en Europa, dos o tres partidos por mes van a jugar seguro, y con eso tal vez les bastaría, pero otra cosa es que no jueguen prácticamente nada”, advirtió el entrenador.
Un tema aparte son los jugadores que afrontarían el Mundial en el tramo final de sus carreras. Apenas ocho de los que formaron parte de la última convocatoria disputarían el torneo habiendo traspasado la barrera de los 30 años: Gerónimo Rulli (34), Emiliano Martínez (33), Nicolás Tagliafico (33), Walter Benítez (33), Rodrigo de Paul (32) y Leandro Paredes (31) llegarían aún con bastante hilo en el carretel. Pero distintos son los casos de Nicolás Otamendi (38 y tres meses) y del propio Lionel Messi, quien cumplirá 39 durante la fase de grupos de la Copa. El defensor de Benfica recobró la titularidad tras la Copa América y, pese a encontrarse lejos de su nivel, se mantuvo dentro de las formaciones iniciales favorecido por las bajas de Lisandro Martínez y Germán Pezzella, sus dos principales competidores. Ante Perú, su compañero en la zaga fue Leonardo Balerdi, que a sus 25 años es capitán del Olympique de Marsella y un jugador muy bien considerado tanto por Scaloni como por Walter Samuel, el especialista del cuerpo técnico en el sector defensivo.
Messi es el único futbolista del plantel para el que rigen reglas diferentes. El único que decidirá motu proprio si participa o no de la Copa del Mundo. Todo dependerá de sus ganas, de su ánimo y de lo preparado que se sienta para afrontar ese reto. El 10 hará todo lo posible por jugarlo y tomará los recaudos necesarios para cumplir ese deseo: dosificará las cargas y no se apurará su regreso en caso de sufrir lesiones musculares. Diecinueve meses es una eternidad en la carrera de un futbolista, más aun cuando el físico comienza a pasar factura. Para el resto, las normas están muy claras: solo estará en el Mundial aquel que merezca ser convocado.
Desde el inicio de su ciclo, Scaloni apostó por la renovación del seleccionado y tuvo la visión de inyectarle juventud a un plantel golpeado y viciado por las derrotas. De los 26 futbolistas que se consagraron en Qatar apenas siete habían estado en Rusia: Lionel Messi, Ángel Di María, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña, Nicolás Tagliafico, Paulo Dybala y Franco Armani. La columna vertebral. En sus seis años de gestión ya son 50 los jugadores que debutaron bajo su dirección técnica, de los cuales 31 no superaban los 25 años al momento de ser citados por primera vez. El último en sumarse a esa lista fue Giuliano Simeone (ingresó en el segundo tiempo ante Perú), uno de los ocho futbolistas que hicieron su estreno en la mayor en la era post Qatar y deberán revalidar su lugar. En su misma situación se encuentran Alejandro Garnacho, Facundo Buonanotte, Walter Benítez, Nicolás Paz y los tres Valentines: Barco, Carboni (hoy lesionado) y Castellanos, todos parte de las últimas camadas de convocados. Enzo Barrenechea, Julio Soler, Matías Soulé, Equi Fernández y Facundo y Cristian Medina son otros futbolistas que aparecen en la órbita del DT y cuya presencia en la selección dependerá exclusivamente de los minutos jugadores en sus equipos y la competitividad de las ligas donde se encuentren.
Sin amistosos a la vista (tema que inquieta y mucho al cuerpo técnico de la selección), las fechas finales de las eliminatorias podrían convertirse en el único banco de pruebas para seguir testeando futbolistas de cara al futuro inmediato. Tras la doble fecha de marzo, que incluirá los clásicos ante Uruguay y Brasil, vendrán Chile y Colombia en junio y Venezuela y Ecuador en septiembre.
Para la próxima ventana, en Europa se llevará disputado el 75% de la temporada. Momento de barajar y dar de nuevo con la premisa de cambiar algunos nombres sin perder la identidad.