Jugó con Messi, Neymar y Mbappé en PSG. Con Sergio Ramos, Iniesta y Busquets en España. Y con Rooney, Di María e Ibrahimović en Manchester United. Fue dirigido por Bielsa, Mourinho y Van Gaal. Pero recién a sus 35 años Ander Herrera cumplirá el gran sueño de su carrera deportiva: ponerse la camiseta de Boca. Y no como cualquier jugador, sino como pieza clave en el esquema elegido por Fernando Gago.
Si bien el cuadro xeneize tuvo su primer partido amistoso este miércoles ante Juventude, de Brasil, que ganó por 2-0 y en el que de los cinco refuerzos solo tuvo acción el chileno Carlos Palacios (el resto ni siquiera viajó), el DT ya comenzó a cranear el equipo para un 2025 repleto de desafíos: Copa Libertadores, Liga Profesional, Copa de la Liga, Copa Argentina y –frutilla del postre– el Mundial de Clubes. Gago probó diferentes sistemas tácticos en estas primeras dos semanas de pretemporada. Y pese a que el español se sumará al trabajo recién este jueves, el DT lo cuenta como titular en cada uno de esos dispositivos.
Herrera arribó el miércoles al país y, tras superar la revisión médica, firmó el contrato con Boca hasta diciembre de 2027. Por la noche, el español observó a la distancia el primer ensayo de sus compañeros, el 2-0 a Juventude en el estadio único de San Nicolás. En medio se hizo un tiempo para llamar a Leandro Paredes, excompañero en PSG, que lo acompañará en el mediocampo en caso de que el actual volante de Roma acepte el ofrecimiento. “Yo creo que sí, que lo hacemos volver”, se animó el experimentado volante surgido de Zaragoza, en línea con el deseo del mundo Boca.
A la espera de una respuesta del campeón mundial, Gago ya tiene en mente la matriz del equipo que, en un año muy cargado de compromisos, afrontará los partidos más importantes. Habrá, de entrada, nueve encuentros en un mes –uno por Copa Argentina, uno por Libertadores y siete por el torneo local–, por lo que jugadores como Marcos Rojo, Edinson Cavani y Herrera, todos mayores de 34 años, serán parte de la base titular pero irán dosificando las cargas a medida que avance el fixture.
En cuanto a las lesiones, Herrera sumó seis entre 2023 y 2024, y todas fueron musculares. El último año se perdió 12 partidos y estuvo fuera de las canchas durante 77 días, y en el anterior quedó al margen de 16 compromisos y no pudo entrenarse con sus compañeros durante más de 14 semanas. Por ese motivo, y porque promedió apenas 41 minutos por partido en sus últimas dos temporadas en Bilbao, la idea de Gago es ir llevándolo de a poco y tirarlo a la cancha una vez que el volante se encuentre –como todos– al 100% de sus posibilidades. En charlas telefónicas, el entrenador fue claro ante el europeo y le explicó que, más allá de los gustos, todos empiezan en cero.
En 2024 Herrera protagonizó 29 encuentros con los colores de los Leones, de los cuales en 8 fue titular, en 21 ingresó y en otros 40 no salió del banco. Su última citación fue el 8 de este mes, cuando no sumó minutos en el 0-2 de Athletic frente a Barcelona, por la Supercopa de España. Aun así, Gago imagina un mediocampo con el vasco como actor preponderante, ya sea como doble pivote en la mitad de la cancha –siendo Herrera el más adelantado– o bien recostado sobre una de las bandas, preferentemente la derecha. El cuerpo técnico de Boca piensa al exfutbolista de PSG como reemplazante natural de Guillermo “Pol” Fernández: un jugador técnico y polifuncional que ocupe indistintamente cualquier posición de la línea media. Como aquél, Herrera carece de capacidad goleadora. Entre 2023 y 2024 realizó cuatro asistencias y no convirtió; su mejor registro de conquistas se dio en la temporada 2014/2015, cuando marcó siete con la camiseta del United.
Previamente al amistoso de anoche, Gago trabajó con esquemas diferentes: 3-4-3 y 5-2-3. En cualquiera de los dos casos, Herrera se repartiría el círculo central con alguno de los tantos volantes de contención, como Tomás Belmonte, Ignacio Miramón, Williams Alarcón (se hará los estudios médicos) y el retornado Esteban Rolón, que será tenido en cuenta al menos hasta que se conozca la decisión de Paredes. Y lo mismo si decide sostener el 4-4-2 del final del año pasado o volcarse al 4-2-3-1. En su última etapa en Athletic Ander alternó entre doble 5, enganche e interno por la derecha, en el que más jugó.
En la alineación ideal para Gago hay otros cinco jugadores que se imponen por peso propio: Rodrigo Battaglia, Rojo, Alan Velasco, Palacios y el máximo goleador del equipo en 2024, Cavani. Como diría Carlos Bianchi, el resto de las posiciones todavía está “de remate”: de llegar Agustín Marchesín (Grêmio rechazó la primera oferta de Boca, pero no es tanta la diferencia de dinero), el ex arquero de Lanús –ya sonó en Boca en 2016– se quedará con el buzo y relegará al banco a Leandro Brey, que cerró el año con dudas. En los laterales hay opciones de sobra: Luis Advíncula, Lucas Blondel y Juan Barinaga por la derecha, y Marcelo Saracchi, Frank Fabra y Lautaro Blanco por el sector izquierdo. En el medio todo dependerá del dibujo, aunque Kevin Zenón, de irregular segundo semestre, mantendría su lugar, en tanto el resto de los mediocampistas pujará por ser la rueda de auxilio para un Herrera que se siente más cómodo con un 5 que custodie su espalda. Juan Ramírez, Jabes Saralegui y Mauricio Benítez no entran en los planes del DT y deberán buscar club.
Gago tendrá apenas seis días para preparar el debut en el año frente a Argentino, de Monte Maíz, y otros cuatro para ultimar detalles para al estreno en la Liga, frente a Argentinos en la Bombonera, cuando se podrá ver por primera vez una versión parecida a su formación ideal. Ya el 18 de febrero afrontará la ida de la primera instancia de repechaje de la Copa Libertadores.
A partir de la jerarquía de Herrera y de la expectativa de las posibles llegadas de Paredes y Marchesín, Gago construye un Boca competitivo, para que devuelva al club a los primeros planos y traduzca esa calidad individual en mejores resultados deportivos.
