“Vení, pegame, pegame”, parece decirle con el gesto Ye Joon Kim a Naoya Inoue. Insensatez o un acto de desesperación, solo él lo sabe. Pero lo que llegó a continuación fue un 1-2 fulminante del monstruo japonés, el mejor de todos los boxeadores hoy en día, el que despierta adrenalina de solo verlo. Inoue pesa apenas 52 kilos, pero cuando sale a escena luce como un gigante invencible. En el refugio de su tierra, continúa inexpugnable, con números que ya son para el asombro: 29 peleas, todas ganadas, solo tres de ellas en las tarjetas. Poder letal para el hombre que volvió a defender exitosamente los cinturones de las cuatro organizaciones más importantes (AMB, OMB, CMB y FIB) del peso supergallo.
Ye Joon Kim fue llamado de apuro, hace casi dos semanas, para enfrentarse con el mejor de todos. El rival original, el invicto australiano Sam Goodman (19-0, 8KO) avisó de una lesión que le impidió desafiar al campeón. Por eso, este zurdo experimentado dio el sí, con el riesgo de lo que ello implica: una preparación exprés para tratar de dar el batacazo ante una figura enorme.


