Por historia, por grandeza y por la enorme cantidad de títulos que ostentan en sus vitrinas, no debería llamar la atención que las dos selecciones más poderosas del continente animen el partido decisivo de un Campeonato Sudamericano Sub 20. Sin embargo, la de esta jueves será la segunda vez que Argentina y Brasil definan al campeón en una “final” a todo o nada, pese a que se tratará de la penúltima jornada del certamen y que fueron seis las ocasiones en la Albiceleste y la Verdeamarela se repartieron, por su posición en la tabla, el primer y el segundo puesto.
El único antecedente data del 29 de enero de 1995, hace ya tres décadas atrás, cuando la Argentina de José Pekerman, quien lleva pocos meses en el cargo de entrenador, definió el Sudamericano Sub 20 de Bolivia en un duelo mano a mano con el rival de toda la vida. Y si bien fue derrota por 2 a 0, la selección se tomaría revancha en la final del Mundial de Qatar, donde venció a la Canarinha también por una diferencia de dos goles.
Tres décadas después, y tras conseguir de manera agónica el pasaje a la Copa del Mundo de Chile, Argentina buscará romper la racha de diez años sin títulos cuando enfrenta nada menos que al conjunto brasileño, con quien comparte la cima del certamen. Punteros con 9 puntos, ninguna selección podrá alcanzarlos en la jornada final, por lo que, en caso de haber un ganador, y teniendo en cuenta que el primer criterio de desempate será el resultado del enfrentamiento entre ambos, todo se definirá este jueves. Si empatan, la historia se resolverá el domingo, cuando Argentina enfrente a Paraguay y Brasil, a Chile.
En aquel recordado torneo de Bolivia 95, Argentina y Brasil avanzaron como líderes en sus grupos y llegaron a la última fecha del cuadrangular final empatados en seis puntos, con la diferencia que la Albiceleste había disputado sus partidos en los 3.650 metros de La Paz y el Skratch, en los 2.500 de Cochabamba.
“Como nuestro grupo se jugaba en la altura viajamos a finales de diciembre y nos tocó pasar las Fiestas alejados de nuestras familias. Fue un momento duro porque para muchos chicos del plantel era la primera vez que permanecíamos tanto tiempo fuera de nuestras casas. El momento del brindis fue duro, pero nos fortaleció como grupo. No se nos dio en la final, pero teníamos un equipazo”, recuerda Gustavo Lombardi, exlateral de River hoy devenido en comentarista deportivo.
Para aquella esperada final en Santa Cruz de la Sierra, Pekerman alistó a Joaquín Irigoytía en el arco; Lombardi, Sebastián Pena, Diego Crossa y Federico Domínguez en el fondo; Guillermo Larrosa, Mariano Juan y Andrés Garrone en la línea media; Ariel Ibagaza de enganche; y Leonardo Biagini y Cristian Colusso de puntas. Un equipo que llegó invicto al clásico con Brasil y le faltó muy poco para lograr el objetivo.
Conducido por un genial Émerson, quien luego pasaría por Roma, Juventus, Real Madrid y Milan, entre otros equipos, Brasil fue muy superior en el juego y el 2-0 quedó corto para el desarrollo del partido. El primer gol llegó de una jugada desafortunada. Hicieron corto un tiro libre para Émerson, la pelota se descolocó en Mariano Juan (era el último hombre en la barrera) y desairó a Irigoytía. Luego Juan vio la roja y Brasil liquidó la historia con un golazo de Murilo. En el cierre, el arquero Fabio le contuvo un penal a Pena.
“Por cómo se dio, por la edad que teníamos y porque era nuestra primera experiencia en el fútbol grande, aquella final fue uno de los momentos más difíciles que nos tocó atravesar -sostiene Juan, hoy panelista de TV-. Pero cada una de esas lágrimas valieron la pena, porque nos hicieron crecer de golpe, aprender y hacernos más fuertes. Cuando llegó nuestra revancha en el Mundial, sabíamos que no se nos iba a escapar. Y pudimos sacarnos la espina”.
Argentina, que además contaba con jugadores como Juan Pablo Sorin, Cristian Díaz, Walter Coyette, Francisco Guerrero y Cristian Chaparro, tuvo tres futbolistas en el 11 ideal de la competencia: Irigoytía, Pena, Sorin, Ibagaza y Biagini. Brasil aportó otros cinco apellidos (Dedimar, Marcelo, Émerson, Zé Elías y Reinaldo) y Chile, que terminó tercero, al delantero Sebastián Rozental.
La goleada argentina 6-0 ante Brasil en el debut
A diferencia del Sudamericano actual, en el que la Argentina goleó por 6-0 a Brasil en el estreno, la Albiceleste y la Verdeamarela no se habían visto las caras hasta el partido decisivo. “Lo recuerdo como el primer partido importante de mi vida. Sentí muchos nervios, ansiedad y respeto por los jugadores de los dos equipos. En la cancha parecía que todo sucedía más rápido, se dio un partido intenso y trabado, porque había muchísimo en juego”, rememora Colusso, atacante de Rosario Central que poco después debutaría en Primera División y obtendría la Copa Conmebol con el conjunto rosarino, en una histórica definición ante Atlético Mineiro.
A Federico Domínguez, hoy abocado al management deportivo, la derrota con Brasil significó una gran enseñanza para el resto de su carrera. “Teníamos un enojo muy grande porque a nadie le gusta perder un campeonato y mucho menos contra Brasil. Entonces, al momento de la premiación, la mayoría de los chicos nos sacamos la medalla. Pekerman nos llamó aparte y nos dio una lección de vida: nos dijo que debía ser un orgullo conseguir el segundo puesto, nos obligó a ponernos la medalla y nos hizo saludar uno por uno a los jugadores de Brasil”.
En el Mundial, Argentina desplegó un fútbol de alto vuelo y tras golear por 3-0 a la España de Raúl, Fernando Morientes y Michel Salgado, venció por 2-0 a Brasil en Doha con tantos de Biagini y Panchito Guerrero.
Este jueves, varios de aquellos muchachos seguirán por TV la definición del Sudamericano de Venezuela, deseando que la copa, esta vez, pueda quedarse en casa.


