Las irregularidades se repiten, siempre en la misma dirección: fallos arbitrales entre dudosos y escandalosos que favorecen a Barracas Central, el club en el que el presidente de la AFA, Claudio Tapia, fue jugador y máximo dirigente y bautizó el estadio con su nombre.
Por la sexta fecha del Torneo Apertura, Defensa y Justicia vencía por 1-0, con un gol de Juan Miritello a los 37 minutos del primer tiempo. El arquero de Barracas Central, Marcos Ledesma, era la figura, evitaba que el equipo de Florencia Varela estirara la ventaja.
Defensa, que había ganado tres de los últimos cuatro encuentros, con 10 puntos sobre 12 posibles, se encaminaba a una victoria. Hasta que en el cuarto minuto de los cinco adicionados se dio la jugada que indignó a todo Defensa: Gonzalo Morales, delantero de Barracas, fue buscar cerca del área chica una pelota que hizo pasar por arriba de Enrique Bologna y salió desviada; el arquero del Halcón tocó levemente con la pierna derecha a Morales, que cayó y simuló haber recibido una dura infracción.
El árbitro Darío Herrera no sancionó penal en un principio, sino saque de arco, pero al ser convocado por el VAR, a cargo de Héctor Paletta, rectificó su fallo original y señaló la penalidad que convirtió Rodrigo Insua para el 1-1. Se jugó un minuto más y el cotejo finalizó con un principio de escándalo entre los bancos de suplentes. Integrantes del cuerpo técnico de Pablo de Muner, entrenador de Defensa, reaccionaron ante algunos gritos del banco visitante. Hubo alguna corrida, gestos exaltados, pero la situación no pasó a mayor.
En la fecha anterior, Barrracas venía de igualar 3-3 de local frente a Central Córdoba con otro penal en tiempo de descuento, también convertido por Insua.
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