LONDRES, Inglaterra.– Espectacular, apabullante, emocionante. Vibraban sin parar los 15.000 asientos del O2 Arena en Londres cuando los bajos electrónicos y las quejas roncas de las guitarras de heavy metal rock llenaron el enorme ambiente iluminado en rojo. Como las de un avión en desesperada turbulencia, se movieron las butacas, y la sensación entró en los cuerpos. Y así comenzó en la noche de Londres el show de presentación de la temporada del 75º Campeonato Mundial de Fórmula 1, en Inglaterra, el país donde se hizo el primer gran premio, en 1950.
El presentador, el comediante británico Jack Whitehall, muy popular en Reino Unido, presentó con ironía inglesa al primer piloto: Max Verstappen. En las enormes pantallas digitales apareció el rostro del campeón, y el abucheo fue inmenso. No se le borró la sonrisa a Max. Él no corre para que lo amen. Corre para ganar, y la opinión de los de fuera, y sobre todo la de los ingleses, le importa nada. Observando cómo Verstappen se tomaba el abucheo, Whitehall le lanzó: “Está bien, Max, podría ser peor. Al menos no te sentamos junto a George Russell”, mencionó al piloto inglés de Mercedes con el que el neerlandés mantiene una fuerte enemistad.
Cuando llegó el turno de Alpine, ya avanzada la noche, las luces pasaron a rosa y azul Francia. Pierre Gasly y Jack Doohan aparecieron junto a la decoración, con nuevos patrocinadores, del A525, que llevará el auspicio de Mercado Libre. Por la tarde, el australiano ya había mostrado la tensión que le producía la presencia de Franco Colapinto como suplente en la escudería.
El turno de Alpine
Sin que viniera a cuento, con los labios tensos y voz sugestivamente baja, dijo sobre el argentino: “Me han dicho que es un piloto de reserva”. Y sobre el hecho de que Franco tuviera un vínculo por varios años, lo cual es muy inusual, remarcó: “Yo también, con 21 años, el año pasado era piloto de reserva y tenía un contrato de larga duración.” Omitió aclarar que el suyo vencía en mayo pasado y por ello se hizo una extensión, no confirmada oficialmente, por seis carreras con una cláusula que lo dejaría fuera antes si no rinde lo esperado. La situación del australiano parece insostenible, sobre todo por el interés deportivo-económico que tiene el asesor, casi mandamás, de la escuadra, Flavio Briatore, en Colapinto.
Durante el acto que duró dos horas, la iluminación dinámica de láseres cambiaba de color según el dominante de cada escuadra. Y los coches se revelaban sobre una plataforma elevable cuando se levantaba una jaula oscura tejida sobre la cual se proyectaban los isologotipos de los equipos.
La música de James Bond y la relación de Aston Martin con el legendario espía de ficción británico precedió a la aparición de Fernando Alonso y Lance Stroll, que descendieron desde una tribuna. De traje formal y con sus respectivos cascos, fueron iluminados luego de que un video los mostrara timoneando a alta velocidad sobre el Támesis lanchas que llegaban a esquivar unos misiles. Hay que decirlo: ninguno poseía el porte y la elegancia del personaje inmortalizado por Sean Connery y, más recientemente, por Daniel Craig. Alonso, como espía, es un buen corredor.
Alonso: “Ahora que vimos el auto más lindo, disfruten el resto de la noche”
Momentos antes, tras un video de la historia de la Fórmula 1 en la que aparecieron el rostro inolvidable de Juan Manuel Fangio y el de su admirado amigo Ayrton Senna, siguió el desfile al compás de la música épica compuesta para la oportunidad por Bryan Tyler, autor también del tema que precede a todas las transmisiones de la categoría.
Llegó el momento de Williams, que mostró la decoración del FW47 que habría sido el coche de Colapinto si el pilarense hubiera continuado en la escuadra. El jefe, James Vowles, prometió progresos, afirmó que el equipo sigue un objetivo a mediano plazo y, cada vez que puede, afirma que Colapinto podría volver en el futuro. Dijo Carlos Sainz, el reemplazante recién llegado de Ferrari y comprometido hasta fines de 2026: “Si conseguimos un podio, bienvenido sea. Hay un mínimo de 4 décimas que separan a Williams de los que ganan [Mercedes, Ferrari, Red Bull y McLaren] y son muy difíciles de descontar. Creo que estaremos peleando por entrar a la Q3 o por ahí”. Con los pies afirmados en la tierra habló Sainz.
La presentación fue avanzando hasta que llegaron los momentos de los mejores cuatro del certamen de 2024. Mercedes hizo una exhibición de un cambio de ruedas alrededor de la nueva pintura de su W16. Con el cabello ensortijado y su rostro de adolescente, el italiano Andrea Kimi Antonelli, de 18 años, recibió aplausos como sustituto de Lewis Hamilton, pero aclaró: “No vengo a ocupar la butaca de Lewis. Yo debo hacer mi propia carrera”.
El cambio de neumáticos de Mercedes
Más allá de los aspectos técnicos y las mejoras esperadas en Mercedes, el piloto líder del equipo, Russell, aseguró que encara la temporada enfocado en sí. Lleva cuatro años en Mercedes y siete en la F. 1, y en 2024 tuvo un fuerte encontronazo verbal con el siempre dispuesto Verstappen. El campeón lo criticó por haberle denunciado ante los comisarios del GP de Qatar. Russell aseguró que Verstappen lo amenazó con reventarle la cabeza contra una pared y el inglés dijo que ya no estaba dispuesto a aceptar las coacciones de su rival tanto en la pista como fuera de ella.
George volvió a tocar el tema ante los periodistas este martes: “Eso sucedió el año pasado y ahora quiero enfocarme en mí. Las cosas se salieron de madre al final del año y he dejado bien claro que ya no toleraré esas actitudes de Verstappen”. Por su parte, preguntado antes del gran show sobre cómo estaba su relación con Russell, Max fue tajante, queriendo esconder una sonrisa irónica: “Perfecta”. Y no dijo nada más. Él habla –y ejecuta– en la pista…
Con acordes rabiosos de The Rolling Stones, fue Christian Horner, el jefe principal de Red Bull, quien presentó los colores del que será el RB21. Prometió dar la batalla para recuperar el torneo de constructores con un coche diseñado por Pierre Wache, sucesor de Adrian Newey en el equipo técnico. A su lado aparecieron el piloto que reemplaza al mexicano Sergio Pérez, Liam Lawson y, otra vez, ya con su buzo de carreras, el gran Max. Esta vez, el público no silbó, por las endorfinas incitadas por el increíble espectáculo. Dominaron los aplausos a la escudería que tiene sede en Milton Keynes. Al fin y al cabo, Inglaterra.
El francés Frédéric Vasseur mostró la decoración del Ferrari SF-175 y dio la bienvenida a su nuevo piloto, Hamilton, que fue aclamado. El caballero británico agradeció el honor de correr por Ferrari y el presentador no pudo evitar una broma con el monegasco Charles Leclerc, el preferido del público femenino (junto a Russell). Charles tendrá que combatir con un peso pesado. Eso no lo preocupa. Más bien, habló de lo que comparte con los otros 19 privilegiados que acelerarán a fondo desde el 14 de marzo en Australia: “Estoy viviendo el sueño de mi vida”. ¿Se puede pedir algo más?
Las luces anaranjadas, de color “papaya”, como se prefiere identificar al tono original histórico de McLaren, sirvieron como introducción para la aparición del MCL39, el modelo del conjunto campeón. Según Andrea Stella, el director técnico de la estructura de Wolking, 99,9% del coche es nuevo. El chasis es de nuevo diseño, hay cambios en las suspensiones para que los neumáticos duren más, existen muchas soluciones mecánicas innovadoras y, a la vista, aparecen cambios en los pontones laterales y una entrada de aire más grande para el motor Mercedes.
Ya se asoma en el horizonte el profundo cambio reglamentario que habrá en 2026, que prescribirá vehículos más angostos, entrega de energía al 50% entre origen térmico (el motor “convencional” de 1,6 litros) y la asistencia eléctrica híbrida, y eliminación del reductor de drag o resistencia aerodinámica en el alerón trasero más el empleo de uno móvil delante. Por ello, varios equipos harán apenas algún cambio en las primeras carreras y dejarán de invertir en el coche del 2025 para asignar recursos al modelo de 2026.
Stella asegura que McLaren no hará eso. La escudería está en la cresta de la ola y quiere aprovecharla lo máximo posible. Una asignatura pendiente es que Lando Norris encuentre la confianza como para pelear a fondo por un campeonato. “No voy a pasar más por estúpido”, aseguró hace un par de semanasel inglés cuando le preguntaron cómo como resolvería una posible repetición del duelo con Vertappen, batalla que perdió holgadamente en el rueda a rueda el año pasado.
La presentación de los 20 pilotos y 10 autos
Sonó nuevamente el tema central de la Fórmula 1. Las luces fueron apagándose y el público fue retirándose para afrontar el frío húmedo de la invernal noche londinense. Los pilotos y sus allegados se fueron a dormir al hotel Intercontinental adjunto al gran estadio. En el sueño de muchos volverán a sonar los motores, anticipándose a la gran puesta en marcha. La física, no virtual, que ocurrirá en Australia.