En una nueva ofensiva en la Franja de Gaza, Israel mató a Salah Bardawil, un líder político de Hamas, y a su esposa, además de al menos otros 17 palestinos, según confirmaron este domingo desde la organización islamista.
«Ascendió al cielo como mártir, en una traicionera operación de asesinato sionista, mientras realizaba la oración de la noche del vigésimo tercer día del bendito mes de Ramadán, en su tienda de campaña en la zona de Al-Mawasi al oeste de Jan Yunis, junto a su virtuosa esposa», detalló el comunicado del grupo palestino.
Desde la reanudación de los bombardeos israelíes, varios altos cargos de Hamas murieron, entre ellos Essam al Dalis, jefe del Ejecutivo gazatí; Mahmud Abu Watfa, ministro de Asuntos Interiores; Bahjat Abu Sultan, identificado como el jefe de la policía interior del grupo; y Ahmed al Hatta, «ministro de Justicia de Hamás», según Israel.
Hamás confirmó las muertes de los cuatro, pero se refirió a Abu Watfa y a Al Hatta como «viceministros», no ministros.
Por su parte, el Hospital Europeo y el Hospital Kuwaití, en el sur de Gaza, confirmaron que recibieron 17 cuerpos de los ataques israelíes durante la noche del sábado, incluidos varias mujeres y niños.
Mientras tanto, rebeldes respaldados por Irán en Yemen, aliados con Hamas, lanzaron otro misil hacia Israel, activando las sirenas de alerta antiaérea. El Ejército israelí indicó que el proyectil fue interceptado y no hubo reportes de víctimas ni daños.
Israel puso fin a su alto el fuego con Hamas la semana pasada cuando lanzó una ola sorpresiva de ataques aéreos que mataron a cientos de palestinos en todo el territorio.
El alto el fuego que se estableció en enero detuvo 15 meses de intensos combates iniciados por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra Israel.
Veinticinco rehenes israelíes y los cuerpos de otros ocho fueron liberados a cambio de cientos de prisioneros palestinos y las fuerzas israelíes se retiraron a una zona de separación, lo que permitió que cientos de miles de personas regresaran a lo que queda de sus hogares, y hubo un aumento en la ayuda humanitaria.
Se suponía que las dos partes comenzarían negociaciones a principios de febrero sobre la siguiente fase de la tregua, en la que Hamás debía liberar a los 59 rehenes restantes —35 de los cuales se cree que están muertos— a cambio de más prisioneros palestinos, un alto el fuego duradero y una retirada israelí.
Esas conversaciones nunca comenzaron, e Israel se retiró del acuerdo de alto el fuego después de que Hamás rechazara las propuestas respaldadas por Israel y Estados Unidos para liberar más rehenes antes de cualquier conversación sobre una tregua duradera.
Militantes liderados por Hamás mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron a 251 como rehenes en el ataque del 7 de octubre. La mayoría de los cautivos fue liberada en acuerdos de alto el fuego u otros acuerdos, mientras que las fuerzas israelíes rescataron a ocho con vida y recuperaron decenas de cuerpos.
La ofensiva de Israel mató al menos a 49.747 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que afirmó que mujeres y niños constituyeron más de la mitad de los muertos, pero no distinguió entre combatientes y civiles en sus registros. Israel sostuvo que mató a alrededor de 20.000 militantes, sin proporcionar evidencia.
La ofensiva destruyó vastas áreas de Gaza y, en su apogeo, desplazó a alrededor del 90% de la población. A principios de este mes, Israel vetó la entrada de alimentos, combustible, medicinas y otros suministros al territorio de 2 millones de palestinos para presionar a Hamás a cambiar el acuerdo de alto el fuego.