El apagón histórico que España vivió ayer fue especialmente complicado para algunas pacientes electrodependientes. En las últimas horas, con el servicio normalizado, se conocieron historias como la de exjugador de básquet Urbano González, enfermo de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde hace dos años y medio, quien confesó este martes su «angustia» por haber oído las alarmas de los aparatos que le mantienen con vida.
«Ayer fue un día muy complicado para muchos enfermos de ELA. Algunos oímos las alarmas de los aparatos que nos mantienen con vida. Repito que sin ellos en buen funcionamiento no podemos vivir«, explicó Urbano González en sus redes sociales. En las últimas horas se conoció que al menos cuatro personas murieron por las fallas en sus respiradores.
En este contexto, el exbasquetbolista pidió que se pongan en la piel de quienes necesitan respirador las veinticuatro horas del día: «Imaginad nuestra angustia de ayer».
«Aspirador de flemas, tosedor, grúa, colchón antiescaras y silla eléctrica; todo, absolutamente todo, funciona con electricidad, y algunos tienen baterías con una duración de entre tres y diez horas«, ha añadido.
Agregó, no obstante, que él logró mantener la calma por varias razones.
En primer lugar porque contaba con un respirador de repuesto de nueve horas, que, junto con el antiguo de tres horas, le daba doce de autonomía.
«La segunda razón es que vivo a unos quinientos metros del Centro de Referencia Estatal para Discapacitados» de León (oeste de España).
La tercera, añadió, porque como exbombero de aeropuerto «tenía la posibilidad de ir a cargar allí los aparatos».
Otro motivo es que desde hace unos meses dispone de un enchufe en la batería del coche y, además, vive en una planta baja, lo que le permite no depender de un ascensor «para estar en la calle rápidamente».
«Muchas gracias a todos los que de una manera o de otra estuvisteis preocupados por mí y mucho ánimo a todos los compañeros», concluyó González.
El exjugador profesional de baloncesto, exbombero y apicultor Urbano González es un ejemplo de la ansiedad que vivieron los enfermos que dependen de aparatos electrónicos durante el apagón que se vivió en España durante más de diez horas.