Crystal Palace le ganó por 2-1 a Manchester City y se consagró por primera vez campeón de la FA Cup, en la final disputada este sábado en el estadio de Wembley, en Londres. El partido marcó, además, el debut de Claudio Echeverri en el equipo dirigido por Pep Guardiola: el Diablito fue suplente, entró en los minutos finales, tuvo una ocasión clara de gol que rechazó el arquero rival y al final terminó llorando desconsolado por la derrota.
Para Crystal Palace, un club del sur de la capital inglesa, la victoria le significó el primer título oficial de su historia. Fundado en 1905, siguió el legado que dejó el homónimo amateur instaurado por custodios de la imponente edificación de hierro fundido y cristal que llevaba ese nombre. Esperó 164 años por este momento, en rigor.
Las Águilas se pusieron en ventaja a los 16 minutos del primer tiempo con un tanto de Eberechi Eze, que conectó de aire, de derecha, entrando por el centro luego el pase de Daniel Muñoz desde la derecha. En una acción rápida, el delantero atacó la pelota, anticipando a su marcador en el área, y estableció el 1-0.
A nueve minutos del final de esa etapa, el City tuvo una gran oportunidad para empatar, tras la confirmación de un penal con la intervención del VAR. El remate del egipcio Omar Marmoush fue bloqueado por el arquero Dean Henderson, que también se quedó con el posterior intento de definición, algo incómoda, del noruego Erling Haaland, que había tomado el rebote tras cederle la ejecución de la falta a su compañero.
Poco después, el propio Henderson tuvo otra gran atajada con el manotazo que le dio a una definición del belga Jeremy Doku que iba camino al segundo palo, arriba.
Fue, en rigor, la pieza clave del partido el arquero británico de 28 años, que en la segunda etapa volvió a tener intervenciones decisivas. Una de ellas, a menos de 10 minutos del final, fue una tapada casi cara a cara al Diablito, que había ingresado cinco minutos antes por Marmoush.
El argentino combinó con Phil Foden y Kevin De Bruyne en la puerta del área, se ofreció como variante en soledad y su remate de derecha al primer palo encontró la resistencia de Henderson. En el rebote, Echeverri buscó resolver de zurda, lanzándose al piso, pero Jefferson Lerma le bloqueó la pelota.
En un desenlace con 10 minutos de tiempo extra, Echeverri fue amonestado por una falta cuando intentó evitar una salida rápida de Crystal Palace desde su campo. El argentino se mostró activo, complementándose bien con sus compañeros, pero resultó insuficiente.
Hasta este sábado, el chaqueño, por quien Manchester City le pagó a River 18,5 millones de euros, ni siquiera había integrado el banco de suplentes. Viajó en un par de partidos con la delegación, pero no formó parte de la planilla oficial. De alguna manera, sorprendió que Guardiola dispusiera su debut en una final, en un momento en el que el City intentaba revertir el resultado.
Consultado el entrenador catalán por los motivos de la apuesta por el Diablito, dijo de manera irónica: “Fue una inspiración. Soy un entrenador con talento… (¿Fue un sueño?) ¡Hecho realidad!”. Y agregó: “Quiero ser honesto; no fue una mala decisión, por la forma en que jugó, las ocasiones que tuvo. Tuvo tres ocasiones en espacios reducidos. Lo pensé, porque lo vi en los entrenamientos».
Guardiola volvió sobre un tema que ya había abordado anteriormente: su incomodidad ante los jugadores del plantel a los que no aun no les había dado minutos, como era el caso de Echeverri: “Los últimos cuatro o cinco partidos estuvo siempre en la tribuna y eso no me gusta. Sé que es especial, quizá porque es final de la Copa de Inglaterra, pero él [Echeverri] está jugando y moviéndose muy, muy bien en espacios reducidos, muy creativo en eso. Y pensé durante el partido que en los últimos minutos podía encontrar algo».
Fue ese segmento final en el que se jugó mayormente cerca del arco de las Águilas, con un remate de De Bruyne que se fue muy cerca de un palo y otra tapada bárbara de Henderson, en medio de otras acciones en las que lo tuvieron revolcándose en medio de un gran cantidad de jugadores delante suyo.
Finalmente, Crystal Palace se coronó, manteniendo la valla invicta en cinco de los seis partidos, y logró el título que se le escapó en las otras dos finales que había disputado.
Luego, en medio de los festejos, Guardiola consoló a sus jugadores, se abrazó con De Bruyne, felicitó a varios adversarios y discutió con Henderson, con el que no quiso intercambiar un apretón de manos y lo acusó de algo. El arquero le mostraba los guantes (“¡dieron 10 minutos!”), mientras un compañero, su entrenador y un asistente lo apartaban de esa incómoda situación.
Para el City, que hoy está fuera de los puestos de clasificación a la próxima Champions por su participación en la Premier League, es la primera temporada que no consigue ningún título desde 2016/2017. Tampoco pudo en el torneo de clubes más viejo del continente, cuya final no fue -por primera vez en 144 años- el último partido del año deportivo en el fútbol inglés.