De las dos grandes fronteras calientes que tiene Israel, es la septentrional, fronteriza con el Líbano, la que se pondrá al rojo vivo si Irán se decide a atacar al Estado judío como ha prometido.
Teherán maneja en estas horas de gran tensión el factor sorpresa. Su principal aliado es el Movimiento Hezbollah, que literalmente quiere decir “el partido de Dios”, la organización de fe islámica shiita a la que el líder, ayatollah Ruollah Jomeini, dio un notable impulso tras la revolución en Irán que echó del poder al sha de Irán en enero de 1979 e instaló a Jomeini.
Los shiitas representan una activa minoría entre los fieles del Islam y Hezbollah nació por su voluntad como una milicia paramilitar durante el conflicto armado con Israel en 1982 hasta convertirse en una organización unificada, adiestrada y organizada por un contingente del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámico, brazo armado de la revolución jomeinista.
En 1982 Hezbollah lanzó una insurrección culminada veinte años después con el retiro unilateral de Israel del Líbano y una cadena de atentados suicidas que empujaron afuera a los israelíes de la aventura libanesa.
A la vez Hezbollah fue ampliando su acción políitca. En las elecciones de 2022 conquistó doce asientos en el Parlamento y algunas figuras del gabinete salieron de sus filas. Su ideología es la del shiismo político desarrollado por el ayatollah Jomeini, líder de Irán hasta su muerte, en 2009.
El gobierno argentino acusó a Hezbollah de haber cometido los dos peores atentados terroristas de matriz internacional en la historia del país: las voladuras de la embajada israelí en Buenos Aires y de la AMIA, la mutual social de la comunidad judía, en 1992 y 1994. En la embajada murieron 22 personas con 2441 heridos. Otras 85 fallecieoron en la AMIA. Hezbollah negó siempre toda responsabilidad en los atentados.
El líder de Hezbollah es Hassan Nasrallah. Dijo que su grupo responderá a Israel “sin importar las consecuencias” y que mantener a los israelies en la ansiedad de la espera del ataque “es parte del castigo”.
Hace una semana el máximo comandante militar de Hezbollah, Fuad Shukr, fue asesinado. Nasrallah dijo que su grupo responderá a Israel “sin importar las cosecuencias, para vengar el crimen de su máximo comandante.
Disparos y más tensión
La CNN refirió que antes el discurso de Nasrallah de este martes se escucharon fuertes estampidos de aviones isrelíes que sobrevolaban el centro de Beirut, y se vio como “los aviones disparaban varias bengalas”.
El intercambio de disparos tranasforterizos, que lleva ya más de un mes, se intensificó por la mañana después que Hezbollah lanzara un “enjambre” de drones hacia lo que calificó de objetivos militares en ciudades del norte de Israel.
Fuentes israelíes confirmaron que un dron fue interceptado y que el incidente causó varios heridos en la ciudad de Nahiriya, en el norte.
CNN informó que Israel había atacado antes un edificio en el sur del Líbano y mató a cinco personas. El ejercitó israelí dijo que el edificio era utilizado por Hezbollah.
Amenaza latente
La región espera nerviosa una respuesta de Hezbollah e Irán por los asesinatos de Fuad Shukr y el líder de Hamas Ismail Haniyeh, quien murió la semana pasada en Teherán en un atentado atribuido a Israel en la capital iraní.
El líder supremo iraní, Alí Jamenei, y su Guardia Revolucionaria Islámica prometieron a Israel una respuesta “dolorosa” por el atentado del líder de Hamas en la capital Teherán, donde el Haniyeh había viajado para participar de la asunción del nuevo presidente iraní.
Según el Pentágono, el lunes misiles disparados contra la base aérea iraquí de Al-Assad hirieron a varios soldados de Estados Unidos. Se trató de un ataque de grupos respaldados por Irán, según los norteamericanos.
En cuanto a su capacidad militar, basta el dato de que el arsenal estimado de Hezbollh es tres veces mayor que el que contaba Hamas en Gaza antes de la guerra iniciada el 7 de octubre pasado. Alrededor de nueve de los diez millones de israelíes están bajo la amenaza de los cohetes y misiles de los shiítas libaneses que pueden alcanzar los confines israelíes con el Sinaí egipcio.
Hezbollah sostiene que puede contar con cien mil combatientes activos en el Líbano. El Partido de Dios está presente también en la Siria en guerra al flanco de los Pasdarán iranies y los jihadistas shiítas iraquíes. También aseguran que en las alturas sirias del Golan Hazbollah puede contar con una fuerza de miles de combatientes y fuerzas auxiliares.
El último “regreso” israelí al Líbano causó la guerra de 2006. En la periferia sur de Beirut el cuartel general de Hezbollah está ya casi reconstruido tras los bombardeos aéreos israelíes de entonces. La fuerza principal de Hezbollah es que cuenta con el apoyo de gran parte de la comunidad musulmana shiíta libanesa.
En cuanto al armamento, Hezbollah dispone de 150 mil proyectiles de artilleria, una abundante provisión de cohetes de corto alcance y otros tantos capaces de penetrar 440 kilómetros en la profundidad territorial israelí, 65 mil misiles de mediano alcance, 5 mil de largo alcance, miles de misiles tierra-aire SAM y otros tantos cohetes antitanque teleguiados. Se trata solo de una parte; todos los observadores coinciden que el arsenal del Partido de Dios es mucho más abundante.