Demasiado cerca, pero el golf suele ser cruel aún para quienes persiguen la victoria con pasión. Emiliano Grillo tentaba la chance de ganar su tercer título en el PGA Tour, después de su primera consagración en 2015 en Napa, California, cuando se impuso en su debut en el máximo circuito, y tras la conquista del Charles Schwab de 2023, en el Colonial Country Club de Fort Worth. Sin embargo, se le escapó el título del John Deere Classic, en Silvis, Illinois.
El chaqueño perdió en el primer hoyo del playoff ante el norteamericano Brian Campbell; los dos habían terminado la ronda final con 68 golpes (-4) y un total de 266 (-18). De todas maneras, es una actuación muy meritoria para Emiliano, que se reimpulsa en una temporada que traía un signo negativo: suma valiosos puntos para la FedEx Cup, avanzará en el ranking (figura 144°) y estará más cerca de los majors; el habitual efecto cascada en la elite de este deporte, cuando los resultados empiezan a acompañar.
“Sentí que hice grandes putts y pegué bien desde el tee; acerté la mayoría de los fairways excepto en el hoyo del playoff. Jugué realmente bien; no me gusta, pero el golf es así y a veces tenés que tomar lo que te toca”, mencionó Grillo, que se refirió al costado más flojo de su rendimiento: “Claramente mi juego corto fue lo peor de mi jornada. Lo bueno es que esta actuación me permitirá jugar torneos de mayor nivel y eventualmente llegar a la última escala de los playoffs de la FedEx Cup, en Atlanta, para poder estar en todos los majors el año próximo, es lo que todo golfista persigue en este círculo. Creo que di un gran paso”.
El representante de nuestro país había comenzado la jornada del domingo a un golpe de David Thompson y fue construyendo una vuelta final sólida, gracias a los birdies en los hoyos 4, 8, 10 y 12. En algún tramo del día llegó a colocarse como único puntero con -18, pero sufrió un desengaño con un corto putt que redundó en un bogey en el 15: la pelota mordió la taza y salió. La mueca de fastidio del chaqueño fue inocultable, y más cuando tuvo una mala salida en el par 3 siguiente. A esas alturas, el pelotón de vanguardia mostraba altibajos y se apiñaba entre 16 y 17 bajo el par. Un abanico de líderes, hasta que Brian Campbell sacó una luz de ventaja para quedar en el liderazgo (-18) tras su birdie en el par 5 del 17.
Grillo no se rindió y tuvo un alivio al conseguir un difícil birdie en el 17, después de tirar para águila al borde del green y quedarse corto con el tiro de aproximación. Resolvió bien un putt de dos metros y medio para llegar al último capítulo igualado con Campbell, que ya esperaba en el Club House con un total de -18.
En el hoyo final, Grillo estuvo muy cerca de embocar un largo putt para birdie que le hubiese significado el título. La pelota fue cayendo hacia el hoyo aunque quedó a centímetros; el argentino se tomó la cabeza con un gesto de lamento y todo se perfilaba para que el rubio surgido de la Asociación Argentina de Golf, Campbell y David Lipsky, quien había hecho un águila en el 17, definieran el título en un playoff entre tres jugadores. Pese al envión, este último se frustró con bogey en el último hoyo que lo sacó de la definición.
Así las cosas, Grillo y Campbell disputaron un playoff mano a mano en el hoyo 18. Si llegaban a igualar, volverían a ese último capítulo, y si no, intentarían resolver el pleito en el par 3 del 16. No fue bueno el arranque de Grillo en el mata-mata, porque en la salida, su pelota salió desviada hacia la derecha y cayó en el rough, con pasto pisado por el público, en tanto que Campbell no tuvo problema en acertar el fairway.
El norteamericano le pasó toda la presión al argentino con un gran tiro de aproximación y una posibilidad concreta de birdie. Incómodo, Grillo respondió con un segundo tiro que se le fue 30 yardas largo, fuera del green. La tarea, a esas alturas, era salvar el par y luego esperar, pero su tiro quedó corto y sumó problemas… hasta frustrarse con un bogey, mientras que Campbell cerró el torneo con dos putts para la victoria. Así, el norteamericano de 32 años, que se sumó al tour en 2017, encadena su segundo título después de consagrarse este año en el Mexico Open, en donde también se impuso en un playoff, al vencer al sudafricano Aldrich Potgieter.
Grillo venía de un año de vuelo bajo, con el peligro de no ingresar a los playoffs de la FedEx: cuatro cortes fallados, un abandono y poca figuración en la pelea de los certámenes. Sin embargo, a mediados de junio dio una muy buena señal en la cita más difícil: el US Open, que se jugó en la intrincada cancha de Oakmont y en donde culminó 19°, después de haber estado entreverado entre los diez primeros durante varios tramos. Era el sacudón de confianza que necesitaba para luchar a fondo y aprovechar en un torneo del PGA Tour de importancia intermedia como el de Illinois, en donde no participaban las principales estrellas.
Supo reaccionar, para un golfista que a fines del año pasado le confesó a LA NACION que no quiere obsesionarse con una carrera a la altura de las grandes figuras (“Para ser el N° 1 tenés que poner un tiempo extra, pero prefiero volcarlo en casa”), pero que a sus 32 años resguarda la tarjeta del circuito como un tesoro. Y lo logra: es miembro del PGA Tour de manera ininterrumpida desde 2015. Diez años de continuidad entre los mejores del mundo.