SINGAPUR (Enviado especial).– La siempre presente lluvia tropical vespertina que aligera la burbuja de calor que suele envolver a Singapur se adelantó insistente, este jueves, cayendo desde las tres de la tarde sobre el pavimento del parque de Marina Bay. El aguacero no podía reducir la temperatura (31ºC) y acrecentaba, lógicamente, la humedad, que es de promedio 75%, cual bochornoso verano porteño, diría Astor Piazzolla.
Así llegaba el agua con un tenue frescor y del asfalto se alzaba el vapor de calor generado que empañaba los amplios cristales de las oficinas de los equipos de la Fórmula 1, que empieza a vivir una nueva aventura aquí. La calle del paddock ya estaba bien ordenada con recovas, imprescindibles contra la lluvia y el sol, más mesas y sillas para invitados VIP y minijardines desmontables que hacen de este lugar uno de los más agradables del campeonato.
A pocos metros de los molinetes de entrada, imponente, amenazadora, la gigantesca rueda de “la vuelta al mundo”, una especie de Singapore Eye, casi copia de aquella de Londres. No funciona estos días la atracción de 165 metros de altura, pero un par de equipos –dicen los mal pensados– han contratado cabinas para apostar en lo alto vigías para otear el horizonte y anticiparse al chaparrón que podría caer, como dice el pronóstico, durante los entrenamientos del viernes. Esto, por si falla el radar…
La referencia al calor y la humedad son procedentes en este caso. Con temperatura nocturna a la hora de la carrera que puede superar los 30ºC y la humedad reinante, el esfuerzo que realiza el cerebro de los pilotos para regular la temperatura (hasta 60ºC en el cockpit), puede provocar cansancio extremo, excesivo ritmo cardíaco, mareos y visión borrosa. En 2024 ni George Russell ni Lewis Hamilton pudieron acudir a las entrevistas posteriores por agotamiento extremo. Y Lando Norris, el ganador, decía que se había mareado y perdido agudeza visual por momentos.
En Monza, un circuito con largas rectas y pocas curvas, Colapinto acabó extrañamente agotado. Comentaba en el comunicado de prensa previo de Alpine que se había preparado especialmente para esta situación. Comenzaba a llover cuando Franco llegó a su hospitality y tras entrevistas con las televisiones de pago recibió a la prensa internacional, entre ellos, a este enviado.
—El año pasado tuviste una muy buena carrera aquí. ¿Qué esperás para este año?
—El año pasado, en la clasificación quedé a unas milésimas de pasar a la Q3 y tenía bastante confianza en el auto. Estaba en la décima posición y tuve una buena lucha con Checo (Franco acabó 11º). Espero este fin de semana empujar los límites y lograr que el auto sea más competitivo.
Se lo ve más relajado al argentino. A pesar de las carencias técnicas del Alpine, él viene de hacer tres buenas carreras y de progresar notoriamente. Dice no prestar atención ni a las redes sociales (al menos, no como antes) y tampoco a los rumores sobre su futuro. Aunque Flavio Briatore, el asesor ejecutivo de Alpine, añadió durante la semana al australiano Jack Doohan a la lista de sus candidatos para 2026 (Paul Aron es el otro, además de Colapinto), Franco quiere pensar en manejar y competir.
Colapinto va de aniversario en aniversario. Festejó su debut en Monza 2024, sus primeros puntos en Bakú poco después y ahora, con la espectacular largada del año pasado en Marina Bay, ya suma tres recuerdos positivos para él. Es un tesoro que guardará por mucho tiempo esos segundos en los que pasó a Yuki Tsunoda, a Carlos Sainz y acabó por delante de su compañero Alex Albon al salir de ese primer viraje.
Hasta los organizadores de la carrera quedaron impresionados. Tanto como para situar en una pared del baño de caballeros de la sala de prensa un enorme mural con Colapinto concretando su hazaña. Rarísimo.
La largada de Colapinto, un año atrás
La semana pasada Franco le contó sus primeras alegrías al entrevistador oficial de la FIA, Tom Clarkson. La entrevista se hizo viral y volcó Franco sus confesiones por 50 minutos para el programa Beyond the Grid de la Fórmula 1. Se nota que disfrutó de esos momentos y cuando le mencionaron los accidentes de Interlagos y un final de 2024 con un coche herido y “recauchutado” acudía a su filosofía de siempre ante la adversidad. La declama, pero parece que la internaliza: “Se aprende de la experiencia.” Y que aprende no hay dudas.
Después de muchos padecimientos, incertidumbre y desconcierto desde finales de 2024 y hasta hace unas tres carreras, ha conseguido igualar y superar en velocidad a su compañero el francés Pierre Gasly, con lo cual está progresando en la misión que se planteó cuando comenzaron las dificultades con el Alpine A525: impresionar lo suficiente a su patrón Flavio Briatore para que lo confirme para la temporada 2026.
Por allí ronda el estonio Paul Aron, se vuelve a insistir con Jack Doohan y un rumor “loco” menciona que Alex Albon podría volver a Red Bull junto a Verstappen y en ese caso, la plaza libre de Williams sería para Colapinto, si James Vowles, que aprecia mucho al argentino, llega a un acuerdo con Briatore.
El A525 es un coche rebelde, muy radical en sus reacciones, totalmente diferente al coche con el que había aprendido el año pasado, el Williams FW46. Decía Franco que el A525 fue diseñado en gran parte adaptado al estilo de conducción de Pierre Gasly. ¿Y cuál es ese estilo y cómo es el de Franco y qué tuvo que cambiar? La respuesta surge estudiando las telemetrías de Colapinto versus Albon en 2024 y las comparadas con Gasly en 2025. Con el Williams. Colapinto podía entrar a fondo y casi hasta el vértice (o punto interno) en las curvas de media y baja velocidad y quebrar la trayectoria (virar) a último momento. El Williams rotaba o sea giraba del eje trasero de manera progresiva y era controlable. No sucede así con el A525. Cuando hubo que apretar en serio desde la carrera de Imola hubo varios sustos, un accidente en la pista italiana y un trompo en Silverstone en un momento crucial de la clasificación. Finalmente, en la carrera de Zandvoort se hicieron modificaciones en la puesta a punto y Franco comenzó a frenar de manera diferente, levantando el pie un poco antes, suavizando la maniobra de rotación y acabando por igualar con Gasly la velocidad mínima de paso en muchas curvas, sobre todo en los circuitos lentos. Un mundo de diferencia hay ahora entre el Colapinto que sufría en Mónaco y el Colapinto que por tres veces en las últimas cuatro carreras superó en velocidad a su compañero francés.
Aquí en Singapur, en una ciudad junto al mar de China Meridional y el estrecho de Malaca, los Alpine tienen las mismas posibilidades de destacar que en Bakú hace un par de semanas, cuando acabaron Gasly 18º y Franco 19º. De las 19 curvas, 10 son realmente lentas, algunas a 90º como las de Bakú y allí el A525 tiene serios problemas de deslizamiento del eje delantero al acelerar. Al respecto Franco decía hoy: “El coche es impredecible por momentos y aquí no hay margen para errores.”
En la carrera, los equipos con coches de rendimiento muy modesto sólo pueden confiar en la aparición de coches de seguridad (grandes posibilidades de que esto suceda el domingo) y en alguna lluvia que, en principio no se contempla en los pronósticos.
Gasly probará en los entrenamientos libres un chaleco de refrigeración aprobado por la FIA que podría hacerse reglamentario y opcional para los pilotos. A Colapinto le parece muy buena idea y seguramente querría probarla. En todo caso, el fotógrafo oficial de Alpine no logró que se meta en la bañera con hielo como lo ha hecho Gasly para una recuperación rápida tras los entrenamientos extremos y que probablemente lo repita aquí hasta el sábado.
Uno de los rivales de los Alpine, Nico Hulkenberg, introdujo la costumbre aunque él la llevaba al extremo: tras la vuelta para situarse en la grilla de largada salía del auto, corría a los boxes y se daba un helado chapuzón para volver después con otro traje de carrera seco al coche.
Una ingeniosa manera de combatir la temperatura y la humedad que son muy altas de manera constante en el enclave, hasta 33ºC pero 75 a 85 por ciento de humedad y hasta 60ºC en el cockpit. Para los entrenamientos del viernes se espera una lluvia corta en torno a las cinco y media de la tarde. De ello habló Colapinto, deseando que aparezca el chaparrón para aprovechar alguna oportunidad. Aunque signifique correr riesgos.