La tensión del final se disipó con la última bocha. Esa que desde media cancha impulsó Bartolomé Castagnola (h.) para jugar lejos, bien lejos del arco propio. Ese palo y la posesión dejaron sin asunto a Ellerstina-Indios Chapaleufú, y La Natividad-La Dolfina se largó a festejar: era el campeón del Abierto de Tortugas.
Banderas, bombos, redoblantes y cantos celebraron la pertenencia e iniciaron la fiesta fuera del corralito, alrededor de la cancha 7 de Tortugas Country Club. Mientras tanto, en la privacidad de los palenques, los protagonistas comenzaban a exteriorizar la alegría.
El dream team sigue su marcha triunfal. Segundo torneo de la Triple Corona jugado, segundo trofeo cosechado. Y ahora viene el último, el principal, el del Argentino Abierto, el que todo polista sueña jugar, primero, y ganar, después. Los Cambiaso y los Castagnola sienten que es posible lograrlo, que está al alcance de las manos. Triunfos como el conseguido en Tortugas, con suspenso, apelando al espíritu combativo, aumentan el entusiasmo, elevan la confianza. Y para Adolfo Cambiaso, a los 50 años, obtener el triplete de 2025 junto a su hijo y dos sobrinos implicaría el broche ideal para una extraordinaria carrera deportiva.
A la distancia se palpa felicidad y se advierte que hay múltiples sonrisas en el búnker azul y verde. Las restricciones impuestas para traspasar el corralito de vallas y seguridad e ingresar a hacer el trabajo periodístico obligan a contemplar desde lejos el cuadro. Allí dentro hay fiesta. Todos cantan, todos saltan. Hasta que ‘Barto’, la figura del encuentro, destapa una botella de champaña y baña a todo aquel que se le coloca enfrente. La Natividad-La Dolfina fue creado para esto: ganarlo todo y contra todos. Vencedor del 85° Abierto de Tortugas, sabe de su poderío, del respeto que genera. Sus integrantes son conscientes de que son un gran equipo, como también de que deben mostrarlo compromiso tras compromiso.
“Sabíamos que sería un partido muy difícil; ellos juegan muy bien. Teníamos el antecedente de Hurlingham”, deslizó Barto ante un grupo de fanáticos que pugnaban por quedarse con su camiseta. Si algo está claro en el polo de hoy es que ya no se gana con la camiseta, los nombres ni la historia. De hecho, este mismo oponente exigió hasta un chukker suplementario en el Abierto de Hurlingham al dream team, que ganó por 13-12. Además, como suelen repetir Bartolomé Castagnola, ‘Lolo’, y Cambiaso, el ADN competitivo de la familia los obliga a ganar siempre. “Para mí el polo, a esta altura de mi carrera, es un disfrute. Disfruto en la cancha con mi hijo y mis sobrinos, pero una vez que se lanza la bocha, quiero ganar”, insiste el crack de Cañuelas. “Si jugamos bien, mejor. Pero el objetivo primordial es ganar”, remarca Camilo Castagnola, como si hiciese falta.
Un carrito de la organziación recoge con premura a los jugadores y los lleva al podio. Y al rato, Barto y ‘Jeta’ Castagnola reciben la Copa Emilio de Anchorena por tercera vez en sus cortas trayectorias. ‘Poroto’ Cambiaso nunca había tenido semejante honor, y ‘Adolfito’ levanta el trofeo por décima vez.
Por su parte, la alianza entre los Heguy y los Pieres se quedó con un meritorio segundo puesto y palpita con optimismo la etapa final del año. “El equipo hizo un gran partido, y si bien habría sido más lindo ganar, creo que estamos bien. Ahora viene Palermo. Hay muy buenos equipos y todos van a querer ganar”, comenta Gonzalo Pieres (h.), el punto más alto en rendimiento en Ellerstina-Indios Chapaleufú.
El subcampeón peleó con sus armas y fiel a su estilo de juego abierto. “Lo que mejor nos sale”, de acuerdo con el pensamiento de Cruz Heguy. El antecedente registrado en Pilar por el Abierto de Hurlingham anticipaba un duelo parejo, de difícil resolución para el equipo de mayor handicap. Que, de hecho, no lo tuvo fácil. “Estuvimos a nada de ganarlo. Estábamos tres goles abajo, nos pusimos a uno y casi empatamos. Una lástima. Pero bueno; era un partido muy complicado”, analizó Antonio Heguy, el delantero al que los 8 goles de valorización ya van quedándole cortos.
Compacto de la victoria de La Natividad-La Dolfina
La Natividad-La Dolfina se coronó en Hurlingham hace un mes y ahora triunfó en el Abierto de Tortugas. Esta vez, con menos lucimiento. “¿Si estuvo bueno? Claro, porque ganamos”, afirma Lolo Castagnola, con su estilo llano y directo y su resultadismo. El cuarteto de Cañuelas funcionó de a ratos y por momentos dependió de que sus geniales individualidades lo rescataran del acoso de los Pieres y los Heguy.
Va completándose la Triple Corona con la hegemonía de La Natividad-La Dolfina. Ya tenía el primer trofeo, acaba de llevarse el segundo y va por el tercero. El más importante.
 
					 
							 
			

 
		 
		