LUSAIL (Enviado especial).- El sol de Qatar es pálido en invierno y parece que calienta poco, pero la humedad del golfo arábigo le añade fuego a poco de caminar junto a ese talco casi blanco que caracteriza a esta península colgada de Arabia Saudita. Eran las 14 hora local y la amplia calle del paddock qatarí -que parece un agradable boulevard ajardinado, el mejor de todo el circuito desde el punto de vista estético-, se llenaba con el personal de los equipos, llegados desde la lejana Las Vegas, once husos horarios hacia el oeste.
A esa hora, Lando Norris recibió a la prensa en el corralito. De fondo a sus palabras se probaban los altavoces del circuito pasando una suave letanía en árabe. El inglés daba la cara después de la doble descalificación de los autos de McLaren en Las Vegas por excesivo desgaste de la plancha reglamentaria y plana que protege el chasis de carbono de los Fórmula 1.
Su jefe de equipo, Andrea Stella ya había explicado lo sucedido, la equivocación que permitió a Max Verstappen descontar 25 puntos a Norris, igualar a Oscar Piastri en el campeonato y cambiar lo que tras la carrera de Países Bajos, la decimoquinta del certamen, parecía imposible: disputarle a los dos pilotos de McLaren el título de pilotos. Salía de Zandvoort a 104 puntos de Piastri y a 34 Norris. Tras su merecida victoria en Las Vegas, y otras tres (Italia, Azerbaiyán y Estados Unidos) se erige, a 24 puntos de Lando, como una amenaza mucho más seria de lo que permite suponer la simple matemática.
Es una amenaza psicológica clara, aunque Norris es el gran candidato. El inglés podría ser campeón en Qatar si entre la sprint del sábado y el gran premio del domingo suma dos puntos más que sus rivales. Parece muy sencillo de lograr, pero…
Su compañero Oscar Piastri podía soñar con el título después de Zandvoort llevándole 34 unidades a Norris y se hundió mentalmente. Lando aprovechó para fortalecerse al ganar en México y Brasil. Se tranquilizó, aunque fue un desliz el haber perdido la pole en Las Vegas tras pasarse de frenada en la primera curva, obsesionado con bloquearle el carril interno a Verstappen. Es que Max pesa mucho…
Lando afirmaba en su charla con la prensa este jueves que el equipo sabía, tras las primeras vueltas, que podrían tener un problema con esa “maldita plancha del fondo del coche”. La pregunta núcleo es: ¿Por qué tenía McLaren que jugar al límite con una altura reducida al suelo? Evidentemente, porque aunque Norris tenía la pole, temían a Verstappen y su revitalizado Red Bull RB21.
Así que, a bajar la altura al suelo para tener más adherencia, que se explica de esta manera: la parte inferior curva de los pontones laterales aceleran el aire y crean una depresión que pega el auto al pavimento con una fuerza equivalente hasta 3,5-3,8 toneladas. A ellos se suma la adherencia intrínseca propia de la goma dando picos de resistencia a la fuerza centrífuga en curva equivalente a entre 5 a 5,5 toneladas. Esto equivale a hacer volar un avión pequeño.
Para mayor eficacia es mejor que el aire que pasa por el costado de los túneles no se mezcle con el flujo acelerado interno. Por eso, los pontones tienen bordes inferiores irregulares y, en su interior, placas verticales curvas cuya misión es evitar que entre ese aire intrusivo. Y para que todo esto funcione mejor, hay que correr con la menor altura al suelo posible. El fondo del chasis propiamente dicho lleva una plancha alargada de material símil madera con espesor de 10 mm que, como se desgasta por rozar con el pavimento, puede tener como mínimo un espesor de hasta 9 milímetros.
descalificación en la última carreraAltaf Qadri – AP
El espesor en el auto de Lando era de 8.88 mm en el lado derecho delantero y 8,93 mm en el derecho trasero, mientras el de Piastri era de 8,96 mm en el derecho delantero y 8,90 mm en el derecho trasero. Descalificación justa aunque la FIA aclaró que no había habido intención de hacer trampas por parte del equipo.
Y ahora, tras pegarse un tiro en el pie afectando a sus dos pilotos, el equipo McLaren se enfrenta a una situación que él mismo ha complicado. Hay antecedentes en la Fórmula 1 de escuadras que, dominando un campeonato de pilotos, toman decisiones arriesgadas o muy complicadas innecesariamente.
En 1986, Williams dejó que avanzara la batalla interna entre Nigel Mansell y Nelson Piquet, que aventajaban a Alain Prost (McLaren). Ambos se quitaban puntos y si bien el equipo iba a ganar el certamen de constructores, terminaría perdiendo (aunque no le importaba mucho) el de pilotos. En la última carrera en Adelaida, se reventó un neumático en el coche de Nigel Mansell faltando 18 vueltas. Una vuelta antes lideraba y parecía encaminado al campeonato. Fue una falla estructural que obligó a Nelson Piquet a detenerse para renovar calzado. Dejaban así la victoria y el campeonato en manos de Prost, que lo obtuvo por solo dos puntos de diferencia sumando 74 puntos contra 72 de Mansell, que tuvo que abandonar. Una decisión de favorecer a uno de los dos pilotos bastante antes en la temporada podría haber evitado esa pérdida.
Este año, en McLaren no aprendieron la lección que había dejado bien escrita Nico Rosberg en 2016. Lewis Hamilton sufrió una rotura de motor en el GP de Malasia y quedó a 23 puntos por detrás de su compañero Rosberg. Faltaban cinco carreras y Nico se dedicó a clasificarse justo por detrás de Hamilton en las cinco carreras siguientes. Así ganó su campeonato en Abu Dhabi, la última carrera. ¿Podría Norris adoptar esta estrategia desde la “sprint” del sábado en Qatar?
Otro posible escenario para la acción que comienza este viernes a las 10.30 de Argentina con la única sesión de entrenamientos libres: Verstappen está ahora, antes del comienzo de la carrera sprint del sábado a 24 puntos de Norris, que lidera con 390 unidades. Piastri está igualado en puntos con el holandés. Una óptica que puede adoptar Norris es sumar 35 puntos entre las 3 carreras y llegar a 425, ganando con ello el campeonato, hagan lo que hagan sus rivales.
Otra óptica es correr pensando en sumar dos puntos más que sus rivales este fin de semana y entonces, sí, coronarse campeón. Para ello habrá que asumir riesgos. Por lo pronto, Piastri confirmó que no ayudará a su compañero de equipo en la lucha contra Max Verstappen: “Tuvimos una brevísima discusión al respecto, y la respuesta es no. Sigo igualado a puntos con Max y tengo bastantes posibilidades de seguir ganando si las cosas van como yo quiero, así que, sí, así es como jugaremos”.
En tanto, Norris se refirió a Verstappen: “Lo hemos considerado una amenaza todo el año, incluso cuando estaba con más puntos de retraso; sabemos de qué es capaz”, recordó. “También sabemos de qué es capaz Red Bull. Nada ha cambiado [en el enfoque de su escudería McLaren], ya que Max sigue siendo la amenaza que ha sido a lo largo de todo el año”, insistió.
Ni Verstappen ni Piastri pueden fallar. El cuatro veces campeón, sería un milagro que lo haga. Piastri declaraba este jueves que en Las Vegas, donde acabó cuarto antes de ser descalificado, había sentido mucho mejor su coche, que había vuelto a “tener confianza”. Le debe ser difícil dormir tranquilo. En Zandvoort parecía tener el campeonato en el bolsillo y en su hundimiento tuvo dos golpes provocados por él mismo (Bakú, sprint de Interlagos) y provocó un incidente que le valió una penalización de 10 segundos en Brasil. Su inestabilidad mental, manifiesta.
¿Le dejará McLaren correr contra Norris? Hubo rumores de que en el equipo de Woking favorecía veladamente a Lando, algo no probado. Pero llegado el momento de las definiciones, será inevitable si se vigila a Max, dar órdenes de equipo.


