Nicolás Maduro volvió a atacar a María Corina Machado al poner en duda la fractura que la ganadora del Premio Nobel de la Paz sufrió durante su agitada salida de la clandestinidad rumbo a Oslo, donde debía recibir el galardón.
Una vez más, el dirigente chavista se refirió a la líder opositora de Venezuela como «La Sayona», un personaje del folclore venezolano que castiga a los hombres. «Dijo que tiene una vértebra rota; lo que tiene roto es el cerebro y el alma, porque es una demonia que odia a Venezuela, te odia a ti y manipula a los cuatro seguidores que le quedan», lanzó Maduro, en un nuevo exabrupto público.
«Ella está loca y demente de odio. Es una criminal que llama narcotraficante al pueblo de Venezuela y llama a que invadan y maten venezolanos en una invasión imperialista gringa», agregó, en alusión a la presión constante del gobierno de Donald Trump sobre el Caribe.
El lunes, la portavoz de Machado, Claudia Macero, confirmó que la dirigente opositora padece una fractura vertebral desde que abandonó Venezuela, luego de una publicación del diario noruego Aftenposten, en la que se señalaba que la lesión se produjo durante parte del traslado en una pequeña lancha de pescadores, en medio de un mar agitado. Según el medio, el diagnóstico fue realizado en el hospital universitario Ullevål de Oslo. «Por el momento, no se dará ninguna información extra a la que aparece en el artículo», aclaró la vocera.
La opositora, de 58 años, llegó a Oslo el jueves de madrugada, demasiado tarde para asistir a la ceremonia de entrega del galardón, que finalmente recogió su hija, Ana Corina Sosa. Desde su arribo a Noruega, dijo en varias oportunidades que deseaba ir al médico, sin brindar mayores precisiones.
La fractura no le impidió, sin embargo, pasar por encima de una barrera para saludar a simpatizantes en la capital noruega, en su primera aparición pública en el país nórdico.
A riesgo de ser declarada fugitiva en su país, donde vivía en la clandestinidad, Machado dejó Venezuela en condiciones que hasta ahora se mantienen envueltas en el misterio.
Según un excombatiente estadounidense que fundó una empresa dedicada a sacar a extranjeros de zonas peligrosas, la salida del país sudamericano fue posible gracias a una rocambolesca operación denominada «Dinamita Dorada». De acuerdo con el relato de Bryan Stern, Machado abandonó Caracas disfrazada y con una peluca, y se dirigió a una playa del norte del país.
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María Corina Machado, en Oslo tras recibir el Premio Nobel.
Ya en la costa, la embarcación en la que debía escapar —un viejo pesquero elegido para no levantar sospechas ni exponerse a los bombardeos estadounidenses en el mar Caribe contra buques que, según Washington, transportan drogas— estaba averiada.
Finalmente logró embarcar, pero el GPS no funcionaba. Entumecida por el frío y empapada, pasó luego a otro barco, en el que se encontraba el propio Stern.
A bordo de esa nave llegó a Curazao, desde donde tomó un avión privado rumbo a Oslo, con una escala previa en Estados Unidos.
«Hubo momentos en los que sentí que había un riesgo real para mi vida, y fue también un momento muy espiritual porque, al final, simplemente sentí que estaba en las manos de Dios», declaró Machado el viernes en Oslo.
