El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes la construcción de dos nuevos buques de guerra que llevarán su nombre y que serán parte de la llamada «flota dorada», que aseguró serán «100 veces más poderosos» que los existentes en la actualidad.
Los buques descritos por el mandatario como «acorazados» serán los primeros de la futura «Clase Trump» y comenzarán a ser construidos «inmediatamente», según el presidente, que indicó que se espera que más adelante se puedan llegar a armar hasta 25 más.
La presentación de la nueva «flota dorada», como la nombró el republicano, tuvo lugar en su residencia privada de Mar-a-Lago en Florida, mismo estado donde los buques serán construidos por contratistas que se reunirán con el mandatario la próxima semana.
Trump insistió en la importancia de construir estos acorazados «con rapidez» y criticó a las actuales empresas que se dedican a la construcción de naves para la Armada porque, según él, «no están haciendo un buen trabajo».
La nueva orden presidencial busca priorizar una de la grandes metas de la Administración Trump de revitalizar la industria naval estadounidense y expandir la capacidad de construcción de buques militares en medio de la preocupación por el desfase frente a competidores como China y las limitaciones de los astilleros nacionales.
Dijo que Estados Unidos está «15 años adelantando respecto de cualquier otro país en el mundo» y que «ni Rusia ni China se pueden acercar» al poderío norteamericano.
Además, el anuncio sobre la construcción de nuevos buques de guerra llega una semana después de que el mandatario ordenara confiscar todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela para estrangular la llamada «flota fantasma» y la industria del crudo, la principal del país caribeño.
Desde el 10 de diciembre, Estados Unidos, valiéndose de su fuerza militar desplegada en el Caribe con el argumento de combatir el narcotráfico, ha detenido dos petroleros relacionados con el transporte de crudo venezolano.
En ese sentido, respondió que la Casa Blanca se quedará con el petróleo crudo y las naves incautadas y que su relación con el régimen de Nicolás Maduro se debe a que sus predecesores en la Casa Blanca «eran distintos».
«A ellos les gustaba que los roben, que las drogas entren a Estados Unidos y no les importaban las cárceles en Venezuela. A mi sí me importa todo eso», dijo.
Sobre las lanchas narcoterroristas destruidas por sus fuerzas de seguridad, aseguró que con cada una de ellas eliminadas «se han salvado 25 mil vidas de norteamericanos».

