Con contundencia, Atlético Tucumán se llevó un ajustado triunfo por 1 a 0 ante Racing. Una diferencia mínima que tiene un valor enorme para el Decano: quedó como único escolta del torneo, dos puntos por debajo de Vélez. Para la Academia es una derrota que duele porque no parece encontrar el rumbo en el certamen local: ganó sólo un partido de los últimos cinco, el único en el que pudo hacer goles. Así sigue desperdiciando chances en una Liga Profesional de Fútbol que parece dar oportunidades para todos.
La noche tucumana había arrancado con un Racing presente en el campo, que llevaba el juego cerca del arco de Tomás Durso. Pero a los 25 minutos el partido tuvo un quiebre. Literal. El crack que sintió Agustín García Basso cuando resbaló y cayó mal con su hombro derecho pareció dejar aturdido a la Academia, como confundido. El zaguero regresaba luego de dos meses de recuperación de una lesión en su tobillo. Había sido el jugador que más usó Gustavo Costas en la primera mitad del año, pero no había sumado minutos luego del receso por la Copa América. Sólo pudo jugar 25 minutos. Tras esa caída, se fue directo al vestuario.
Un puñado de acciones después de que Leonardo Sigali lo reemplazara, Atlético Tucumán sorprendió al visitante. Luis Rodríguez aprovechó el espacio para meter una buena pelota (a lo Bochini) en cortada para la entrada de Renzo Tesuri, que también explotó el fallo en el cierre de Facundo Mura y las dudas de Gabriel Arias para poner en ventaja al Decano. Lo que a Racing le había llevado esfuerzos, repeticiones e intentos los tucumanos lo consiguieron de un golpe. Y ese 1 a 0 en favor del local reconfiguró el trámite del partido.
Si la Academia llegó al Jardín de la República con el bolso cargado de las frustraciones que acumuló el domingo pasado en el clásico de Avellaneda, cuando no pudo ser efectivo ante un Independiente que jugó más de 60 minutos con un hombre menos, el tanto de Tesuri puso esas sensaciones sobre el terreno de juego.
Lo mejor del partido
Facundo Sava fue el delantero centro del equipo de Costas en su anterior ciclo en Avellaneda, allá por el 2007. Ahora, algunos metros a su derecha, ya desde fuera del campo, comprobó que esta versión de Racing es un equipo al que los partidos le cuestan demasiado cuando sus delanteros no logran abrirlo pronto. Los 20 tiros de esquina y los 13 remates son una buena muestra. Para colmo, en las que acertó al arco, como en esos remates de Almendra y Mura, chocó contra las manos de Durso o con el palo.
Adrián “Maravilla” Martínez debió cumplir una fecha de suspensión por haber llegado a las cinco tarjetas amarillas. Costas le volvió a dar la confianza a Roger Martínez, acompañado por Maximiliano Salas y Juan Fernando Quintero, dos que ante Independiente habían esperado en el banco de suplentes. Aquellos seis goles ante Huachipato, por la Copa Sudamericana, refrescaron esa sensación que Racing construyó en el primer semestre, de que es un equipo con una voracidad ofensiva insaciable gracias al hambre de sus delanteros. Sin embargo, en los últimos cinco partidos de la Liga apenas marcó un gol, ante Newell’s. Frente a Huracán, Gimnasia, Independiente y Atlético Tucumán no pudo convertir.
Acaso esa sea la explicación a la llegada de Luciano Vietto, que este lunes por la mañana se hará la revisión médica para volver al club que lo formó después de una década de jugar en el exterior. Incluso en conferencia de prensa el técnico Costas admitió que el nivel de sus delanteros no es el mismo que durante el semestre pasado.
Atlético Tucumán es la contracara. En el corto y en el mediano plazo. Con tres tiros al arco construyó un triunfo que le da los tres puntos que lo deja como el único escolta de un campeonato cambiante. Desde la reanudación del torneo argentino apenas perdió un partido, ante Rosario Central. La base está en su solidez defensiva: le marcaron solo tres tantos en los últimos ocho juegos. Con esa receta sigue de cerca los pasos del líder Vélez, a solo dos puntos de distancia. Y sueña.