Lionel Scaloni se emocionó primero con el homenaje a Ángel Di María en la función previa a la salida de los seleccionados al Monumental. Luego, se abrazó entre risas con su colega y compatriota Ricardo Gareca cuando los equipos ya estaban en el campo de juego y guardó las manos en los bolsillos de su campera a la espera del inicio de Argentina – Chile. Después, un clásico: el seguimiento del juego parado al lado de la línea, concentrado, delante del banco de suplentes. Al final del día, en la conferencia, el análisis de la goleada por 3-0. Sin Messi ni Fideo.
“Tuvimos el entretiempo para poder corregir cosas y creo que el equipo ya salió en el segundo tiempo con un punto más de juego desde la primera jugada. Al final creo que el resultado fue justo, ganamos bien”, sostuvo el DT, satisfecho por el resultado y por la celebración del título de la Copa América en Estados Unidos y la despedida de Angelito. “Es una alegría enorme de haber podido festejar con la gente. Fue un momento muy bueno. Di María es una leyenda de esta selección y de este país, y le dije que tiene las puertas abiertas mientras estemos nosotros y cuando ya no estemos”, afirmó.
Un abrazo respetuoso con Gareca, con palabras al oído. Escuchó un “felicitaciones” del Tigre que quedó al descubierto con el acercamiento de una de las decenas de cámaras que hicieron foco en ese encuentro. Imágenes de los instantes previos del partido número 78 de Scaloni al frente del seleccionado argentino. Como César Menotti, también campeón del mundo. Y a uno del ciclo de Carlos Bilardo, el otro que guió a la vuelta olímpica al conjunto albiceleste. Cifras todavía lejanas al récord de 124 de Guillermo Stábile, pero que decoran lo que representa incluso en números el actual entrenador.
Ajeno a eso, apuntó a lo futbolístico: “En el primer tiempo no salieron las cosas como lo planeamos. Se jugó bien en el segundo tiempo. Siempre hay algo para corregir, pero sí es verdad que el equipo estuvo en campo contrario, generó situaciones, hizo un buen trabajo en ataque, puede ser de los mejores segundos tiempos que hemos jugado, tal vez; habría que ver…”.
En la segunda parte, la lesión de Nicolás González lo llevó a sentarse y pensar. Habló por lo bajo con sus ayudantes, Pablo Aimar y Walter Samuel. Eligió a Giovani Lo Celso. Volvió a ponerse de pie y le dejó una indicación a la pasada por debajo de la mano que tapaba su boca. El gol de Mac Allister había llevado más tranquilidad de la que habitualmente transmite.
Una situación similar acompañó la salida del Colorado, golpeado. Iban a ingresar Marcos Acuña y Alejandro Garnacho. Se les unió Paulo Dybala. “Vení, vení, rápido”, le pidió al nuevo 10, por esta noche. El contexto obligaba a una reacción inmediata. Hizo un retoque: salió reemplazado Lautaro y se quedó en el campo Julián, que había comenzado a recibir los aplausos porque iba a ser reemplazado y los recibió luego por su golazo desde afuera del área, el 2-0. “Lautaro y Julián se complementan bien, las pelean todas, no dan ninguna pelota por perdida. Cuando juegan así es difícil optar por uno u otro. Hicieron un gran partido. Estamos contentos con el aporte de ambos, que hicieron un partido completo”, destacó el DT.
La Joya también le respondió con un gol, el tercero. Scaloni no lo gritó, como tantas veces, pero se dio vuelta y aplaudió, con la mirada en el suelo y una sonrisa de complicidad. “Es una alegría lo de Paulo, y nos quedó una sensación fea de que no pudo estar en la Copa, por decisiones técnicas. La única manera que tiene de reponerse es hacer lo que hizo cuando ingresó, aportar lo suyo como lo hizo. Era el futbolista que tenía que llevar la 10 y se la dimos; no lo debatimos porque tiene jerarquía para llevarla”, contextualizó.
Sobre el recambio y la respuesta del equipo, Scaloni no dudó: “La selección necesita que nadie se relaje, que haya un estímulo. No teníamos a Leo, no va a estar Ángel y necesitamos ver a jugadores que puedan entrar. Alejandro [Garnacho] entró y todo lo hizo bien. Necesitamos llevarlo de a poco, con calma, como con los más chicos. No es fácil dejar afuera a otros que estuvieron en la convocatoria o el caso de [Leonardo] Balerdi, que por la lesión no pudo estar y nos hubiera gustado que estuviera”. Y agregó: “[Valentín] Castellanos tiene virtudes que nos pueden aportar cosas, ya lo habíamos citado una vez y no pudo estar”.
Con el seleccionado líder de las Eliminatorias y cada vez más cerca de asegurar su lugar en el Mundial 2026, el entrenador habló sobre si le daría más minutos a los jóvenes en ese caso. “Si los chicos tienen que jugar que sea por merecimiento. No podemos cambiar cinco o seis jugadores de un día para otro, aunque estemos clasificados, que nos estaríamos adelantando. Soy de la idea de que tienen que ganarse la oportunidad y no darle el lugar porque sí”, avisó.
También están los grandes, los experimentados. Nicolás Otamendi recuperó un lugar y fue capitán. “Que Ota no haya jugado tanto en la Copa fue por un tema futbolístico. Hoy, Lisandro nos daba un buen pase y el lateral izquierdo teóricamente lo íbamos a usar poco. Licha hizo un buen partido en un lugar que no es la suya. Y Ota ya sabemos que cuando lo llamamos a la causa, siempre está listo y eso es lo que necesita el equipo”, explicó.
Hubo fiesta. Las canciones de los jugadores con los hinchas. “Cargamos el combustible a través de la competición. No es muy difícil hacerles entender que si no se rinde aparece otro y te saca el puesto. Los jugadores entendieron el mensaje y siguen compitiendo. El día que el resultado no acompañe, veremos. Hay que estar preparado para que el día que no se gane, porque nos vamos a tener que levantar”, siguió el entrenador, que no acepta que Argentina esté muy por encima, como marca la tabla de posiciones. “No creo que haya tanta superioridad con el resto. El fútbol es parejo, es muy extraño, aunque estamos en un buen momento. El equipo afronta cada partido como una final y la calidad de los jugadores hacen el resto”, amplió.
El lunes, el plantel argentino volará hacia Colombia para jugar el martes en Barranquilla, a las 17.30 de nuestro país. El DT se reservó las pistas. “A nivel físico, técnico y de minutos, algunos jugadores llegaban justo. Ahora vamos a jugar en un horario que no debería ser, que es como jugar en la altura, en un lugar con mucho calor. Intentaremos hacer lo mejor sabiendo que enfrentaremos a un buen equipo”, expuso. “Nunca ponemos un equipo pensando en el partido siguiente. Sabemos que hay jugadores con amarillas, pero a veces las bajas surgen por lesión. La idea siempre es poner el mejor equipo”, cerró sobre el tema.
Y a futuro, se mostró afecto a que la selección juegue en alguna provincia. “No decido dónde vamos a jugar. Por mí, juego al lado de mi casa. Me encantaría ir al interior y ojalá se pudiera. Si puedo hacer fuerza, la haré. En principio, es cómodo jugar en Buenos Aires cuando es el primero de los dos partidos de local porque llegamos y estamos cerca para trabajar tranquilos”.
Las confesiones de Dybala
Paulo Dybala volvió a la selección argentina luego de quedar marginado en la última Copa América. El cordobés llevó la camiseta número 10 ante la ausencia por lesión de Lionel Messi y selló la goleada en tiempo de descuento, en ese puñado de minutos que logró jugar ante Chile, por las Eliminatorias.
“Estoy feliz de poder volver, de estar con mis compañeros, con toda esta gente… Es todo muy especial”, dijo La Joya, minutos después del final del juego, mientras sus compañeros comenzaban a vivir el festejo por la obtención de la Copa América, entre cantos, baile, abrazos y risas.
“Pensé que no iba a estar, me tocó volver. Cuando uno se pone esta camiseta tiene que dar lo mejor”, confesó sobre la convocatoria de Scaloni. Y con un bonus track: el número vacante por la ausencia del rosarino. “Sé que no es mi remera. Todos sabemos que es de Leo, yo traté de dar lo mejor. No sabía si aceptarla o no. Me decían los chicos que tenía que usarla yo y me convencieron. Es una responsabilidad muy linda”, completó.
LA NACION