las condiciones de Francia y Alemania

“Resetear” el Brexit británico a cambio de un acuerdo migratorio con la Unión Europea. Esta fórmula de Alemania y Francia está siendo discutida con el primer ministro británico Sir Keir Starmer, que busca un acercamiento a Europa, después del fracaso político, económico y social del divorcio más dramático de su historia. Un plan de acuerdo migratorio propuesto por la UE fue solicitado a Bruselas por Francia y Alemania.

La oferta francesa y alemana ofrece ayudar a poner fin a las crisis de los barcos que llegan con migrantes a Gran Bretaña, vía el Canal de la Mancha, a cambio de la libre circulación de jóvenes europeos a la isla.

Francia y Alemania han exigido mejores normas post-Brexit para los trabajadores y estudiantes de la UE en Gran Bretaña, a cambio de un nuevo acuerdo migratorio para reducir los cruces del Canal.

Solo el lunes 700 migrantes cruzaron el Canal de la Mancha desde Francia a Gran Bretaña. Otros 800 el día anterior. Los “barquitos”, como los llaman en Gran Bretaña, son un problema político para el gobierno de Starmer, así como hicieron perder las elecciones a los conservadores.

Francia y Alemania quieren que los británicos reciban legalmente a los migrantes, en rutas seguras, sin arriesgar la vida, a cambio de ayudar a frenar los barquitos. A cambio que los jóvenes europeos pueden viajar, estudiar o trabajar libremente en Gran Bretaña o los británicos en la UE, como antes.

Alemania y Francia piden un acuerdo de asilo de la UE con el Reino Unido. Los ministros del Interior se reunirán con su par de Italia para hablar sobre la solución de la crisis migratoria.

Alemania y Francia reclaman a Bruselas que negocie un acuerdo «esencial» de asilo y migración con el gobierno de Sir Keir Starmer, que sea «propicio» a las demandas de la Unión Europea.

El llamado a Bruselas es un resultado temprano de los esfuerzos de Sir Keir Starmer para restablecer las relaciones con la UE y su intenso acercamiento diplomático a Emmanuel Macron, el presidente francés, y Olaf Scholz, el canciller alemán. Alemania cerró las fronteras y hay control migratorio a causa de los migrantes y los actos de terrorismo.

El «reinicio» de las relaciones europeas del primer ministro se considera una oportunidad para que la UE obtenga concesiones sobre la «movilidad legal» de los inmigrantes en Gran Bretaña, a cambio de ayudar a detener los cruces irregulares del Canal en pequeñas embarcaciones.

En una carta conjunta de Nancy Faeser, ministra alemana del Interior, y Gérald Darmanin, que hasta la semana pasada era su homólogo francés, instaron a la Comisión Europea a “presentar rápidamente un proyecto de mandato de negociación” para las conversaciones.

“Creemos que el Brexit ha tenido consecuencias muy perjudiciales para la coherencia de nuestras políticas migratorias. La ausencia de disposiciones que regulen el flujo de personas entre el Reino Unido y el espacio Schengen está contribuyendo claramente a la dinámica de los flujos irregulares y al peligro que supone para las personas que utilizan esta ruta en el Canal de la Mancha y el Mar del Norte”, afirma la carta, de la que informó por primera vez la Agence France-Presse.

“La llegada al poder de un nuevo gobierno británico, que demuestra su intención de cooperar de forma constructiva con la UE, nos parece propicia para un progreso concreto en esta cuestión” sostuvieron.

Yvette Cooper, la ministra del Interior, se reunirá con Faeser y Bruno Retailleau, el nuevo ministro del Interior francés, así como con Matteo Piantedosi, su homólogo italiano, en una reunión ministerial del G7 en Mirabella Eclano, Italia, el miércoles de la próxima semana.

“Estamos restableciendo nuestra relación con Europa, que los conservadores trataron de manera tan imprudente. Pero nuestras líneas rojas no han cambiado”, dijo una fuente cercana a Cooper.

Los conservadores han acusado al Partido Laborista de estar dispuesto a “extender la alfombra roja” a la UE y a los inmigrantes ilegales.

James Cleverly, el ministro del Interior en la sombra y candidato al liderazgo del Partido Conservador, dijo: “Starmer haría cualquier cosa para acercarse a la UE. Este es un hombre que hizo campaña por un segundo referéndum y dijo que todas las leyes de inmigración eran racistas. La UE no puede esperar para jugar con los laboristas como si fueran un violín” denunció.

El gobierno británico ha mostrado su voluntad de trabajar con la UE en materia de inmigración ilegal. Especialmente para devolver a los inmigrantes que cruzan el Canal de la Mancha o el Mar del Norte. Pero cualquier acuerdo tendrá condiciones. La UE buscaría crear rutas legales para los solicitantes de asilo o inmigrantes que llegan al Reino Unido, incluidas cuotas europeas de reparto de cargas, para distribuir a los solicitantes de asilo de Italia o Grecia. Hasta ahora nunca se han cumplido esas cuotas y junto con Hungría y Polonia, Gran Bretaña es la más reticente a aceptar migrantes.

“Dependemos en gran medida de la comisión para abordar simultáneamente las cuestiones de la movilidad legal. En particular la movilidad familiar y profesional, la lucha contra la inmigración ilegal y el derecho de asilo con nuestro socio británico”, se lee en la carta francoalemana.

Una fuente cercana a la ministra del Interior británico dijo que el gobierno rechazaría cualquier demanda de la UE, que aumente la migración neta o que Gran Bretaña sea parte de las cuotas europeas de migrantes.

“La migración neta se triplicó bajo el último gobierno y la reduciremos”, dijo la fuente. “No habrá un retorno a la libertad de movimiento ni ninguna participación en ningún esquema de cuotas de la UE para la migración irregular” dijo.

La libertad de movimiento entre el reino y la UE fue la que restringió el Brexit y es uno de sus principales pilares, ante la fobia de los británicos a los extranjeros. Miles de euros se vieron forzados a abandonar Gran Bretaña junto a sus familias. El reino se quedó sin mano de obra en hotelería, en la agricultura, en los hospitales. Los estudiantes de Erasmus, un proyecto que permitía que estudiaran, en el reino y en Europa, se anuló.

Francia y Alemania están preocupadas de que la falta de controles acordados y de un tratado sobre las normas de asilo, incluidas las devoluciones, sea un factor de atracción, que atraiga a los migrantes irregulares al espacio de viaje Schengen sin pasaporte de Europa.

“Francia y Alemania se ven particularmente afectadas, dadas sus respectivas posiciones geográficas”, decía la carta.

“El alcance de esta fenómeno afecta a toda la UE, ya que las rutas migratorias en cuestión cruzan el continente y los flujos de salida representan casi un tercio de las entradas ilegales al espacio Schengen” sostuvo la carta.

Las últimas cifras de Frontex, la agencia fronteriza de la UE, para este año, de enero a agosto, confirman la preocupación por las “salidas hacia el Reino Unido” de la UE, que alcanzan el 29 por ciento de las 139.455 entradas irregulares al espacio Schengen de Europa.

Pero cualquier acuerdo para devolver a los migrantes del Canal será difícil. Vendrá acompañado de demandas sobre la movilidad de los jóvenes y llamados a Gran Bretaña para reasentar a los refugiados genuinos en Europa en el Reino Unido y permitir la reagrupación familiar.

Muchos de los migrantes cruzan el canal de la Mancha porque sus familias están en Gran Bretaña y el reino no permite que se reencuentren padres e hijos, esposas y maridos. La mayoría llega de excolonias británicas o de países donde Gran Bretaña participó en la guerra.

Bruselas debe «presentar rápidamente un borrador de mandato de negociación con vistas a alcanzar un acuerdo con el Reino Unido sobre cuestiones de asilo e inmigración», escribieron París y Berlín a la Comisión.

Cualquier acuerdo entre la UE y el Reino Unido requeriría el apoyo unánime de los 27 estados miembros de la UE.

La apertura de París y Berlín se produce después de que Sir Starmer dijera a los líderes reunidos en la cumbre de la Comunidad Política Europea, a principios de este año, que el Reino Unido nunca abandonaría la Convención Europea de Derechos Humanos, tras rechazar el proyecto conservador de enviar migrantes a Ruanda.