La señora estaba dispuesta y era juguetona

En el juicio por las violaciones a Giséle Pelicot de su marido, el agente inmobiliario Dominique y sus 50 socios durante una década, en un pueblito de la Provence francesa, hubo menos interesados esta semana. El tribunal de Aviñón, a 700 kilómetros de Paris, decidió que los videos de esos actos sexuales no podrían ser vistos indiscriminadamente, como sucedió la semana pasada.

Un morbo menos en este juicio, donde Giséle es el símbolo de la justicia contra los violadores en Francia y la principal acusadora para modificar la legislación que los ampara.

La cuestión de la difusión de videos y fotografías, durante la audiencia, de las violaciones sufridas por Gisèle Pelicot se debate desde el inicio del proceso, que se celebra en el tribunal de Aviñón, en Vaucluse.

El proceso por violación en Mazan continúa con las audiencias de los 50 coacusados, además dee Dominique Pelicot, juzgado por haber drogado y violado a su esposa Gisèle Pelicot durante diez años.

Para fundamentar los hechos imputados a uno de los acusados, Jacques C., el tribunal decidió, el jueves, difundir por primera vez videos y fotografías de la violación de Gisèle Pelicot, imágenes tomadas por el principal acusado y sus presuntos cómplice.

Pero el viernes, al término de una suspensión de la audiencia, el presidente del tribunal anunció que ya no habría ninguna distribución sistemática de fotografías y videos. Una decisión que va en contra de la petición de Gisèle Pelicot desde el inicio del juicio. Allegados a la víctima insisten en que sin estos videos el caso no existiría.

Las imágenes ahora sólo se presentarán con un propósito: la manifestación de la verdad y, por tanto, sólo cuando estén presentes las partes que participan en el juicio. El resto del público y periodistas serán evacuados. El presidente justificó su decisión en nombre de la “moral y la decencia”.

La defensa quiere evitar un “desembalaje nauseabundo”.

Sin embargo, la audiencia no se convierte en una sesión a puerta cerrada. El debate sobre la difusión de estas imágenes, esenciales para la investigación y sin las cuales no habría juicio, según el fiscal general, está agitando a las partes civiles.

«Es importante ver de qué estamos hablando», afirmó el abogado de Gisèle Pelicot, en particular para lograr que algunos acusados ​​admitan las violaciones.

La defensa de Dominique Pelicot declaró no oponerse a la visualización de estos videos.

«No debe ser sensacionalismo», advierten los abogados defensores, «No hay necesidad de este desagradable desembalaje», decide uno de los abogados. Otro afirma que «estas proyecciones son indignas» y denuncia «un voyerismo que la justicia no necesita«.

En la Sala Penal de Aviñón se produjeron acalorados debates entre Gisèle Pelicot y los abogados de varios acusados. Ciertos comentarios de la defensa conmocionaron a la opinión pública.

Desde la apertura del proceso por violación en Mazan, Gisèle Pelicot se ha convertido en uno de los símbolos franceses de la lucha contra la violencia sexual. A pesar de todo, dentro de los muros del Tribunal de lo Penal de Aviñón, ella soporta el peso de las preguntas cada vez más curiosas de la defensa y comentarios, que se consideran parte de la “cultura de la violación”.

El miércoles 18 de septiembre, 27 fotografías íntimas de Gisèle Pelicot, todas ellas extraídas del disco duro de la computadora de Dominique Pelicot, fueron difundidas ante el tribunal penal de Aviñón.

Según FranceInfo, el septuagenario aparece allí a veces desnudo, a veces en ropa interior. Esta serie de fotografías revela primeros planos de sus partes íntimas, varias escenas de sexo (con su exmarido, a veces con otros hombres) y poses sumamente sugerentes de ella misma con juguetes sexuales.

Dos abogados defensores, Isabelle Crépin-Dehaene y Philippe Kabore, insistieron en que el visionado de estas fotografías se realice en la sala del tribunal, «útiles para revelar la verdad», según ellos.

Además de contradecir las declaraciones de Gisèle Pelicot, que afirma que estas fotografías fueron tomadas sin su conocimiento, probarían que hubo “un juego sexual dentro de la pareja Pelicot”, aseguró Isabelle Crépin-Dehaene.

Antes de añadir que «algunas de estas fotos pueden haber sido compartidas por el señor Pelicot», y pueden haber llevado a algunos de los hombres hoy en el banquillo, a pensar que «la señora estaba dispuesta y era juguetona para ir a compartir un momento con tres».

Gisèle Pelicot no está de acuerdo. Ella nunca participó voluntariamente en tales representaciones. Para ella, incluso cuando tiene los ojos abiertos, está bajo los efectos de la sumisión química, infligida por su marido en ese momento. También insiste en que no siempre es ella la que sale en las fotos, informó Le Figaro.

Ella toma este crecimiento en su estómago como prueba: “Si tengo que revelar parte de mi anatomía para demostrar que no soy yo en estas fotos, lo voy a hacer”. Disuadida por el presidente, se enoja. “¿Qué buscamos en esta sala? ¿Que soy culpable? ¡Nos preguntamos quién es el culpable en esta sala del tribunal!».

Ese mismo día, otro abogado preguntó a Gisèle Pelicot: “¿No tiene usted tendencias exhibicionistas que no asumiría?”.

“¡Ni siquiera voy a responder a esta pregunta porque la encuentro muy insultante! Lo encuentro degradante y humillante”, protestó la víctima.

Al leer estos relatos judiciales, la estrategia de la defensa llama la atención. La periodista Victoire Tuaillon compartió sus sentimientos sobre X: “El país está descubriendo cómo las víctimas de violencia sexual son a menudo pisoteadas en los tribunales. Es horrible, ¿no?”.

Guillaume De Palma, abogado de varios acusados ​​en el proceso de Mazan, también causó conmoción y asombro con esta postura sobre la violación: “Hay violación y violación”, afirmó, pareciendo minimizar la verdadera intención de algunos de los acusados.

“Desde el momento en que hay intención culpable, desde el momento en que podemos aportar pruebas de que la persona que cometió los actos de violación tenía conocimiento de haber cometido actos de violación, hay violación. De lo contrario, no hay violación. Y eso es lo que hemos dicho desde el principio para todos nuestros clientes”, afirmó.

En medio de un enjambre de periodistas armados con sus micrófonos, se le interrogó sobre “la falta de consentimiento”.

“No estamos en la legislación estadounidense”, insistió el abogado. “Es decir, en Francia no es necesario haber obtenido el consentimiento de la víctima para garantizar necesariamente que no haya violación. Para que exista violación es necesario demostrar la intención culpable del perpetrador. Si el autor se equivocó, se equivocó. El Tribunal de Casación dice que no hay violación”, afirmó.

Muy criticado, De Palma se rectificó. “Expliqué que hubo violación en su sentido mediático y jurídico. Si las palabras la hirieron o la escandalizaron, lo siento. Esa no era mi intención. Mi intención era recordar las normas de derecho”, declaró ante Gisèle Pelicot, como consta en un artículo de Le Monde.

Otra abogada defensora, Isabelle Crépin-Dehaene, también provocó indignación hace unos días al compartir en la red social LinkedIn un artículo la colecta lanzada por la ex estrella del reality show Nabilla Benattia Vergara en apoyo a Gisèle Pelicot (que esta última rechazó), con un comentario: “Qué lástima. Podría haber vendido sus senos de plástico”. Un mensaje que posteriormente borró.

Un acusado violó a Gisèle Pélicot durante el parto de su pareja. Emilie O. se derrumbó en lágrimas mientras miraba a Gisèle Pelicot, quien le sonrió, como muestra de apoyo, cuando dudaba si su marido la había violado o no.

El tribunal inició el lunes el estudio de los hechos de cinco coacusados, entre ellos Joan K., el más joven, que ahora tiene 26 años pero que tenía 22 en el momento de los hechos. Es sospechoso de haber ido dos veces a la casa del matrimonio Pelicot en Mazan, un pequeño pueblo de Vaucluse, para violar a Gisèle. Incluyendo una vez en noviembre de 2019, en lugar de asistir al nacimiento de su pareja, de quien estaba separado.

En cada una de sus llegadas y salidas de la corte, Gisèle Pelicot es siempre objeto de estruendosos aplausos del público.