Durante miles de millones de años, el clima de nuestro planeta ha ido experimentado todo tipo de cambios, incluyendo en la ecuación períodos en los que el hielo proliferó en todo el planeta. De hecho, la ciencia sabe desde hace tiempo que los núcleos de hielo pueden ser un recurso valioso para comprender estos períodos de la historia de la Tierra, una especie de cápsula del tiempo del clima en ese momento. Siendo así: ¿dónde está el pedazo de hielo más antiguo?
El estudio. Esta fue la base con la que partieron un grupo de investigadores de la Institución Scripps de Oceanografía de Estados Unidos, que ha terminado en un trabajo publicado en Climate of the Past. Lo más sorprendente: frente a la idea popular de que la Antártida debería ser el lugar que investigar, su trabajo los ha llevado hasta las inmediaciones de Sudamérica.
La importancia del polvo. Tal y como indican los científicos, el llamado polvo de los núcleos de hielo es clave en este tipo de investigaciones. La razón se debe a que allí permanecen “huellas”, signos indicativos de períodos glaciares, ya que la exposición de la plataforma continental, la menor cantidad de lluvias, el aumento de la aridez y el viento pueden impulsar un mayor transporte de polvo.
Además, se conocía otro dato desde el que partir. El registro de hielo continuo más antiguo conocido de la Antártida (Proyecto europeo para la extracción de núcleos de hielo en la Antártida Dome C) se remonta a 800.000 años. De ahí la sorpresa del nuevo trabajo, donde se sugiere aumentar esta cifra a nada menos que 1,5 millones de años en otro enclave del planeta.
El lugar exacto. Como cuentan en el trabajo, el lugar exacto es más difícil de confirmar porque los glaciares se mueven a través de la tierra y el derretimiento basal puede borrar los registros existentes. Con todo, la investigación señala el sitio U1537 del Programa Internacional de Descubrimiento de los Océanos, un punto en las inmediaciones de Sudamérica, como el candidato ideal para datar el hielo más antiguo basándose en su contenido de polvo marino.
Para llegar hasta aquí compararon el polvo marino de los núcleos de hielo del Océano Atlántico Sur del sitio 1090 del Proyecto de Perforación Oceánica, con los del sitio U1537. Así, la investigadora Jessica Ng y sus colegas descubrieron que el enclave era el registro de polvo marino más apropiado, uno que luego se comparó con el polvo de hielo de Epica Dome C en la Antártida. Además, crearon registros artificiales del hielo más antiguo y compararon los patrones con el registro de polvo marino del sitio U1537.
Descubrimiento. El equipo descubrió que los registros de los dos sitios coincidían hasta hace 800.000 años, pero la correlación se redujo después de eso, lo que puede indicar «una variabilidad espacial de la afluencia de polvo en todo el hemisferio sur durante el escenario mundial de 40.000 años».
Con estos resultados, ahora enfocaran su trabajo en otro rompecabezas: entender por qué ocurrió la transición del Pleistoceno medio y cuáles fueron las consecuencias. Se sugería la erosión del regolito (capa superficial de polvo y roca sueltos) que permite capas de hielo más gruesas y el enfriamiento glacial causado por la actividad tectónica como posibles causas, “pero necesitamos más trabajo para establecer un mecanismo causal», zanja Jessica Ng.
Imagen | Climate of the Past (2024), David Stanley
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