Ante un grupo de invitados, con un circuito cerrado y con Elon Musk como maestro de ceremonias, Tesla ha presentado esta madrugada en horario europeo el nuevo Tesla Cybercab. El prometido, y otras veces retrasado, robotaxi de la compañía se ha presentado por primera vez ante el público.
Durante la presentación, Musk ha querido dejar claro que priorizar el uso de vehículos completamente autónomos es, según él, el mejor futuro que existe para las ciudades. El objetivo es eliminar o reducir el volumen de automóviles privados, parados la inmensa mayoría del tiempo, por cabinas con ruedas para desplazarse de forma más segura y menos costosa.
Esta idea estará representada en el Tesla Cybercab, un vehículo biplaza, completamente autónomo, sin pedales ni volante que se moverá mediante el uso de cámaras y de inteligencia artificial. Todo ello por un precio de 30.000 dólares, una cifra cercana a la que se había especulado para el supuesto Tesla Model 2, el proyecto de vehículo asequible de la compañía especializada en vehículos eléctricos.
El proyecto parece cambiar la hoja de ruta de la compañía. Durante años se ha fantaseado con que un vehículo compacto de Tesla serviría para dar un golpe encima de la mesa de la industria, proponiendo un automóvil con mejor relación autonomía/precio que los rivales. Sin embargo, el proyecto parece cancelado o, como mínimo, detenido.
¿Cuál es el camino que quiere tomar Tesla?
¿Apostar por la conducción autónoma es lo correcto?
Un contexto que se ha complicado
«Su visión es encantadora, pero alguien tiene que actualizarla. Por ahora, durante los próximos 24 meses, Tesla tiene que vender vehículos eléctricos. ¿Por qué no estamos enfocados en eso?», criticaba Ross Gerber, accionista de Tesla y CEO de Gerber Kawasaki Wealth and Investment Management, en palabras recogidas por Reuters.
El sentir de Gerber es el de los inversores y accionistas que llevan esperando la llegada del Tesla más asequible como agua de mayo. También el de los potenciales clientes que confiaban en tener el coche con mejor relación autonomía/precio del mercado. Sin embargo, ya en abril, también Reuters, afirmaba que este proyecto se había cancelado.
Aunque Tesla ha liderado la venta de coches eléctricos, en los últimos meses ha visto cómo BYD les ha superado. Las ventas de la compañía china reflejan el enorme potencial de estas empresas en su mercado local y cómo han comido terreno a los fabricantes occidentales. Los bajos precios de venta han puesto en entredicho que las compañías europeas y estadounidenses puedan hacer frente a estas empresas en la gama baja del coche eléctrico.
Llevamos años hablando de un Tesla Model 2 de 25.000 dólares pero Reuters asegura que en abril se canceló el proyecto
Aunque se esperaba que el Tesla Model 2 (nombre más repetido para el modelo) fuera el espaldarazo definitivo para vender una cantidad inimaginable de coches (20 millones anuales en 2030), lo cierto es que las cifras esperadas parecen imposibles de cumplir, teniendo en cuenta que supondría doblar el número de vehículos que Toyota, que es el mayor fabricante a nivel mundial, pone en el mercado cada año.
Pero, además, lo verdaderamente complicado para cualquier compañía está en sacar verdadera rentabilidad a los vehículos de gama baja o media-baja. El creciente peso tecnológico de los vehículos actuales ha derivado en un aumento de los costes de los vehículos más baratos. Volkswagen ya anunció hace tiempo que no competiría por volumen, como ha hecho tradicionalmente, y las marcas chinas tienen su puerta de entrada a Europa en este terreno.
Para sacar rendimiento a este producto, Tesla decía estar diseñando un nuevo sistema de fabricación capaz de ahorrar un 50% en costes, respecto a sus gastos actuales con la producción de vehículos. También aspiraba a tener nuevas baterías que redujeran los precios de las mismas y, por consiguiente, el precio final de los vehículo. Sin embargo, ni el proceso de fabricación del coche ni el de las baterías parece estar dando los resultados esperados.
Ante este contexto, la duda era si Tesla podía hacer un producto diferencial en autonomía/precio frente a la competencia. Esta ha sido la verdadera arma de la compañía hasta ahora. El último ejemplo es el lanzamiento del Tesla Model 3 de un solo motor y batería grande en Europa. Con un precio en España de 44.900 euros (antes de ayudas del Plan MOVES III), es el coche que más kilómetros da por ese precio.
Sin embargo, Tesla no parece haber podido encontrar el camino para replicar esta estrategia en los automóviles de menor tamaño. Poco a poco, el mercado va recibiendo modelos asentados en los 30.000 euros o menos. El principal hándicap de los coches de 25.000 euros o menos es conseguir una autonomía suficiente para viajar con ellos. El posible Tesla Model 2 lo prometía pero, de momento, no parece que lo vayamos a ver en un corto plazo.
Apostar por la IA
Ante esta situación, Elon Musk ha decidido conducir la empresa al desarrollo de software enfocado en la conducción autónoma mediante el empleo de inteligencia artificial.
El Tesla Cybercab o robotaxi de Tesla es el mejor ejemplo de ello. El gran proyecto de la compañía para los próximos años se centrará en desarrollar cabinas con ruedas que haga las funciones de taxi sin conductor. Por tener, no tendrá volante ni pedales, siempre y cuando se cumplan los planes de la compañía.
Este enfoque es el resultado de una decisión en la que ha ahondado la marca en los últimos años. Buena parte de sus esfuerzos se han centrado en mejorar sus sistemas de conducción autónoma y, más concretamente, el Full Self Driving (FSD). Este sistema es el más avanzado que tienen ahora mismo y debería llegar a Europa en 2025.
Este sistema que aspira a convertirse en un paquete de conducción autónoma total ha chocado en múltiples ocasiones con los reguladores. Se ha demostrado que la compañía ha vendido supuestas habilidades mediante montajes, ha sido calificada de «publicidad engañosa» y, sobre todo, no es autónoma porque necesita de la atención humana como la propia Tesla recuerda en su página web.
Sin embargo, las esperanzas de Tesla con el desarrollo de sistemas de conducción autónoma siguen fuertes. Su gran objetivo es poder desarrollar un software para venderlo a terceros y sacar un rendimiento económico mucho mayor que el que consiguen con la venta de automóviles.
Si el tiro del robotaxi sale bien, la compañía aspira a dar un salto de gigante a nivel económico. Con el paso del tiempo ha ido eliminando todo tipo de sensores y radares de sus coches pues cree que con una cámara y el entrenamiento de un modelo de inteligencia artificial puede conseguir mejores (y, sobre todo, más económicos) resultados.
La conducción autónoma ha sido una de las grandes mecas del sector en los últimos años pero el paso del tiempo parece estar demostrando que el volumen de recursos económicos y técnicos necesarios es gigantesco. Waymo y Cruise, las compañías más destacadas del mercado, han dedicado miles de millones de euros para, de momento, ofrecer un servicio muy acotado. Según el propio Elon Musk, Tesla ha dedicado ya 10.000 millones de dólares a su desarrollo.
Ahora, Tesla tiene que demostrar que es capaz de poner en el mercado un servicio que rivalice con estos dos gigantes. Ambos han necesitado años de experimentos e investigación para que los reguladores hayan ido abriendo, poco a poco, la mano. Salvando importantes baches por el camino.
Elon Musk cree que antes de 2027 tendrá el visto bueno para operar con sus robotaxis.
Foto | Tesla