En una definición muy cerrada y emotiva, el argentino Horacio Zeballos y el español Marcel Granollers vencieron en la final a los británicos Neal Skupski y Joe Salisbury por 3-6, 7-7 (7-4) y 7-5 y se adjudicaron el US Open de dobles. Los campeones venían de conquistar el título de Roland Garros ante los mismos rivales, también en un partido a tres sets.
“Fue una tremenda batalla. No podemos creer que ganamos el US Open, es muy emocionante, en este estadio increíble”, dijo Zeballos, de 40 años, en la ceremonia de premiación en el estadio Arthur Ashe, donde estuvo acompañado por su padre Horacio, fundador del Edison Lawn Tenis de Mar del Plata, donde su hijo aprendió los rudimentos de este deporte para luego evolucionar en los certámenes de inter-clubes.
Considerado el mejor doblista argentino de la historia, Zeballos se unirá en la semana al equipo argentino de Copa Davis, que el viernes y sábado próximo enfrentará a los Países Bajos, en Groningen, por la segunda rueda de los Qualifiers. Fue el título 26° -14 con Granollers- en la especialidad para el marplatense, que junto a Granollers este año también levantó el trofeo en el ATP 250 de Bucarest y el ATP Masters 1000 de Madrid. Y para el tenis argentino en general representa un orgullo extra: es el primer que alcanzó el N° 1 del ranking de la ATP Tour considerando singles y dobles en mujeres y varones.
Luego de dos horas y 25 minutos de juego y salvar tres match-points, Zeballos y Granollers se impusieron en un torneo que juegan juntos desde 2019. Este año es el de la gran revancha en los Grand Slam, luego de perder tres finales (US Open 2019 y Wimbledon 2021 y 2023).
Granollers, de 39 años, no competía desde Wimbledon por inconvenientes físicos. La definición fue seguida desde el gimnasio por su compatriota Carlos Alcaraz, cuyo festejo se viralizó. “Estamos dos semanas fueron de las más duras de mi vida. Gracias a los fisios, a nuestro doctor, a todos los que me ayudaron a disputar el torneo. Gracias también a mi compañero, llevamos mucho tiempo luchando juntos. Este año logramos grandes resultados, me alegra haberlo conseguido con él”, expresó Granollers.
Zeballos encontró en el dobles una alternativa exitosa a lo que era una meritoria carrera en singles, que tiene como hito la victoria sobre Rafael Nadal en la final de Viña del Mar (Chile) 2013.
Doble mérito para la pareja hispano-argentina. En primer lugar, por imponerse a rivales que ocuparon el primer lugar del ranking en la modalidad, y en segundo, porque vieron pasar muy cerca la derrota y la esquivaron en el tercer set: 4-5 y 0-40. Con Zeballos al saque, salieron de una situación muy comprometida, cambiaron el guion de una historia que durante un set y medio había mostrado a los británicos un escalón por encima en nivel y resolución de puntos importantes.
El conocimiento y la complementación en la cancha son activos muy importantes en Zeballos-Granollers, que en 2019, cuando decidieron compartir una cancha, comprobaron que la simbiosis podía funcionar: ganaron el Masters 1000 de Canadá. El catalán ya traía un buen rodaje en dobles, con un palmarés de 31 títulos, 17 de ellos con un compañero que no fue Zeballos.
Más allá de la tensión y apretada definición, ambas parejas intercambiaron reconocimientos y halagos en el podio. Zeballos tuvo estas palabras: “Cuando juegas este tipo de partidos, es injusto que haya un perdedor, porque estos chicos hicieron todo bien. Merecían ganar también este partido, felicitaciones y a seguir”.
“Enhorabuena a Marcel y Horacio, han sido mejores que nosotros este año”, dijo Salisbury, que tiene tres títulos del Abierto de Estados Unidos junto al estadounidense Rajeev Ram. “Como en París, no se me ocurren dos hombres mejores frente los que competir”, agregó.
Además de tener química, Zeballos y Granollers también cultivaron paciencia para no desalentarse cuando se fueron derrotados de tres finales de Grand Slam y en semifinales de majors. Hasta llegar a este prolífico 2025, en el que ya están clasificados para el ATP Finals de Turín, con la posibilidad de ser segundos preclasificados.