Chelsea realizó en las últimas horas la maniobra que todo Boca esperaba que no hiciese y se llevó a Aarón Anselmino, juvenil al que ya había comprado en agosto a cambio de U$S 21.000.000, pero lo había dejado cedido en el plantel xeneize con la posibilidad de repescarlo en este mercado de pases. Ya lo hizo. En Londres no tienen certezas sobre lo que harán con el pampeano de 19 años, pero –por las dudas- prefieren tenerlo cerca. Fueron 23 partidos, con 18 titularidades y, de esta manera, se convierte en uno de los grandes ejemplos que permiten visualizar cómo la devoción de los extranjeros (especialmente los europeos) por los zagueros del fútbol argentino es una tendencia cada vez más frecuente, que les impide a los chicos alcanzar siquiera los 30 encuentros en el país.
Que el seleccionado nacional sea bicampeón de América (2021 y 2024), campeón del mundo en Qatar 2022 y se haya quedado con la Finalissima frente a Italia (3-0) en ese mismo año, resulta una gran promoción de los valores que forman parte de la raíz del fútbol local y que alcanzaron, junto a la dirección de Lionel Scaloni, el éxito del tetracampeonato. Más allá de su experiencia, Nicolás Otamendi alguna vez surgió de Vélez; Cristian Romero, de Belgrano; Lisandro Martínez, de Newell’s, con un pasado destacado en Defensa y Justicia cuando era todavía un veinteañero. Son referentes de lo que pretenden en el Viejo Continente. Entonces, actúan.
Resumen de las intervenciones destacadas de Anselmino
Hablando de la selección, ¿qué pasaría con un Walter Samuel si jugara por estos días? Surgió en la “Lepra”, estuvo dos años en la primera y, tras 19 compromisos, apareció Boca -en 1997- y con dos millones de dólares se lo llevó para una estada de tres años: jugó 45 partidos, llegando a ser campeón de la Copa Libertadores en el 2000. Recién ahí apareció Roma con sus 21 millones de la moneda norteamericana para contratar a un “Muro” de 22 años: incluso, ya se había vestido en 14 ocasiones con la camiseta del seleccionado mayor. Hoy, los casos presentan una diferencia abismal.
Anselmino, en realidad, tiene otros números. Es que, si nos remontamos al momento en el que Chelsea adquirió su pase, el oriundo de Bernardo Larroudé llevaba apenas diez compromisos con la camiseta azul y oro, siendo titular en seis. Contrariamente a Samuel, muchos de los casos a mencionar repetirán el patrón de Aarón: la mayoría son transferidos con algunas experiencias en las categorías juveniles de la “Albiceleste” (otros, ni siquiera), pero todos tienen en común no contar con participaciones en la más grande.
Leonardo Balerdi es un ejemplo similar al actual. Por club, actuaciones, edad y la billetera que engrosó: cuando estaba por cumplir 20 años ya estaba viajando a Alemania por los U$S 15.000.000 que depositó Borussia Dortmund en las arcas xeneizes, a comienzos de 2019, luego de verlo jugar cinco compromisos en 2018. ¿Pocas funciones? Como las de Juan Foyth, que se estrenó en Estudiantes en marzo de 2017 y cinco meses después, y tras nueve desempeños, captó el interés de Tottenham, de Inglaterra, que abonó más de diez millones de euros cuando el campeón del mundo tenía 19 años: una de las ventas más grandes de la historia “Pincha”.
De los últimos años, Nehuén Pérez y Bruno Amione superan el asombro que generan las participaciones de los mencionados. El primero fue comprado en julio de 2018 (con 18 años) por Atlético Madrid a cambio de los 2.000.000 de euros que recibió Argentinos, club de formación y en donde apenas disputó ¡cuatro! encuentros. Sin embargo, el ahora defensor de Udinese, al momento de la transferencia ejecutada por el “Colchonero” sólo había jugado un partido de Copa Argentina, su debut; el equipo de Diego Simeone lo dejó cedido un año más en La Paternal y completó la ínfima cifra de otros tres cotejos.
Pocos conocen a Amione, con raíces en Belgrano. También había soplado 18 velitas cuando Hellas Verona adquirió el 90 por ciento de su pase, en octubre de 2020, por 1,7 millón de euros. ¿Cuánto había jugado en Barrio Alberdi? Ocho veces. A propósito del “Pirata”, podemos hablar -justamente- de “Cuti” Romero. El cordobés llegó a contabilizar 19 apariciones con la camiseta celeste cuando Genoa invirtió 1.700.000 de euros en aquel juvenil de 19 años, a mediados de 2018.
Incluso, ir más hacia atrás (bastante) también vale la pena para recordar a otro finalista del mundo: el caso de Ezequiel Garay sirve para entender cómo cambió el pulso europeo con respecto a la actual locura de contratar zagueros promesas del fútbol argentino. En 2006, cuando el ya retirado futbolista tenía 19 y había sido –al menos- campeón del mundo Sub 20 en Holanda 2005, no quería partir a Racing de Santander por su juventud, apego a su tierra y esos pocos 13 partidos con la camiseta de Newell’s. Los U$S 2.300.000 ofrecidos lo empujaron hacia España.
El fútbol argentino, incluso, le dio visibilidad a un extranjero. Piero Hincapié era un desconocido hasta que Talleres lo fue a buscar a Ecuador en agosto de 2020 para quedarse con la mitad de su ficha (luego sumó un 15% más) y los 22 encuentros que jugó en un año bastaron para que Bayer Leverkusen desembolsara casi ocho millones de euros por el 80 por ciento: con 19 años se fue a Europa y le dejó un ingreso a Independiente del Valle, su primera casa. En efecto, si se agregan las cinco participaciones en la Copa América 2021 con su seleccionado, dirigido en ese entonces por Gustavo Alfaro, tampoco llega a 30 encuentros antes de partir a Alemania.
Otros dos protagonistas son un caso ejemplar del momento exhibido. Kévin Lomónaco, tendencia constante por su gran rendimiento actual en Independiente, surgió en Lanús en 2020 y lo cedieron a Platense unos pocos meses de 2021. Entre ambos clubes jugó en 19 oportunidades (ocho y once, respectivamente) hasta que se acercó Red Bull Bragantino, de Brasil, para comprarle al “Grana” el 75 por ciento del pase en algo más de cuatro millones de la moneda estadounidense: fue en abril de 2022, cuando era un veinteañero. ¿El otro? Tomás Palacios, hombre de Inter –de Italia- desde agosto, floreció en Talleres de Córdoba (jugó ocho encuentros) y las 16 actuaciones durante la cesión en Independiente Rivadavia convencieron a los mendocinos de comprarle la mitad del pase para recibir millones con la venta que se preveía. Veinticuatro compromisos totales lo llevaron al equipo capitaneado por Lautaro Martínez, que puso 6,5 millones de euros por el zaguero de 21 años. Aun jugando en dos clubes, algunos futbolistas tampoco alcanzan las 30 actuaciones.
Si en Milan se cambia de bando se recordará a Marco Pellegrino: sus 17 compromisos de 2023 en Platense (allí nació) tentaron al Rossoneri con el desembolso de 3.500.000 de euros por la totalidad del pase. También con 21 años en ese entonces, no se asentó y hoy está a préstamo en Independiente, donde acumula siete compromisos, por lo que sigue pendiente cumplir con la cifra en cuestión.
Lautaro Valenti, noticia este último fin de semana por su gol agónico para darle la victoria a Parma ante Monza, se quedó en la puerta: jugó 29 partidos en Lanús y aparecieron los parmesanos para llevarse al zurdo, de por entonces 21 años, por U$S 10.500.000, la venta más alta en la historia granate. Racing tuvo su caso: Tomás Avilés debutó en febrero de 2023 y cuando llegó a los 20 encuentros apareció el Inter Miami de Lionel Messi para poner sobre la mesa U$S 9.000.000 (80 por ciento de la ficha): el defensor-volante tenía 19.
Los centrales del fútbol argentino, una moda que nace y se potencia por los múltiples éxitos del seleccionado nacional de Scaloni y que ningún extranjero, cuesten lo que cuesten, se quiere perder.
