Después de una noche larga que terminó cerca de la 1.30 de la madrugada de hoy, la Asamblea Extraordinaria de Boca aprobó la concesión del acuerdo comercial con la empresa Hard Rock, que convertirá a la histórica confitería del club en uno de los restaurantes del circuito internacional de la marca.
El acuerdo, rubricado por el presidente Juan Román Riquelme durante el Mundial de Clubes en Miami, necesitaba el visto bueno de los representantes de la institución, debido a que el vínculo excede el período del actual mandato.
La votación, realizada pasada la medianoche, arrojó 129 votos a favor y 59 en contra, y habilitó una concesión por diez años, con opción a una prórroga automática por otra década.
Si bien hubo tensión en los días previos e incluso en un ingreso desprolijo de los socios al recinto elegido, el Salón Filiberto, hubo un momento especial en el que las opiniones cruzadas sobre el tema en sí quedaron a un lado. Fue unos minutos después de las 0, cuando todos se unieron en un cántico para recordar a Diego Armando Maradona, que este jueves cumpliría 65 años.
La tarde había comenzado con un malestar generalizado por el apretujamiento de los socios para intentar ingresar al recinto, demasiado pequeño para el caudal de gente que se preveía que iba a decir presente. De hecho, decenas de asociados se quedaron afuera y se quejaron por la desprolijidad de la organización.
El convenio establece que Hard Rock Café operará en un espacio de aproximadamente 900 metros cuadrados, donde hoy se encuentra la vieja confitería del estadio, y que tendrá triple acceso: desde Brandsen 805, desde la esquina de esa calle con Del Valle Iberlucea (donde se lucirá una gran guitarra que caracteriza a la empresa estadounidense) y desde la tribuna popular baja del lado del Riachuelo.
Antes de llegar a ese punto del orden del día, los socios reunidos en el salón Filiberto debieron tratar otros temas: la memoria y balance anual, que registró un superávit de 35.500 millones de pesos (equivalentes a unos 28 millones de dólares), y un patrimonio neto histórico de 316.000 millones. El ejercicio fue aprobado sin objeciones. Luego, la atención se centró en el tratamiento de un expediente disciplinario contra un socio acusado de falsificar firmas en la previa de las elecciones, que finalmente fue rechazado.
Recién entonces llegó el debate más esperado. La concesión del Hard Rock Bombonera fue discutida durante más de una hora, con preguntas cruzadas, aclaraciones y explicaciones técnicas sobre los términos del contrato. El clima, intenso pero ordenado, se extendió hasta cerca de la 1.30 de la madrugada, cuando el proyecto obtuvo luz verde.
Según el contrato, Boca recibirá el 7% de la facturación total del restaurante, que incluirá tanto el consumo gastronómico como la venta de merchandising. Además, el acuerdo contempla un piso mínimo garantizado de 100.000 dólares anuales, aunque los estudios internos del club proyectan ingresos que triplicarían esa cifra, en función del volumen estimado de ventas y la afluencia de visitantes al Museo de la Pasión Xeneize, que cada año recibe a más de medio millón de personas.
Desde la dirigencia del club celebran este acuerdo desde el punto de vista financiero, ya que la comparación con la concesión anterior. El contrato vigente hasta ahora reportaba unos 30.000 dólares anuales. Incluso si Hard Rock alcanzara solo el mínimo garantizado, el monto representaría más del triple de ese valor, lo que se considera una mejora sustancial para las arcas del club.
Por el contrario, las voces críticas alertaban acerca del bajo rédito económico que sacaba Boca a cambio de la explotación de su espacio y su marca. Aunque, según le confiaron a este diario, “al tener mayoría simple, la decisión ya estaba tomada y no hubo debate alguno”.
La empresa estadounidense prevé una inversión inicial de US$ 2.000.000, que se destinarán a las obras de remodelación y puesta en marcha del local, que según pudo saber este diario abriría sus puertas en marzo o abril de 2026.
Boca, por su parte, asumirá los trabajos estructurales necesarios para acondicionar el espacio —restauración de pisos y techos, mejoras eléctricas y la creación de un acceso independiente—, tareas que, según informó la dirigencia del club, se enmarcan dentro del plan general de mantenimiento del estadio. Eso le demandaría al club una erogación cercana a los US$ 500.000.
La inauguración del Hard Rock Bombonera concretará la llegada de la marca a un escenario singular dentro del mapa global de sus 175 locales y 34 hoteles distribuidos en 70 países.
El objetivo declarado de la compañía es posicionar al de La Bombonera entre los tres más rentables y visitados del planeta, junto a los de Londres y Nueva York.
El restaurante proyecta servir alrededor de 100.000 cubiertos por año, cifra que, traducida a ingresos para Boca, podría rondar los 350 millones de pesos anuales solo por el rubro gastronómico. A eso se sumará la participación en la venta de productos oficiales, una línea de alto rendimiento en la facturación de la marca en todo el mundo.
Más allá del aspecto económico, la dirigencia boquense considera que el acuerdo con Hard Rock representa un salto institucional y de posicionamiento internacional. Se trata, explican internamente, de “una alianza con una empresa de alcance global que reforzará la identidad de Boca como marca deportiva y cultural”.
En ese sentido, el convenio también incluye beneficios exclusivos para socios y socias, que tendrán acceso preferencial y promociones dentro del local.
Además, la empresa contará con un palco para uso promocional, con capacidad para 15 personas, cuya utilización se realizará de manera compartida con el club para acciones de marketing y hospitalidad.

