La seguridad de Facundo Cambeses encumbra a Racing. El arquero de 28 años, una suerte de heredero del chileno Gabriel Arias en la Academia, sostiene el sueño del equipo albiceleste en el torneo Clausura. El club de Avellaneda logró una clasificación dramática para las semifinales, con sufrimiento y amor propio. Tras el 0-0 en los 120 minutos (90 del tiempo regular y 30 del suplementario), Cambeses atajó dos penales (a Tomás Cardona y Joaquín Laso) para que el equipo dirigido por Gustavo Costas triunfara 4-2 ante Tigre. De esta manera, el próximo fin de semana, se medirá con Boca, en la Bombonera, buscando un lugar en la final.
Cambeses, surgido en las divisiones inferiores de Banfield y en Racing desde enero del año pasado, fue el héroe de la emocionante noche en el Cilindro. Después del empate sin goles y durante la serie de penales, las cámaras captaron al arquero en una acción que ilustró la convicción que ostenta. Se dirigió a un costado del arco para tomar agua de una botellita que estaba allí (y no le pertenecía) y le dijo a un alcanzapelotas que le diera ‘agua bendita’. Se ve cómo bebe un sorbo de líquido y regresa al arco para… atajarle la ejecución a Laso, arrojándose hacia su izquierda, ante un tiro a media altura.
“Era un agua que estaba ahí. Pero antes del primer penal voy y tomo, cuando no era mía esa agua y atajo. Entonces dije: ‘Listo, es agua bendita’. Cuando tomé de vuelta, atajé. Después, en el último penal fui a tomar y no había más. Me quería morir. Digo: ‘Por favor que alguien le ponga un poquito más’. Pero gracias a Dios pude atajar, así que muy contento”, sonrió Cambeses después del partido, saliendo del vestuario, saboreando una noche mágica en Avellaneda, pero empezando a imaginarse el enfrentamiento contra Boca, de visitante (en la otra semifinal se producirá el clásico de La Plata, Gimnasia vs. Estudiantes).
Cambeses llegó a la Academia en el verano de 2024, cuando Racing hizo numerosas incorporaciones para tratar de afrontar con fuerza el último año de la gestión del presidente Víctor Blanco. El arquero nacido en Longchamps (partido de Almirante Brown) tenía una tentadora propuesta para ir a atajar -de titular- a Vélez Sarsfield. Pero, en el medio, habló con Costas, quien lo entusiasmó para cambiar de opinión y sumarse al club celeste y blanco, aunque inicialmente fuera suplente de Arias. Con el tiempo y con el apoyo de Costas, Cambeses terminó adueñándose del arco de Racing, quitándole el lugar a Arias, que precisamente anoche salió al Cilindro por última vez (no renovará su vínculo) y fue homenajeado por los hinchas y compañeros.
Hay una anécdota, contada por el propio Costas, que ilustró la responsabilidad, el compromiso y la personalidad que tiene Cambeses. La historia se conoció en octubre, antes del desquite entre Racing y Flamengo, por las semifinales de la Copa Libertadores (igualaron 0-0 en Avellaneda y el equipo carioca avanzó a la final por el triunfo 1-0 en la ida, en el Maracaná). “Un día se inundó todo, se le quedó la camioneta y vino corriendo al entrenamiento. Es más, me pidió perdón por haber llegado tarde cuando había hecho cinco o seis kilómetros bajo la lluvia. Son de esos pibes que se merecen todo. Es un ejemplo para los chicos porque se preparó siempre”, expresó el director técnico, en beIN Sports.
En ese mismo momento, Costa amplió sobre el arquero: “Cambeses se merecía todo porque esperó. Cuando lo fui a buscar le dije que iba a ser suplente. Mi arquero capitán era Arias. En Vélez le pagaban más. Lo llamé y me dijo que me quedara tranquilo porque iba a venir a Racing”. Hoy es una de las grandes figuras del equipo, se ganó un lugar en las convocatorias de Lionel Scaloni para la selección argentina y, sin dudas, recibirá ofertas desde el exterior.
Cambeses hoy es el gran referente de Racing en el arco, pero el guardavalla no olvida el valor de Arias, su compañero, titular hasta hace un tiempo. Es más: anoche tuvo un gesto afectuoso con el chileno cuando fue agasajado antes del partido. “Con Gabi voy a ser un agradecido toda la vida. Cuando llegué al club me ayudó muchísimo, me hizo madurar. Le dio muchísimo al club. También lo quiero como persona. Lo considero un amigo. Me pone contento que la gente le haya podido dedicar el cariño porque se lo merece”, apuntó Cambeses, consciente del peso que hoy tiene. Un valor que se lo ganó con trabajo, paciencia y compromiso con un grupo que tiene grandes aspiraciones.


