Histórico arquero de la selección, apartado de Boca por deslucidos rendimientos y una insólita pelea con un plateísta en plena Bombonera, Sergio Romero se presentó en Argentinos Juniors como un actor principal. Saludos, gestos, abrazos. Hasta que empezó el partido, en el que el local se citaba con Newell’s por la 13ª fecha del torneo Clausura.
Tal vez víctima de una inactividad de pocos menos de 11 meses, Romero sufrió la primera situación clara de riesgo en su arco: gol. Ni siquiera tocó la pelota. Habían transcurrido 9 minutos cuando Luciano Herrera sacó un zurdazo espectacular, imposible para Chiquito y para Dibu Martínez. Para todos los buenos arqueros que vuelan por el mundo.
Más tarde, Romero mostró los reflejos de buena parte de su carrera. Después alejó un balón peligroso en el aire con los puños, y luego, tras otro envío de Herrera, ahora sí encontró sus manos salvadoras: evitó el peligro ante una entrada peligrosa de Carlos González, Cocoliso. Abajo, hacia un costado, con reflejos.
El contexto era de desigualdad. Argentinos suele jugar muy bien (sobre todo, en La Paternal) y Newell’s es uno de los peores equipos del torneo. El mismo que sufrió cinco tantos en la Bombonera, cuyo DT, Cristian Fabbiani, tiene su futuro cada hora más lejos del Parque Independencia.
“Buscaba un poco esto. Volver al césped es espectacular. Estoy muy feliz, me recibieron muy bien. La primera fue directo al gol; me hice mil preguntas en ese momento. Pero luego salió todo bien”, contó el arquero tras la batalla. El Bicho se impuso por 3 a 1 al conjunto rosarino, está segundo en el grupo A y en posición de Copa Libertadores en la tabla anual, como también en las semifinales de la Copa Argentina. Este jueves frente a Belgrano, irá por la final. En ese Argentinos está Chiquito.
El histórico arquero, que dejó Boca y este miércoles se sumó al plantel del Bicho, hizo un pronto debut en La Paternal.
El entrenador local, Nicolás Diez, le dio la confianza al arquero que tuvo su último partido oficial el 23 de noviembre de 2024, un empate sin goles entre Boca y Huracán en Parque Patricios.
En sus dos temporadas en La Boca Romero protagonizó 88 partidos, 87 como titular. En ese tiempo recibió 79 goles y mantuvo invicta la valla en 34 ocasiones. Llegó en 2023, no ganó trofeos y en noviembre de 2024 fue desplazado, en primera instancia por Leandro Brey, que luego fue reemplazado por Agustín Marchesin, hoy el arquero titular del conjunto al que ahora conduce Claudio Úbeda.
En un principio trascendió que el exfutbolista de la selección argentina no iba a poder ser parte del certamen local porque Diego ‘Ruso’ Rodríguez, que sufrió una seria lesión, había participado en más de 70 por ciento del campeonato; sin embargo, el Bicho consiguió destrabar la situación porque desde AFA dieron el OK: no se había cumplido ese porcentaje.
Lo cierto es que Romero puede empezar a disfrutar desde el arco. Sobre todo, porque el equipo que ahora integra tiene pasajes de fútbol-ballet. Luego del 0-1, Argentinos ofreció una serie de destrezas del mediocampo hacia adelante. Todos los suyos fueron golazos: los dos de Diego Porcel (20 años, magia naciente) y el de Gabriel Florentín (salió con una molestia física, entre lágrimas), con los que acabó la faena del primer capítulo.
Entre Alan Lescano, Hernán López, Tomás Molina, un par de tacos y las medias bajas a modo de símbolo, Argentinos despreocupó a Chiquito, que se convirtió en un espectador de lujo a medida que transcurrieron los minutos. Todo lo contrario a Juan Espínola, el atribulado dueño del arco de Newell’s. Que la pasó verdaderamente mal.
Durante casi toda la segunda mitad actuó Román Riquelme, un defensor de 23 años y de los mismos nombre y apellido que el presidente de Boca. “Por ahí uno ve en las redes que comentan por el nombre, pero no tengo nada que ver con él. Solo coincidimos en el nombre”, explicó tiempo atrás. “Estoy orgulloso de llamarme ‘Román Riquelme’. A cada rato veo videos de él. Sueño con conocerlo, me gustaría ver su reacción cuando le diga que me llamo como él. Es el número 1”, contó hace un par de años.
Entre tantas historias, Sergio Romero se animó a salir jugando con el estilo de su nuevo equipo, aunque más con las manos que con los pies, como el Ruso Rodríguez. Y le adivinó un mano a mano a Darío Benedetto, en una salida en falso de la última línea.
Compacto de Argentinos 3 vs. Newell’s 1
En el cierre fue expulsado Éver Banega, por una plancha. No es la primera vez que el volante pierde el pulso del contexto. Admitió su error y se fue rápidamente, ya cuando el Bicho esperaba que se acabara su función, resuelta en la primera mitad.