La emoción tiene razón de ser por la remontada que vistió de tintes heroicos al partido que los Pumas le ganaron a Escocia en Murrayfield. Recuperarse después de ir 21 puntos abajo ante una de las potencia del rugby, y en su casa, no es algo de todos los días. De 0-21 a 34-24. Es la mayor recuperación de la historia de la selección. Inolvidable.
Lo primero que viene a la mente es el éxito en Santa Fe, por el Rugby Championship, el 7 de septiembre de 2024, cuando tras perder por 20 a 3 con Australia, se ganó por 67 a 27. Pero aquello llegó mucho antes del final y de manera holgada. Esta vez la diferencia era mayor y el resultado fue incierto hasta la última acción.
Pero hay algo más. En los tres grandes triunfos del año pasado en el Rugby Championship hubo que remar desde atrás. El equipo nunca se da por vencido. Se levantaron incluso cuando los gigantes lo mandaron a la lona y creyeron tenerlo KO. Vuelve como un boxeador con mandíbula de acero y se recuperan.
El 10 de agosto, en Wellington, los All Blacks llegaron a ganar 20 a 8 en el primer tiempo. Los Pumas se sobrepusieron y lo revirtieron para imponerse por 38-30.
Y el 21 de septiembre, en Santiago del Estero, perdían 17-0 con Sudáfrica, y terminaron arriba por 29-28.
Vale un recuerdo más, aunque con resultado adverso. Perdía 22-9 con Irlanda en el Aviva Stadium de Dublín, y a punto estuvo de darlo vuelta (cayó 22-19).
El récord para la Argentina de volver después de ir 21 puntos abajo se ubica en el top ten de remontadas de la historia del rugby.
El equipo tiene muchos defectos todavía, eso lo saben todos en el plantel. La noche en Edimburgo fue un presagio de malos augurios por todos lados. La falta de un pateador confiable, los dos envíos fallados por Juan Cruz Mallía que obligaron al equipo a irse al descanso con el marcador en cero. La amarilla al mismo Mallía en esa primera mitad.
Las señales negativas continuaron cunado un despeje de Gerónimo Prisciantelli se quedó dentro de la cancha y Escocia metió el tercer try por intermedio de Ewan Ashman en el arranque de la segunda mitad. Allí fue cuando el resultado se puso 0-21.
Fynn Russel metío todos sus envíos, incluido un penal cuando los Pumas habían metido ya dos tries. Hizo los 9 puntos posibles. Por el otro lado, a los 20 minutos del segundo tiempo, los Pumas habían fallado dos penales y una conversión. Desaprovecharon ocho puntos que en cualquier otro contexto hubieran sido definitivos.
Y eso no era todo. Tampoco estaba firme el equipo con el line, donde perdió cuatro veces la pelota. Hubo, también, varios knock on en ataques francos. El más doloroso, uno de Mateo Carreras por el lado izquierdo, a dos metros del ingoal.
Parecía que la remontada no iba a ser posible esta vez. Pero estos Pumas tienen algo más…
Los cinco cambios a los cinco minutos del primer tiempo sacudieron al equipo. Le dieron otra movilidad, más generación de juego, alma ofensiva y decisión inquebrantable.
Contagiaron al resto, que se sumó en la patriada. Orgullosos, batallaron los forwards. Se lo llevaron por delante a Escocia, hasta que le quebraron el espíritu.
El try de Piccardo en la jugada final despegó la diferencia del marcador agónico. Lo hizo ver más amplio de lo que era hasta ese instante. Es que de tanta determinación, a los Pumas les sobró paño. Incluso cuando parecían haber regalado el primer tiempo. ¡Fueron cinco tries en 24 minutos!
“Había que aguantar los momentos de verdadera presión -analizó Contepomi-. Creo que lo hicimos. En la primera mitad fuimos un poco imprecisos cuando entramos en los 22 metros escoceses, pero sentimos que cuando teníamos el balón con secuencias largas, podíamos hacerles daño. No pudimos romperlo en la primera parte, pero se rompió quizás en el último minuto”
Volvieron a ganar en Murrayfield por primera vez desde 2009 y emparejaron el historial con Escocia (13 éxitos por lados y es el único en el que no están en desventaja contra las potencias).
Por segunda vez desde que en 1998 se instauró la gira europea de fin de año, que en 2006 se estandarizó con tres test matches (excepto en años mundialistas y en la pandemia de 2020), los Pumas lograron ganarle a dos rivales británicos. No pasaba desde que se le había ganado a Gales y a Escocia en 2001. Nunca lograron tres éxitos. El rival para la próxima semana es Inglaterra. Viene de ganarle con contundencia a los All Blacks (33-19).
“Será un desafío enorme porque es probable que sean el equipo en mejor forma del mundo en este momento, quizás con la excepción de Sudáfrica”, acepto Contepomi. Parece imposible. Aunque con estos Pumas nunca está dicha la última palabra. Y los partidos no están perdidos hasta que se terminan.


