Ángel Di María, uno de los nombres indiscutibles a la hora de destacar a los futbolistas más importantes de la historia de la selección argentina dejó profundas reflexiones sobre su vida profesional y personal. En una extensa entrevista con Juan Pablo Varsky para Clank! difundida este lunes, el rosarino compartió las vivencias que marcaron su paso por la selección argentina y deslizó cuáles son sus planes a futuro, una vez que decida retirarse del fútbol profesional.
Aunque aún no lo tiene claro, Di María confesó estar haciendo el curso de entrenador. “Por si acaso, porque a partir de los 30 años empecé a ver el fútbol diferente, no solo del lado de jugador, pero hasta ahí. Después veré más adelante”, explicó. Sin embargo, dejó en claro que, en caso de ejercer, tiene bien claro a quién no le pedirá consejos. Se trata de Louis Van Gaal, su entrenador en el Manchester United: “No hay chances de charlar, cero. Es una persona que a mí no me gustó. Él tiene el ego de querer ser él y yo no soy de esos”.
En relación a el éxtasis que fue ganar el Mundial en Qatar 2022, Fideo reconoció que todo eso sigue muy latente y sobre la jugada que lo tuvo como protagonista y terminó en penal, que Messi cambió por gol parar abrir el marcador contra Francia, sostuvo: “Fue penal! ¡No me cree nadie, loco! jajaja. Fue penal clarísimo. A mucha velocidad, con un toquecito te desestabilizás, y eso fue lo que pasó”.
También rememoró su gol para el 2-0: “Sentí que la jugada iba a terminar en mí cuando Julián (Álvarez) se la dio a Alexis (Mac Allister). Intenté pegarle de sobrepique porque (Hugo Lloris) era un arquero que se estiraba abajo. Esa era la única manera de levantarla”. Y comentó que se enteró cinco minutos antes de salir del hotel de la concentración que iba a ser titular: “Habíamos entrenado un esquema con 5 defensores, incluso el día anterior en la pelota parada. Y me sorprendió cuando me vi titular y más por la izquierda”.
El hombre de los goles importantes en finales reconoció que el Mundial de Qatar le dejó una huella imborrable: “Me explicó porqué iba a arrancar por la izquierda, que iba a hacer la diferencia por ahí. Y yo soy de esos que si me sale la primera, después vuelo. Cuando Scaloni me saca, me dijo antes que cinco minutos más y salía porque iban a atacar mucho. En la Copa América 2024, cuando estaba acalambrado, le dije ‘no me saques’, y no me sacó. No sé por qué se lo dije, pero siempre había hecho goles en finales, quería ganar… Terminamos haciendo el gol y me fui ovacionado. Fue el final perfecto, tenía que ser así”.
Sobre la decisión de que la Copa América 2024 marcaría su adiós definitivo con la Albiceleste explicó: “Cuando terminó el Mundial, pensé que era el momento de despedirme. Pero al mismo tiempo no lo sentía. Después de ganar, aparecen las ganas de seguir. Sentí que podía rendir y ayudar a los jóvenes. Llegó la Copa América y entonces dije que ese sí era el momento indicado”.
Di María compartió que en esa final con Colombia vivió una mezcla de emociones: “La entrada de mi hija con la pelota, estaba todo junto en el mismo partido. Tenía tranquilidad porque había dado todo”.
Sobre su ausencia en la final ante Alemania de Brasil 2014, explicó: “Alejandro (Sabella), un maestro. Siempre me ayudó mucho, me respaldó. Yo lo apreciaba mucho. Estaba con la molestia, esa lesión, no estaba al 100%. Y fui sincero con él. Yo quería jugar y había hecho todo para poder estar, pero estaba al 80, 90%. No estaba al 100 y debía ser sincero con el DT. Y le dije que si tenía que jugar otro que esté al 100, yo lo iba a entender. Por eso fui al banco. Nos dio una bronca bárbara porque fueron los detalles, Argentina jugó muy bien esa final”.
Fideo no eludió un asunto áspero, vinculado con lo vivido en el ciclo de Jorge Sampaoli en Rusia 2018: “Arrancó todo mal desde las Eliminatorias. Un día jugábamos de una manera, otro día de otra. Mil cosas pasaron. Nos decían ‘es Leo (Messi) y vos y después el resto’, y de la nada te sacaban sin explicarte”. A pesar de esto, reconoció: “No sentí que fuese mala persona, pero creo que lo superó la presión”.
El rosarino vivió en primera persona la rivalidad Messi-Cristiano en su paso por el Real Madrid. Incluso, es uno de los poquísimos futbolistas que compartieron equipo con ambos. Al respecto reflexionó: “Yo siempre dije lo mismo, son los dos mejores que hubo en la historia, pero es obvio que el mejor por lejos es Leo. No solamente por los ocho Balones de Oro que ganó, sino por todo. Lo de Cristiano es trabajar y trabajar y lo del otro es calidad pura, lo que Dios le dio. No tiene que hacer nada para poder ser el mejor. Cristiano tuvo que trabajar mucho, gimnasio, entrenar definición, y siempre querer más. El enano es como si jugara con amigos. Por eso la diferencia tan grande entre uno y otro; y Leo no tiene comparación con nadie”.
En relación a la competitividad de Leo reveló: “Todos los años quería ganar el Balón de Oro, pero también había momentos en donde yo veía que bajaba un poco y era cuando el otro crecía. Era como que era cuando él quería, iba y lo hacía, porque era tan fácil y natural para él. Lo seguís viendo ahora con 37 años, amaga y terminan todos en el piso y define de la misma manera que hace 15 años. Cuando él quiere, lo hace”.
Acerca del duelo Real Madrid vs. Barcelona, Fideo consideró: “No se entendía que en la selección (de España) parecían todos amigos y después cuando jugaban en contra se mataban a patadas y se pegaban piñas. Esa fue una de las cosas que había implementado Mourinho en la cabeza de los del Real Madrid. Era la única manera de ganarle a ese Barcelona, pegando, metiendo y corriendo más que ellos y aprovechando las posibilidades de gol porque en ese momento”.
Y agregó: “No hay que mentir, era obvio que te pegaban un paseo terrible como en el primer partido en el Camp Nou, que nos hicieron cinco. No hubo otro partido en mi vida que no vi la pelota como ese. Era querer presionar y no estaba más la pelota, una cosa increíble. A partir de ese partido nos dimos cuenta que era de otra manera y esa otra manera empezó a llevar a que se caguen a piñas adentro de la cancha”.
Sobre su vínculo con la Pulga recordó con nostalgia los Juegos Olímpicos de 2008, donde compartieron equipo por primera vez: “Yo compartía habitación con el Pocho (Lavezzi), había música, mate y pasaba todo después de los partidos. Teníamos una batería que habían comprado, era todo ahí, un mes encerrado nos dio la posibilidad de conocernos y formar una relación de amistad. Fue una sensación única para mi, increíble poder compartir con el unos Juegos Olímpicos y poder verlo, charlar con él… fue muy especial. Uno nunca pensó en estar 16 años juntos en la selección, pero aquel JJ.OO. lo disfruté al máximo porque no sabés si el día de mañana lo tenés de vuelta”.
Finalmente, Di María mostró optimismo por los jóvenes talentos que vienen detrás, aunque destacó especialmente a Facundo Buonanotte: “Es difícil compararse con alguien, todos somos muy diferentes. Pero me gusta muchísimo Facundo Buonanotte, tiene una calidad increíble y poco a poco va a intentando mostrarse. No es fácil entrar en la selección. Es uno de los jugadores que me gusta muchísimo por como juega y le puede dar mucho de acá en adelante a la selección. Y no digo esto porque se haya iniciado en Central como yo, sino porque realmente lo siento así”.