BUCKINGHAMSHIRE, Inglaterra (Enviado especial).- El hospitality de Alpine armado a toda prisa durante el miércoles recibió a los miembros del equipo el jueves para la carrera “de casa”. Desde una terraza protegida del sol por una amplia sombrilla se prolonga el pasillo del paddock que, en Silverstone, por su contemporáneo diseño, es más amplio que en los otros circuitos europeos. Sentado allí, Franco Colapinto dominaba el techo de los dos camiones taller del equipo situados enfrente, aunque desplazados hacia la izquierda de la construcción, que en cada fin de semana da cobijo a VIPs, ingenieros en la sala de reuniones, habitaciones para los pilotos y la oficina de Flavio Briatore, el gran jefe.
El viernes por la mañana, sentado allí unos instantes, Colapinto tenía la mirada como perdida en un imaginario horizonte. Quizás se repetía una y otra vez lo que le había reconocido a los periodistas el día anterior: “Los viernes son especialmente importantes. Tenemos que entender cómo lograr rendimiento desde ese día, porque después estamos intentando encontrarlo hasta el sábado”.
Dicho y hecho: aunque la jornada acabó con su compañero Pierre Gasly en la 18ª posición y Franco en la 20ª, el argentino cumplió y salió muy decidido a no dejarse condicionar por los límites de su coche. La posición al final del día no dice de su verdadero progreso. Fue más rápido que el francés en la primera sesión, la FP1 y concluyó a tan sólo 115/1000 de Gasly en la segunda. Nunca antes había estado tan cerca del francés tan pronto comenzando el fin de semana y además, durante gran parte de ambas sesiones figuraba entre los primeros doce del pelotón con incursiones entre los primeros diez.
El Alpine A525 sigue siendo el mismo de Austria: dramáticamente inestable y sensible a cualquier variación en el flujo aerodinámico o el viento, como un celoso avión de combate de rápidas reacciones, pero lento. Muy lento. Ni siquiera la decisión de utilizar una mínima carga aerodinámica para compensar la debilidad del grupo motor fue de ayuda efectiva.
En la sesión de la tarde, la FP2, en cuanto el viento comenzó a soplar fuerte en la planicie cercana a Oxford y a 100 kilómetros de Londres, Colapinto, que había conseguido girar en 1m27s289/1000 con neumáticos blandos, no pudo avanzar más. Faltando entonces 18 minutos para el final recibió calzado medio banda amarilla, ya usado durante 10 vueltas y se dedicó a una tanda larga.
Por delante en los tiempos tenían él y Gasly a casi toda la parrilla y a los rivales que hasta antes de la carrera de Austria resultaban alcanzables o derrotables: los Sauber, los Haas y los ocasionales Racing Bull y Aston Martin (sobre todo el de Lance Stroll).
Desde el comienzo de la primera sesión de la jornada, Gasly se quejaba por radio de que su auto era inmanejable, totalmente impredecible. Lo había afirmado, él también, el jueves exactamente con las mismas palabras de Colapinto. De manera que el novato no era el único que sufría y no podría o debería ser foco de las frustraciones técnicas de un equipo que, lo anticipó el mismo Gasly, no tendrá ninguna mejora técnica de aquí a fin de año.
Así que en la FP1, mientras Franco quedaba 16º con un tiempo de 1m28s086/1000, Gasly ponía en juego toda su experiencia y sólo cronometraba 1m28s332/1000 para quedar 19º.
Lo aquejaban al francés los mismos problemas que a Colapinto: inestabilidad en cuanto se pretendía hacer una frenada profunda y girando al mismo tiempo. Todo se complicaba en cuanto se pasaba a una fase de aceleración radical. El coche que le había permitido clasificar a Gasly octavo el sábado y el domingo en el GP de España, tras recibir una modificación de su fondo de efecto suelo, se ha transformado desde ese momento en un monstruo indomable. Las curvas planas y muy rápidas del sector dos-tres de Silverstone, donde hay dos que se toman a más de 230/240 km/h y una a 280 km/h, convertían al A525 en un misil enloquecido. Antes de terminar en cualquier parte, o en el hospital, mejor prudencia. Aún así, Gasly hizo un trompo y tuvo una incursión fuera del asfalto en la FP1. De poco consuelo servía que Gabriel Bortoleto, la revelación del Gran Premio de Austria casi una semana antes en el que clasificó 8º y repitió posición en carrera, terminaba ese parcial 20º con un tiempo de 1m28s397/1000.
Tras la última hora de trabajo, la situación de cara a la clasificación de este sábado se ve muy complicada. Mientras Colapinto llegó a girar 16 vueltas con sus neumáticos medios y media carga de combustible, en el box de Gasly se trabajó durante unos 11 minutos para cambiar algunas regulaciones de la suspensión trasera. Gasly volvió a pista faltando 21 minutos para el final y marcaba con calzado blando, 1m27s174/1000, 115/1000 por delante de Franco.
El argentino comenzó a soltarse y a brindar información más específica ahora que su compañero también comparte con él las opiniones sobre el A525. Declaraba para la TV oficial: “Desde que empecé [en la temporada], éste fue el mejor viernes. Obviamente era un poco en lo que estábamos trabajando y (Silverstone) iba a ser una pista que resultaría difícil para nosotros y lo está siendo… Sucede que cuando ponemos esa goma blanda, el auto se pone muy inestable e impredecible, así que tenemos que apuntar a mejorar eso”.
“Yo estoy con menos carga, Pierre (Gasly) trató de ir para arriba (usar más carga alar atrás) porque el auto se mueve mucho, y ese viento hace que sea muy impredecible; nos afecta muchísimo, muchísimo (el viento). Cuando no había tanto viento estábamos competitivos, pero cuando se levantó empecé a tener esos problemas de siempre y el auto se pone muy raro, difícil de manejar. Pudimos dar un saltito pero hoy fue un día difícil”.
Ha habido muchas críticas de periodistas del norte de Europa, principalmente británicos, dudando de las capacidades de Colapinto: en las últimas semanas se dio impulso al rumor de que Valtteri Bottas podía reemplazarlo de manera inminente. Para el argentino, éste ha sido el mejor viernes desde que comenzó con Alpine y no solamente por su cercanía en el cronómetro a su compañero de referencia, Gasly, sino porque transmite al equipo que en condiciones “normales” (si se puede hablar de normalidad con un auto que está último en la clasificación de constructores), él rinde al nivel del más experimentado.
Este viernes, como lo hizo en el GP de Austria, demostró que cuando las condiciones son difíciles, no se achica sino que se agranda. Hay claros indicios, por el momento porque su jefe Briatore es tan impredecible como el chasis del A525, de que Franco continuará en Alpine sin fecha de caducidad ni “examen eliminatorio”. Por ejemplo, ¿por qué va Alpine a firmar un acuerdo de patrocinio con la gran multinacional de Carlos Slim para la marca “Claro” si no hay como mínimo un número de carreras explotables comercialmente? Y en las semanas que quedan hasta la carrera de Bélgica habrá más novedades de sponsors de Colapinto. Ahora, el dinero comienza a seguir al cronómetro. Y este se puso en marcha este viernes.
Notas: Orlando Ríos