Boca Juniors quedó a las puertas de ser campeón de América, de conquistar la Basketball Champions League (BCLA), y el verdugo fue dirigido por un entrenador que le dio cinco títulos de campeón en el pasado: Sergio Hernández. “Oveja” imprimió su sello a Flamengo en poco más de un mes a cargo de la dirección técnica y el club se tomó revancha de las definiciones perdidas hace un año contra Quimsa en Santiago del Estero y hace dos contra Franca, también como visitante.
Esta vez el Mengão, local en el estadio Maracanãzinho, de Río de Janeiro, devoró a Franca con un 91 a 67 en una semifinal del Final Four y este sábado golpeó al club xeneize con 83 a 57, y llegó a la cima del continente por segunda vez.
A mediados de marzo, justo después de que el conjunto azul y oro le propinara la única derrota en la BCLA en 10 partidos, el exentrenador de la selección argentina reemplazó al histórico Gustavo de Conti, que dejó el cargo, y muy alta la vara, luego de seis temporadas. La institución carioca sentía que a sus equipos, plagados de figuras, les faltaba algo para conquistar el continente, y lo encontró con el medallista de bronce en Pekín 2008 y finalista del Mundial China 2019: voracidad para defender (inhabitual en conjunto brasileños), saña para atacar y hambre de gloria para ganar.
Los dirigidos por Hernández encaminaron el triunfo en el primer cuarto con esa receta. No hubo equivalencias. El repertorio incluyó presión al portador del balón, juego físico atrás, velocidad de ejecución y efectividad adelante. De la mano de un soberbio Alexey Borges, premiado como MVP del torneo, el anfitrión se adelantó a 8-0, estiró la diferencia hasta 21 puntos (25-4), impidió a su rival anotar casi en los primeros cuatro minutos y lo llevó a errar sus ocho intentos triples en ese tramo. El cuadro preparado por Gonzalo Pérez nunca reaccionó a la tromba que fue Flamengo, se enmarañó con algunos fallos arbitrales y notó que el 30 a 13 desfavorable después de 10 minutos era demasiado para su anhelo de conquistar el trofeo que era –y seguirá siéndolo– su obsesión.
Lo que siguió en el encuentro quedó casi en segundo plano, aunque el equipo argentino nunca dejó de luchar. En el inicio del segundo período Flamengo levantó el pie del acelerador, y Boca jugó más cómodo y achicó la distancia a una docena de unidades (30 a 18). Pero como todo lo que ocurrió dependió del anfitrión, el Mengão volvió a escaparse, con triples de Shaquille Johnson a la carrera. En el comienzo de la mitad final confirmó que en el descanso largo no había destapado el champán sino renovado la furia para quedarse con el trofeo.
Lo máximo a lo que se arrimó Boca una brecha de 11 puntos, a mediados del tercer cuarto (55-44). Dos triples consecutivos de José Vildoza y un buen pasaje de Sebastián Vega en la ofensiva más propicias acciones defensivas de Marcos Delía contra Borges invitaron a soñar al equipo argentino con una remontada que habría sido tan heroica como histórica. Incluso, tuvo chances para quedar aun más cerca y sembrar dudas en el local, pero no las aprovechó y su rival emergió con grandes defensas, utópico para un equipo brasileño pero posible porque en el banco de suplentes tiene a Sergio Hernández.
Primero, Ruan Miranda bloqueó llegando desde atrás un intento de volcada de Andrés Ibarguen y, poco después, el juninense Franco Balbi, ex-Boca, le birló la pelota al colombiano cuando había quedado en desventaja física a centímetros del aro. Fueron acciones que levantaron al público local en el Maracanãzinho y golpearon la autoestima de un Boca que terminó de derrumbarse cuando Guilherme Deodato acertó sus dos primeros triples de los cuatro que convirtió en el último período y sentenció la coronación de su equipo en un partido al que le sobraron minutos.
Flamengo, que se clasificó a la Copa Intercontinental, tuvo a cuatro jugadores en doble dígito: Deodato (16 puntos), Johnson (15), Borges (15, 6 asistencias y 4 rebotes) y Ruan Miranda (11 y 9 rebotes). Balbi, el capitán del equipo, sumó 7 unidades más 4 rebotes y 3 asistencias mientras que Tayavek Gallizzi convirtió 4 tantos y tomó 2 tableros. En el perdedor salvó la ropa Martín Cuello, que el año pasado había cedido con Flamengo en la final ante la Fusión santiagueña, con 16 tantos.
¿Qué puede reprocharse Boca? Poco y nada. Del partido, quizás, no haber reaccionado en ese primer cuarto donde su rival lo pasó por arriba, porque tiene material de sobra para sobrellevar malos momentos. Pero el Mengao fue su bestia negra en el campeonato porque lo enfrentó cuatro veces y perdió en tres, incluida la de la definición. Más allá de que el xeneize es un equipo que se conformó y en el que se invierte mucho dinero para ser campeón de todo -hasta ahora ganó la Supercopa y la Copa Súper 20, las dos finales que había disputado en la temporada hasta antes de la BCLA-, se vuelve a sentar en la mesa de los mejores clubes del continente luego de una edición 2023/24 donde quedó eliminado en la primera etapa. No hace mucho ni siquiera competía internacionalmente.
Boca no solo jugó contra un equipo con jugadores de jerarquía, sino también contra un entrenador de probado nivel internacional, exitoso y de los mejores de la historia de nuestro país que llevaba poco más de un lustro fuera del centro de la escena desde que llevó a la Argentina al subcampeonato del mundo en China 2019 y que, justamente ante uno de los tantos clubes que comandó en nuestro país, volvió a sonreír con una pelota de básquet de por medio.
En la antesala de la final de la BCLA se disputó el duelo por el tercer puesto entre los equipos perdedores de las semifinales y fue victoria para Franca de Brasil 74 a 59 sobre Instituto de Córdoba, que cerró el certamen en el cuarto lugar. En el ganador el argentino Facundo Corvalán sumó 12 puntos mientras que en la Gloria lo mejor pasó por las manos de Alex Negrete con 18 tantos y 5 rebotes.
Ambos clubes compartieron el grupo D en la primera etapa y se enfrentaron tres veces, siempre con triunfo para los brasileños: 81 a 76 en el primer duelo; 91 a 83 en el siguiente; y 83 a 68 en el tercero.