La buena noticia es que los Pumas ya pasaron por esta circunstancia. La mala, que –no importa qué hagan– el desenlace puede ser el mismo. Cada vez que vencieron a Nueva Zelanda, la respuesta fue brutal. Cuando los All Blacks están afilados pueden pintarle la cara a cualquiera. La victoria del fin de semana pasado respondió, en gran parte, a una excelsa ejecución del seleccionado argentino en casi todos los aspectos del juego. Esto se conjugó, en simultáneo, con una serie de errores impropios del equipo local, la máxima potencia del rugby mundial. Se da por segura una reacción anímica y cabe esperar una mejoría por parte de los neozelandeses. Los Pumas deben responder elevando ellos también los niveles de intensidad y precisión.
Argentina se presenta a jugar por segunda vez en su historia contra All Blacks en el Eden Park. de Auckland, con el objetivo de revalidar la notable actuación de siete días atrás. A las 4.05 de la madrugada del sábado (hora de Buenos Aires) sostendrán la revancha con Nueva Zelanda por la segunda fecha del Rugby Championship. El triunfo en Wellington los llenó de confianza, por el resultado y sobre todo por la forma en que jugaron. La euforia fue más mesurada que en los antecedentes recientes, y en sus declaraciones los jugadores pusieron el foco en este segundo partido.
Después del éxito argentino en Sydney en 2020, los All Blacks respondieron con un triunfo por 38-0. Luego de que ganaran en Christchurch dos años más tarde, siguió un ignominioso 53-3. Este patrón de los Pumas no es exclusivo de los enfrentamientos con Nueva Zelanda. Desde el Mundial Francia 2007, sólo una vez lograron éxitos consecutivos sobre una potencia (considerando los equipos del Tier 1 menos Italia): ocurrió en 2022, cuando vencieron a Australia en San Juan antes de superar por segunda vez a sus vecinos oceánicos. El piloto automático no funciona en estos casos. Los Pumas deben igualar la fiereza física con la que saldrán los locales a clamar revancha y elevar aun más su rendimiento respecto al encuentro anterior, que, si bien fue muy alto, dejó margen para la mejoría.
“Las dos veces anteriores que les ganamos, los All Blacks mejoraron mucho en el partido siguiente, y sabemos que van a hacer lo mismo esta vez, así que nosotros también tenemos que mejorar. Va a depender de cuánto mejoremos nosotros”, reconoció el entrenador Felipe Contepomi en una conferencia de prensa. “Tuvimos un buen partido pero estuvo lejos de ser perfecto. Nos enfocamos en mejorar esas cuestiones. Los Pumas sienten que tienen más herramientas para competir de igual a igual, el tema es que están jugando contra uno de los mejores equipos del mundo. Nuestro desafío es volver a ser competitivos.
Lo mejor que hizo el conjunto argentino en Wellington fue la presión defensiva. Salió a tacklear bien arriba en el campo y con agresividad, algo que requiere una combinación de velocidad, potencia y coordinación, y lo realizó con gran efectividad. No dejó pensar a los All Blacks, que lucieron aturdidos en parte por ese factor. Los forwards ganaron su batalla física, imponiéndose en el contacto y pescando muchas pelotas en los rucks, además de ser superiores en las formaciones fijas. Los backs también se lucieron, con variantes, precisión y capacidad de quiebre. ¿Qué deben mejorar? El exceso de adrenalina redundó en una seguidilla de penales concedidos al inicio del partido y las dificultades para salir del campo propio otorgaron ventaja territorial, dos factores que le dieron puntos demasiado fáciles al rival.
El único antecedente de los Pumas jugando ante los All Blacks en Eden Park fue producto del azar, cuando el capricho del fixture quiso que se cruzaran en uno de los cuartos de final del Mundial 2011. Los locales se impusieron por 33-10 camino a su segunda corona. Los argentinos también jugaron dos partidos provinciales ante Auckland en las giras de 1979 y 1989, en las que se repartieron las victorias. Ésta es la primera vez en 13 años de presencia celeste y blanca en el Rugby Championship en que los Pumas son invitados a jugar allí, donde los All Blacks acumulan una serie invicta de 49 partidos: no pierden desde 1994, cuando Francia se impuso por 23-20.
“Eden Park es la catedral del rugby del hemisferio Sur”, reconoció Contepomi, presente como jugador en el duelo de 2011. “Para nosotros es especial jugar en Twickenham y va a ser especial jugar en Eden Park. Pero tratamos de sacarnos eso de la cabeza y de enfocarnos en lo que estuvimos practicando. Si hacemos eso, va a reflejarse en el resultado. El récord que tienen es enorme, pero es porque son los All Blacks. Son estadísticas, y están para ser rotas. Para nosotros lo importante es ajustarnos a nuestro plan de juego”.
En su quinto encuentro como entrenador del seleccionado, Contepomi hizo algunos retoques. Es clave el regreso del capitán, Julián Montoya, ausente por una lesión en el primer encuentro. Joaquín Oviedo, gestor del try de la victoria anotado por Agustín Creevy, se ganó la titularidad como octavo y movió a Marcos Kremer a la segunda línea, a riesgo de que éste pierda gravitación cerca de la pelota. En cambio, favorece el corrimiento de Juan Martín González a la función de ala, su posición natural. Lucio Sordoni “se ganó el puesto compitiendo en los entrenamientos” y relegó a Eduardo Bello, que venía destacándose. En el banco, el mellizo volvió a poner tres backs, con el ingreso de Bautista Delguy.
Scott Robertson, también en el inicio de su ciclo, movió menos piezas que las esperadas, en una apuesta por la experiencia. Lo más saliente es el regreso, tras una operación en la espalda, del discutido ex capitán Sam Cane, que estará en el banco. El volátil Will Jordan salta al XV inicial, lo mismo que Rieko Ioane y Caleb Clarke.
Se espera lluvia y viento para el anochecer en Auckland, factores a los que en enfrentamientos previos los argentinos no supieron adaptarse. El tiempo es una de las cuestiones que los visitantes no pueden controlar. La más impredecible, no obstante, será la respuesta de los All Blacks. Los Pumas ya lo saben. Ahora van por el objetivo de ganar los dos partidos. De lograrlo, harán historia nuevamente.