PARÍS (Enviado especial).- Analía Vizzón, la mamá de Mariano Navone, todavía le saca fotos al televisor cuando su hijo juega un partido del tour, necesitando reconfirmar lo que ve. Luis Navone, el papá del actual 97° del ranking (29° en junio del año pasado), se sigue emocionando y sufre “como loco”. Ambos de la localidad de 9 de Julio, hoy se regocijan estando en Roland Garros, pero teniendo frescos los recuerdos de los viajes en auto por la provincia de Buenos Aires cuando lo llevaban a jugar torneos de menores. Por eso, en el instante en el que Mariano consigue quebrar definitivamente al gigante Reilly Opelka (2,11m) y lo derrota por 6-1, 7-6 (7-1) y 6-3, para alcanzar la tercera ronda de un Grand Slam por primera vez, la alegría los invade. Se cubren los ojos humedecidos con gafas oscuras.
“Esto es un montón. En estas horas vimos una foto de un torneo G1 en Córdoba, siendo Sub 12, contra Juanma Cerúndolo, y dijimos: ‘Ahora estamos acá, mirándolo en Roland Garros’. No puedo creer que me levanto para verlo jugar contra Sinner, por ejemplo (como ocurrió hace unas semanas en Roma); no lo puedo naturalizar. Nos seguimos asombrando todo el tiempo. Te pasa todo por la mente, los catorce años que lo acompañamos, los partidos… es espectacular”, le dice Analía a LA NACION, en las escalinatas del Court 9, donde triunfó su hijo, ubicado casi debajo de una tribuna lateral del estadio Suzanne-Lenglen.
“Como amante del tenis, mi sueño mayor era venir algún día a Roland Garros. Vinimos en 2016 a Europa de turismo por primera vez, en septiembre y sacamos fotos, pero estaba todo cerrado. Siempre seguí soñando con venir al menos una vez a ver a Mariano y lo hice por primera vez cuando se bajó Rafa Nadal (en 2023, por lesión) y él entró en la qualy el último día. Desde entonces vinimos dos veces más, pero cada oportunidad es mágica”, añade la mamá de Navone.
Mariano, que perdió terreno en el ranking tras no haber podido defender una gran porción de puntos generada en el primer semestre de 2024, superó un desafío demandante, no sólo en lo tenístico sino en lo mental. Enfrentar a un temible sacador siempre provoca una atención distinta, porque un paso en falso en el propio turno de servicio puede significar una catástrofe. Navone tuvo lucidez y lució eléctrico de piernas ante el estadounidense, actual 93°, ex 17°: ganó el 45% de los puntos que devolvió y convirtió cinco de las 16 oportunidades de quiebre que generó, mientras que su rival le creó 12 break point, pero únicamente arrebató dos. Además, el bonaerense se escapó de cinco set points en el segundo parcial: uno estando 4-5 y cuatro con el score 5-6.
“Era complicado. Nunca es fácil jugar contra sacadores en ninguna superficie. Opelka, además, pelotea muy bien desde el fondo, entonces era desafiante por ahí: lo demostró en el segundo set, fue 7-6, fue un partido con breaks para él y para mí, salvé cinco set points. Estar dos sets a cero fue un golpe que él sintió. Nunca son cómodos los sacadores, porque cuando te toca sacar 0-30 o 0-15 en tu game se complica; ellos empiezan a tener la habilidad de arriesgar, entonces es importante no errar rápido y que el rival sea quien tenga que ganar luchando. Lo que mejor hice fue mantenerme cerca cuando iba abajo y, cuando fui arriba, hacer la diferencia rápido”, analizó Navone, entrenado por Andrés Dellatorre y con un premio asegurado de 168.000 euros (menos impuestos).
Estar en una instancia inédita para su carrera en el Abierto de Francia tampoco le hace olvidar el pasado a Navone. “Soy uno de los chicos que se levantaba a las 5 o 6 de la mañana para ir a jugar en los torneos de menores -recapituló-; éramos muchos que hacíamos lo mismo y yo tuve el placer de conseguir estar acá y sentir que todo valió la pena. Hoy por hoy, al pensar ‘estoy en la tercera ronda de Roland Garros’, me sale decir ‘uuufff’, porque me levanté mil veces los viernes o los sábados siendo chico para ver qué partido había de Roland Garros. Estaba pegado ocho horas al televisor, soñando con algún día estar ahí. Eso, en algún momento, llega: hoy tengo 24 años y llegó. No hay que perderlo de vista, pero estoy preparado para enfrentar estas situaciones, así que espero enfrentarlo con la mayor normalidad que se pueda lo que viene”.
¿Qué es lo que viene para Navone en el Bois de Boulogne? El italiano Lorenzo Musetti, en su mejor ranking (7°) y en un estado de inspiración absoluta, tras una gira sobre polvo de ladrillo súper destacada: final en Montecarlo y semifinales en Madrid y Roma. “Musetti es top ten, es muy competitivo. Ya el año pasado, cuando jugamos en los Juegos Olímpicos [el europeo se impuso por 7-6 (7-2) y 6-3] y él logró la medalla de bronce, yo jugué bien ese partido, así y todo, no me lo pude llevar. Será un partido duro, muy peloteado; probablemente vamos a jugar un rato largo, hay que proponer una batalla. Es un jugador muy completo, con un tenis vistoso. Va a estar bueno el desafío de intentar lastimarlo en sus variantes”, aventuró Navone, que sabe lo que es vencerlo. Fue en abril pasado, antes de París 2024, en la final del Challenger de Cagliari (7-5 y 6-1).
“Lolo es muy bueno desde chico. Tenía una carrera que apuntaba a estar en los grandes escenarios del tenis mundial. Italia, ya con (Jannik) Sinner y todo el trabajo que está haciendo, sobre todo en desarrollo, va a tener cada vez más jugadores metidos en los primeros puestos. El año pasado cuando le gané en Cagliari, él quizás no estaba en su mejor momento, después vino la gira de césped en la que le fue muy bien, pero ahí se veía venir. Siempre fue un chico de muy buenos resultados. Habrá que jugar…”, apuntó Navone, sin amedrentarse frente a semejante desafío, seguramente en uno de los estadios principales.
Esta vez, a metros de la Navoneta, Analía y Luis no tuvieron que tomarle una foto a la TV para confirmar que era verdad lo que veían. Siguen cumpliendo un sueño y en vivo. Ahora sólo tienen un contratiempo: extender la estadía en el departamento que rentaron en París, al menos, por unos días más.
Juan Manuel Cerúndolo (109°, 99° en el ranking en vivo) se despidió de Roland Garros después de haber disputado cinco partidos. El porteño superó la clasificación (tres desafíos) y la primera ronda (al estadounidense y 32° preclasificado, Alex Michelsen), pero en la segunda instancia cayó por 6-3, 6-4 y 7-5 ante el serbio Hamad Medjedovic (74°). Más allá de la eliminación la semana de acción en París se podría calificar como productiva para el exnúmero 79.
Este jueves, asimismo, Federico Agustín Gómez se medirá con el británico Cameron Norrie, por la segunda ronda de Roland Garros, en el tercer turno del Court 13.