El golf tiene sus debilidades, lugares donde los jugadores han soñado con una proeza o bien, algo parecido. Pordemos hablar del Augusta National, escenario del Masters. O de St. Andrews, emblemática cancha donde se desarrolla alternadamente el British Open. Por qué no incluir el famoso hoyo 17 de The Players, ese que está situado en una isla, en medio de una laguna artificial que anualmente se devora una y otra salida y provoca angustias y dolores de cabeza.
Pero el hoyo 16 del Phoenix Open es muy significativo. Es como una cancha de fútbol, donde cerca de 20.000 personas gritan, beben cerveza y celebran los grandes tiros a la bandera. Un par 3 muy especial el del TPC Scottsdale, con el clima que no brinda ninguna cancha de golf en el planeta. El más ruidoso del mundo, sin dudas, y que se aparta literalmente de lo que son las normas de etiqueta en el golf. ¿Dónde, si no ahí, concretar un hoyo en uno? Más de uno lo sueña. Suele darse un estallido, gorras que vuelan, vasos de cerveza que son arrojados desde las gradas. Todo vale. Y para la Argentina el efecto se multiplica si, además, el impacto lo genera un jugador de nuestras tierras. Como sucedió este viernes.
Emiliano Grillo, con 32 años años, es uno de los trotamundos de este deporte. Oriundo de Resistencia, ha tenido satisfacciones y triunfos en los circuitos internacionales, incluido el PGA Tour: en 2015 se impuso en el Frys.com Open, en Sillicon Valley, y en 2023 en el Charles Schwab Challenge, en Fort Worth. El Phoenix Open forma parte de este tour y en la primera vuelta había quedado a mano con la cancha de par 71, precisamente marcando ese score. En los segundos 18 hoyos, le tocó salir por el 10 y el arranque fue bueno: birdie. Luego subió el par en el 12 y volvió a bajar en el 15. Hasta ahí, transitaba el recorrido con un global de -1. Llegaba el momento de entrar en el mítico hoyo 16. No iba a poder creer lo que estaba por suceder…
Eran 155 yardas desde el tee hasta la bandera. Muchos apuestan a poner la pelota en el green y a rodar. ¡Y que sea lo que el destino quiera! A veces ayuda la bandera para frenar la bola, así como también puede desviarla. Nunca se sabe. Grillo tomó su pitching wedge, miró esa bandera y apenas le pegó sintió el murmullo de la gente. Que suele tirar buenas vibras. El público quiere hoyos en uno, lo ansía especialmente en ese par 3. Va concretamente para eso: ser testigo de un logro único. La pelota de Grillo voló, mientras el chaqueño la seguía a lo lejos. Y maravillosamente entró de aire en la taza. Apenas se dio cuenta, el chaqueño, que se había agachado un poco para fijar la vista en el green, alzó los brazos hacia el cielo mientras soltaba el pitch y festejó, como esos goles que son para gritarlos con el alma. Enseguida volvió sobre sus pasos y lo celebró con sus compañeros de juego, el puertorriqueño Rafael Campos y el irlandés Seamus Power. Y con los caddies. ¡Con todos se quería abrazar! Era el segundo hoyo en uno en su carrera. Imposible de olvidar.
Cuando le preguntaron sobre el grado de dificultad del tiro, cómo hizo para concretarlo, Grillo respondió con excelente humor: “La verdad es que me resultó más fácil de lo que parece”. La periodista que lo acompañaba remató su frase: “Vos, Emiliano, hiciste que parezca fácil”. El argentino estaba fascinado con la reacción de la gente y sobre todo, en el momento en que la pelota se metió en el hoyo. “Sentí los gritos y empecé a festejar”.
La vuelta de Grillo continuó con un bogey en el hoyo 18. De esa manera, cerró con -2 los primeros 9 hoyos. En el regreso, volvió a subir en el 5, para cerrar con un birdie en otro par 3, el del hoyo 7. En total, presentó una tarjeta de 69 (-2), para un total de 140 (-2) que le permitiría superar con lo justo el corte clasificatorio. El líder del certamen es el belga Thomas Detry, que hizo 64 golpes (-7), producto de ocho birdies y un solo bogey, y sumó 130 (-12).
El tiro mágico de Grillo
El Phoenix Open suele generar récords de asistencia en buena medida gracias a este hoyo, que concentra multitudes. Los sábados suelen ser las jornadas de mayor concurrencia. ¿Cómo surgió la idea de construir un hoyo de estas características? Fue en octubre de 2014 cuando comenzó la elaboración definitiva de esta suerte de estadio alrededor del par 3 de, promedio, 163 yardas, que cobra vida como ningún otro, y hasta genera polémica. Fue tanta la demanda del certamen que se levantó esa enorme estructura para sponsors, invitados especiales y público en general. Hablamos de una cantidad de público que en las cuatro jornadas puede trepar hasta las 700.000 personas.
“Me encanta ese hoyo. Es en el único momento del año en que nos sentimos estrellas de rock. Es algo increíble”, contó alguna vez el estadounidense Scott Piercy. “Para nosotros es una experiencia única, no hay nada parecido en el circuito. Es un poco loco, pero divertido”, agregó.
La ovación al llegar al green
Un pandemonium en 2022
El caso más recordado se dio hace tres años. Sam Ryder no era precisamente uno de los jugadores más populares del circuito. Con 32 años, estaba 129 en el ranking de la FedEx y todavía no había ganado títulos en el PGA. ¿Pero a quién le importaba realmente? Calculó la distancia, habló con su caddie, hizo el swing tradicional e impactó la pelota. Que voló, voló, picó en el green y recorrió los metros que le faltaban hasta ingresar en el hoyo. ¡Hoyo en uno! ¿Cambió la historia del golf mundial? En absoluto. Pero sí transformó el TPC en un infierno. Estruendo. Euforia desbordada en las tribunas. Y el descontrol en la gente.
De pronto, una lluvia de vasos y latas de cerveza invadieron ese par 3. Una panorámica inesperada. Las tomas de videos desde distintos ángulos permitieron observar la reacción del público. Incluso, la sorpresa de Sam Ryder, que no podía creer lo que veía. El green quedó invadido de “proyectiles” y las reacciones en las redes sociales no fueron todas elogiosas. Muchos celebraron el espectáculo. Otros se indignaron al considerarlo “impropio de la etiqueta del golf”.
“No pude haber elegido un mejor hoyo que éste”‘, dijo Ryder esa vez, luego de firmar una tarjeta de 71 golpes, el par. ”No pienso que haya un hoyo que tenga la energía que tiene éste”. Y agregó: “Terminó siendo un wedge perfecto. Todos siempre juegan un poco más corto aquí, por la adrenalina o por lo que sea”. Y agregó un tuit en su cuenta personal: “¿No estás entretenido? Todas las bebidas para mi”, acompañado por el video del hoyo en uno. Con un detalle peculiar: fue el primero que logró en el tour. ¡Vaya escenario para concretarlo!