“Van a decir muchas cosas a lo largo del año, pero tenemos que tratar de no escuchar a los demás e ir hacia adelante todos juntos”. La frase de Enzo Pérez durante los primeros días de enero en la pretemporada puede trasladarse directamente al presente de River. Luego de la lesión que sufrió hace casi dos meses ante Palmeiras en Brasil, el capitán, de 39 años, no volvió a tener minutos oficiales y fue tres veces consecutivas al banco de suplentes sin ingresar. Los interrogantes están instalados: ¿qué pasa con Enzo? ¿Por qué no juega? ¿Volverá contra Vélez? Se tratará de un domingo tan decisivo para el equipo como trascendente para el mediocampista que atraviesa sus últimos días como futbolista millonario.
Aquel fatídico 24 de septiembre no solo dejó la derrota por 3-1 a manos de Palmeiras y la eliminación en un cuarto de final de Copa Libertadores, sino que también le frenó el recorrido del año a Pérez, que padeció un profundo corte en la rodilla izquierda y recibió siete puntos de sutura. Eso le demandó dos semanas de rehabilitación, sin que pudiera saltar al campo a trabajar: únicamente podía realizar tareas de gimnasio y kinesiología con algunos ejercicios aeróbicos, sin flexionar la rodilla. Ni siquiera podía trotar ni subir a una bicicleta fija. Luego tuvo otras dos semanas de reacondicionamiento físico y recién volvió el 24 de octubre a estar entre los convocados, para el duelo con Independiente Rivadavia por la Copa Argentina. Pero todavía no volvió a jugar.
Más allá de que los rendimientos de los habitualmente titulares Juan Carlos Portillo y Kevin Castaño estuvieron lejos de ser convincentes, Marcelo Gallardo tampoco puso a Pérez frente a Gimnasia en el Monumental ni ante Boca en la Bombonera. Enzo vio las últimas tres derrotas desde el banco, después de una primera parte del año de mucha actividad: jugó 36 partidos de los primeros 44 del año, con 70 minutos de promedio. Y ahora lleva los últimos ocho sin decir “presente”. Se trata exclusivamente de una decisión deportiva, sin conflicto interno ni distanciamiento personal con el entrenador, más allá del descontento lógico del jugador, que quiere volver a la acción. “Está como para jugar, esperando su chance y apoyando desde donde le toque, como se acordó con el director técnico a comienzos de año”, aseguran desde las entrañas de River Camp.
Más allá de que no éstos han sido días fáciles para Enzo, luego de que se hiciera pública la problemática ruptura con su representante Juan Pablo Rossi, en el día a día sigue siendo capitán y referente del grupo, a punto tal de que antes del duelo contra Gimnasia se expuso a los micrófonos aun sin ser parte del equipo titular. “Estamos en una situación difícil. No teníamos la expectativa de llegar al final del año estando como estamos. Pero hay que afrontarlo, salir lo más rápidamente posible y cumplir objetivos. River tiene que estar el año que viene en la Copa Libertadores, porque es una obligación. El mensaje del entrenador llega muy claro. Después, los que tienen que tomar decisiones en el campo somos nosotros, pero el mensaje llega”, dijo entonces.
El entrenador ha priorizado en este último tiempo a Portillo para la posición. Se lo comunicó cuando hizo el cambio antes del segundo cruce con Palmeiras, y todavía no ha utilizado juntos a Pérez y Portillo como tándem en el eje del campo. Eso puede darse este domingo en Liniers. En una de las pruebas tácticas del entrenamiento del jueves, Gallardo dispuso un mediocampo compuesto por ambos más Juan Fernando Quintero y Giuliano Galoppo.
Es una posibilidad muy concreta, ya que no puede contar con Kevin Castaño ni Matías Galarza por la ventana FIFA y perdió hasta el próximo año a Maximiliano Meza por la lesión en la rodilla izquierda. ¿Qué otros futbolistas tiene disponibles el DT? Los emblemáticos Ignacio Fernández y Gonzalo Martínez, más Santiago Lencina –con contrato renovado hasta 2028– y los juveniles Agustín Obregón y Thiago Acosta, que subieron desde la reserva y serían citados.
Tal como también ocurre con Milton Casco, ‘Nacho’ Fernández y ‘Pity’ Martínez, para Pérez son días muy especiales porque su contrato finalizará el 31 de diciembre y todo indica que no lo renovará. Resta solamente conocer cuántos partidos más tendrá con la banda roja. Todo dependerá del resultado frente a Vélez, ya que River aún no está clasificado para los playoffs del torneo Clausura y necesita ganar para entrar a los octavos de final, mientras espera el resultado de Argentinos Juniors para saber si logrará meterse a la próxima Copa Libertadores.
Suma ocho derrotas, un empate con posterior caída por penales y dos victorias en los últimos once partidos, con apenas 7 goles en favor y 15 en contra. En ese lapso, Enzo jugó solamente los dos duelos con Palmeiras, en Buenos Aires como titular y en San Pablo como suplente. River quedó sumergido en una profunda crisis de la que todavía no salió. La última fecha del Clausura presenta una urgencia que jamás se vivió en el primer ciclo de Gallardo. Y el puesto de volante central vuelve a ser un inconveniente. Sucede que entre la salida y el regreso de Pérez, además de Portillo y Castaño, pasaron también Matías Kranevitter, Rodrigo Villagra y Nicolás Fonseca. Ninguno se asentó. Y por eso el DT puede volver a recurrir a una de sus banderas históricas para levantarse y volver a ser.


