Competir, lleva una bandera simbólica. “Somos un equipo que representa la liga y al país. Tenemos la oportunidad de ayudar a poner el nombre de Azerbaiyán en el mapa”, señaló Leandro Andrade, el delantero que brilla en la Champions League en el sorprendente equipo azerí. “Y eso me motiva. Qarabağ es un club que nació de un pueblo con una historia de sufrimiento y superación, muchas personas fueron víctimas de la guerra. Saber que podemos darles alegría es una gran responsabilidad, pero también una motivación enorme”, afirmó en diálogo con LA NACION.
Su presente en la disputa de la Copa de Europa encuentra a Andrade en uno de los mejores momentos de su carrera. El extremo derecho protagonizó los cuatro partidos de Qarabag FK (victoria ante Benfica por 3-2, triunfo sobre Copenhague por 2-0, derrota por 2-1 frente a Athletic de Bilbao y 2-2 con Chelsea), y fue titular en todos. Su aporte fue clave: marcó tres goles, participando directamente en el 38% de los tantos del equipo. A eso se suman seis partidos previos de clasificación a la fase de liga, en los que también fue protagonista: tres goles y tres asistencias.
Su impacto es tan fuerte que, además de ser la principal referencia ofensiva del equipo, se convirtió en el máximo goleador caboverdiano en la Champions, superando a Zé Luis (2). Y firmó un récord peculiar: es el primer jugador en las grandes competiciones europeas en anotar en el primer minuto de tres partidos. Lo hizo frente a Häcken (diciembre de 2023), Steaua Bucarest (enero de 2025) y Athletic Club (octubre de 2025). “No sabía que lo había roto hasta después del juego. Pero es bueno, será un recuerdo para tener al final de mi carrera. Mi familia estaba más emocionada que yo. Siempre está más feliz con mis logros que yo mismo”, dijo.
Andrade nació en Tavira, una ciudad costera y de pescadores del sur de Portugal, la misma de la que surgió João Neves, actual figura de Paris Saint-Germain y campeón de la última Champions. Un detalle curioso y casual: dos futbolistas de un mismo rincón poco conocido de Europa dejaron su huella en la competencia más importante del continente.
Leandro comenzó su carrera en las divisiones inferiores de Sporting de Lisboa, en las que permaneció entre 2013 y 2015. Luego pasó por el sub 15 de Farense y finalmente por Olhanense, en el que jugó en los sub 17 y sub 19 y llegó a debutar en la tercera división portuguesa. En 2020, tras un paso por Fátima, se marchó a Cherno More, de Bulgaria, y en 2022 llegó a Qarabag, el club dominante en la liga azerbaiyana desde hace una década.
Qarabag no solo representa a en cierta forma a su liga: también carga una historia marcada por el conflicto. El club tomó su nombre de la región del Alto Karabaj, escenario de las sucesivas guerras entre Azerbaiyán y Armenia, incluida la más reciente, de 2023. Ese vínculo entre fútbol, memoria y reconstrucción se vuelve parte del discurso identitario del plantel. “Todo el país está detrás de nosotros. No estoy seguro de si tengo idea del tipo de presión que tenemos, porque el país vive mucho estos momentos. Ha estado esperando mucho para este partido. Fue increíble”, dijo Andrade tras el empate con Chelsea.
Esa noche no fue una más: Andrade abrió el marcador, convirtió y entró a la historia de Qarabag. “No me di cuenta de que nunca habíamos marcado un gol contra un equipo inglés. Diría que merecemos algunos aplausos, porque hemos estado ganando e intentando imponer nuestro tipo de fútbol, que es el de ataque”, declaró luego del encuentro.
El jugador dice vivir la competición como cree debe ser vivido el fútbol: “Con alegría”. Y explica que su mentalidad cambió con el tiempo: “Antes pensaba demasiado en las consecuencias de los goles o en lo que podría pasar, y eso perjudicaba mi presente. Ahora mi foco es disfrutar del momento y ayudar al equipo. Lo individual viene después”. Esa filosofía se traduce en el entusiasmo que muestra cada vez que anota: “Quien ama el fútbol sabe que una de las mejores sensaciones es marcar un gol, sobre todo en competencias europeas. Si sigo marcando, será mejor para el equipo, porque estaremos más cerca de ganar cosas”.
Qarabag, que sorprendió en el inicio de la Champions, alimenta una ilusión. “Después de los dos primeros partidos con dos victorias, vimos una luz en el fondo del túnel y soñamos con pasar de fase. Ya sentimos el sabor de la Champions y creo que tenemos calidad como para seguir creciendo”, sostuvo Andrade. Pero enseguida bajó el tono, con realismo: “Lo tomo partido por partido, sin poner la cabeza en objetivos futuros. Hay que disfrutar de la mejor competición del mundo con confianza y coraje”.
Nacido en Portugal, pero de raíces africanas por parte de su padre, Andrade también habló sobre su vínculo con la selección de Cabo Verde, en la que jugó hasta 2023, incluidos dos partidos de clasificación para al Mundial de 2026. “Fue un capítulo positivo en mi carrera. Fui feliz, crecí y me trataron siempre con mucho respeto. Representar a un pueblo trabajador, como el de Cabo Verde, fue una sensación muy buena”, recordó.
Contó que su ausencia en las últimas citaciones no se debió al cuerpo técnico. “Fui convocado algunas veces, pero no fui porque una decisión mía. A veces veo críticas al entrenador por no llamarme, pero no tiene la culpa. Fue una decisión personal, pensada para mi carrera”, reveló. Las razones fueron múltiples: “No son viajes fáciles y me perjudicaban bastante; cada vez que iba a la selección, me perdía el primer partido siguiente del club y me quitaba mucho tiempo de descanso. Además, nacieron mis dos hijos y quería pasar más tiempo en casa”, argumentó.
Pese a eso, dejó abierta la puerta a un regreso para la Copa del Mundo, que el próximo año será disputada por el pequeño país al que representó: “No voy a jugar el Mundial, pero quién sabe un día, más adelante… Nunca digo «nunca»”.


