Rodrigo De Paul decidió cruzar el Atlántico. En silencio, sin hacer demasiado ruido y con la complicidad de su círculo más cercano, el mediocampista que se transformó en un engranaje vital del ciclo de Lionel Scaloni en la selección argentina resolvió ponerle al menos una pausa a su etapa europea y sumarse a Inter Miami. Este miércoles la franquicia estadounidense y Atlético de Madrid oficializaron en las redes sociales la transferencia.
Casi simultáneamente, hicieron publicaciones en X. A las 17.50, el club español posteó la novedad con un breve texto entre informativo y de buen augurio: “Rodrigo de Paul se despide del Atlético de Madrid y continuará su carrera profesional en el @InterMiamiCF. Te deseamos lo mejor en este nuevo reto profesional, Rodri!“, escribió, con una foto del mediocampista en acción con el uniforme colchonero delante de la leyenda ”Gracias R. De Paul». Dos minutos después, las Garzas se expresaron más escuetas y enigmáticas, pero inequívocamente refirieron al argentino. ”El motor está encendido” (“the engine is on”), expresaron, con un emoji de engranaje y uno de llama. “Motorcito” es un apodo de De Paul, cuyas iniciales aparecen en el botón de encendido de un auto en el breve video que acompaña el texto e incluye ruido de impulsor.
El club estadounidense que comanda David Beckham y capitanea Lionel Messi le abre las puertas a un jugador determinante en la última conquista mundialista en Qatar. Y, al mismo tiempo, plantea un interrogante tan simple como inquietante: ¿qué impacto tendrá este cambio en la preparación rumbo al Mundial 2026?
A los 31 años, De Paul firmó un contrato por cuatro temporadas, tras un pase cuyo valor, según el reputado periodista Fabrizio Romano, fue de 15.000.000 de euros, y se convertirá en compañero de su amigo más célebre. Será la primera vez que compartirán camiseta en el ámbito de clubes, luego de forjar una relación indestructible en la cancha y fuera de ella con la camiseta celeste y blanca.
La decisión de abandonar Europa no responde a una cuestión futbolística, sino personal. De Paul tenía contrato vigente con Atlético de Madrid hasta junio de 2026, venía de ser titular indiscutido en el equipo del Cholo Simeone y mantenía un nivel competitivo más que aceptable. Sin embargo, eligió priorizar su vida familiar, instalarse en Estados Unidos y rodearse de afectos: además de Messi, lo esperan en Miami varios argentinos y figuras de renombre como Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets.
En las Garzas, que precisan fortalecer esa zona del campo de juego, se encontrará con un importante grupo de compatriotas en el plantel. Entre ellos están Federico Redondo, Tomás Avilés, Marcelo Weigandt, Gonzalo Luján, Tadeo Allende, Baltasar Rodríguez, Oscar Ustari y el entrenador Javier Mascherano.
El traspaso se venía gestando desde hace semanas, pero recién este viernes quedó confirmado.
En la intimidad de la selección argentina nadie pone en duda el valor de De Paul. Es más: su figura excede lo estrictamente futbolístico. Es parte del corazón del grupo, un líder emocional y una pieza que Scaloni considera indispensable. Sin embargo, su mudanza a una liga de segundo orden, como la Major League Soccer, reaviva un viejo debate: ¿hasta qué punto es conveniente que los jugadores clave de la Albiceleste compitan en torneos de menor exigencia, a menos de un año del Mundial?
De Paul no será el primero ni el último. Leandro Paredes volvió a Boca. Germán Pezzella está en River y podría recalar en el fútbol brasileño. Y el propio Messi, desde hace más de un año, también milita en la MLS. “No me importa dónde jueguen, me importa que jueguen”, respondió Scaloni hace unas semanas, cuando fue consultado por la situación de Paredes. Esa frase, convertida en política de gestión, explica por qué De Paul seguirá siendo citado a pesar de su nuevo destino. La incógnita es cómo llegará desde lo físico y lo competitivo a la Copa del Mundo, que se disputará en territorio norteamericano en menos de doce meses.
De Paul lo sabe. Por eso el calendario de Inter Miami y la proximidad geográfica con la sede del Mundial seguramente también pesaron en su elección. Quiere llegar bien, sabe que lo mirarán con lupa y apuesta a la continuidad y a sostener el nivel, aunque ya no juegue todos los fines de semana en el Metropolitano de Madrid, sino en estadios sin tanta presión ni cámaras.
Mientras, Atleti encontró rápido su reemplazo: el mediocampista estadounidense João Lucas de Souza ‘Johnny’ Cardoso se convirtió este miércoles en nuevo futbolista del Colchonero. Proveniente de Betis, el contrato firmado es por cinco temporadas, hasta 2030.
El pase de Rodrigo De Paul a la MLS representa, además, el cierre de una etapa que duró más de una década y que lo tuvo como protagonista en tres ligas del Viejo Continente.
Su desembarco europeo se dio en 2014, cuando Valencia apostó por su talento precoz surgido en Racing. Allí disputó 44 partidos y marcó apenas dos goles, en una etapa que sirvió más de aprendizaje que de consolidación. En 2016 regresó a Avellaneda por seis meses para cumplir el anhelo de jugar la Copa Libertadores con la Academia. Pero su destino no estaba en el Cilindro, sino en el norte de Italia.
Udinese fue su trampolín. Allí encontró continuidad, confianza y un lugar protagónico. Fueron cinco temporadas con 184 partidos y 34 goles. Se convirtió en capitán, referente y figura, lo que le abrió las puertas de la Selección. De hecho, su primera convocatoria con Scaloni llegó cuando todavía jugaba allí.
El punto cúlmine llegó en 2021. Luego de su brillante actuación en la Copa América —incluida una asistencia perfecta a Di María en la final frente a Brasil—, Atlético de Madrid pagó 35 millones de euros por su pase. Allí disputó 187 encuentros, convirtió 14 tantos, repartió 26 asistencias y levantó un título: la Supercopa de España 2024.
En total, su aventura europea se resumen en 415 partidos y 50 goles, distribuidos de la siguiente manera: 44 encuentros y 2 tantos en Valencia, 184 y 34 en Udinese, y 187 y 14 en Atlético de Madrid. Números que reflejan consistencia, evolución y jerarquía.
Inter Miami se convirtió en un nuevo polo de atracción para los jugadores que priorizan lo humano, lo familiar y lo emocional por sobre lo económico o lo estrictamente deportivo. En ese sentido, el arribo de De Paul responde a una lógica similar a la de Messi. O, mejor dicho, es consecuencia directa de ella.
El vínculo que une a ambos excede la cancha. Se convirtieron en inseparables desde la Copa América 2019 y ahora compartirán club por primera vez. Una historia de amistad, sociedad y química que también se traslada a la MLS.
Para Inter Miami, su incorporación es una bomba de marketing, una manera de retener a Messi en medio de rumores que lo alejaban del conjunto americano, y una apuesta fuerte en busca del título. Y para De Paul, una nueva vida.