BOLONIA (Enviado especial).- Michael Kohlmann tiene 51 años. Nació en Hagen, una ciudad alemana del estado de Renania del Norte-Westfalia, a muy pocos kilómetros de Dortmund. Jugó al fútbol y al básquetbol, pero construyó una carrera (una vida) en el deporte que practicó desde los ocho años, el tenis. Fue un buen junior, semifinalista del Orange Bowl Sub 14 y campeón de su país en Sub 16; en 1995 se convirtió en profesional, fue 98° en singles (en 1998), pero tuvo más éxito en dobles, siendo 27° (en 2007), ganando cinco trofeos y jugando otras catorce finales. Quien lo inspiró y le enseñó los trucos del dobles fue un argentino: Javier Frana. Este jueves se enfrentarán, pero como capitanes en la Copa Davis, de la Argentina y Alemania, por los cuartos de final, en Bolonia.
Frana, casi ocho años mayor que Kohlmann, se destacó durante un puñado de años en el Tennis-Club Rot-Weiß Hagen en la competencia de la Bundesliga, la valiosa y rentable liga de interclubes de Alemania. Para Kohlmann, que jugaba allí, el zurdo rafaelino fue, primero, un referente, y, después, un compañero a seguir en el equipo. “Javier fue nuestra estrella en mi primer equipo de tenis, en mi ciudad natal. Era mi ídolo de niño. De hecho, me enseñó a jugar dobles. Fue una persona muy especial para mí en aquellos años”, apuntó Kohlmann, en las últimas horas, en la ciudad boloñesa. Más allá de la diferencia de edad, ambos compartieron muchos momentos, dentro del court (el TC Rot-Weiß Hagen hoy cuenta con diez canchas al aire libre y tres cubiertas) y también afuera.
Una fotografía enviada especialmente a LA NACION por Kajo Fritz, miembro del consejo de marketing y relaciones públicas, se los ve a Frana, Kohlmann y varios jugadores más celebrando un cumpleaños, muy divertidos.
“Jugábamos en Hagen, una ciudad chica, muy linda, donde este año se jugó un Challenger [en julio, de categoría 75]. Él era el más chico del equipo, jugaba muy bien, tenía ganas de ser profesional, de los más chicos del equipo era el que más dedicado estaba. Jugamos dobles juntos y yo era el veterano y uno de los extranjeros que estaban. Hicimos una súper relación. En el dobles es como que lo iba ayudando. Él, después, jugó mucho. Siempre quedamos con muy buena onda y nos encontrábamos eventualmente en los torneos, porque él hace diez años que es capitán de Alemania [desde 2015, en reemplazo de Carsten Arriens]”, recapitula Frana, ante LA NACION, con cierta nostalgia.
Este año, ambos se cruzaron en Australia y en Madrid, durante los torneos. En septiembre pasado, el conductor argentino le envió un mensaje a su par alemán cuando se conoció el cruce en el Final 8, aquí en Bolonia. “Lo saludé y le dije lo increíble que es la vida, cómo nos llevó a estar en esta situación y va a ser un placer compartir esta instancia”, cuenta Frana, “el mejor extranjero” del TC Rot-Weiß Hagen, según comentó en la web del club Werner Köster, símbolo de esa institución. “Recuerdo un partido contra su compatriota Horacio de la Peña, que ganó, fue uno de los mejores que he visto en polvo de ladrillo”, dijo. Fritz, ante LA NACION, también celebró al recordar: “Frana sigue siendo una leyenda en nuestro club de tenis. Jugó en la Bundesliga alemana, la primera división del país, durante cuatro años, de 1993 a 1996. ¡Tenía el revés más bonito que jamás haya visto Hagen!”. Vale recordar que Frana, 30° del mundo en singles en 1995 y 14° en dobles en 1992, pegaba el revés con una mano.
Los recuerdos por los viejos buenos tiempos volaron de un lado al otro. Aquí ya se encontraron el fin de semana, en la gala de bienvenida, en el Palazzo Re Enzo. Este jueves, sobre la superficie dura y bajo el techo del BolognaFiere, se escribirá otro capítulo de la relación entre Frana (vivirá su tercera serie, tras los éxitos de este año ante Noruega y Países Bajos, ambas de visitante) y Kohlmann, el conductor de un país que fue tres veces campeón de la Ensaladera de plata, pero la última hace 32 años (en 1988, 1989 y 1993).
“Ahora es especial compartir la cancha de una manera diferente agregó Kohlmann-. Pero una vez que pisemos la cancha, él hará todo lo posible por ganar para Argentina. Yo haré todo lo posible por ganar para Alemania. Creo que, en ese momento, cuando comience el partido, dejaremos nuestra relación de lado. Después, tal vez, tomemos algo en el bar”.
“Ya lo dije antes. El antiguo formato, el de las series ida y vuelta, con localías, era histórico. Pero también amo a este equipo. Todos queremos tener éxito juntos. Sólo nos quedan un par de años para lograrlo con esta formación. Por eso estoy aquí. Creo firmemente que tenemos un gran equipo y con el que podemos ganar”. Alexander Zverev, el número 3 del ranking mundial, no competía en la competencia por la Ensaladera desde el primer semestre de 2023, por eso fue toda una sorpresa cuando Kohlmann lo designó para la serie de este jueves ante la Argentina, en Bolonia, por los cuartos de final, en el marco del Final 8.
Sascha será la máxima carta de un equipo que tiene una de las mejores parejas de doblistas del tour, Kevin Krawietz y Tim Puetz (undécimos en la clasificación ATP) y un single 2 envalentonado, que llega de ganar un Challenger (en Lyon) en la misma superficie que se utilizará en el BolognaFiere, como Jan-Lennard Struff (84°).
No antes de las 13 de la Argentina (TyC Sports y DSports), el equipo nacional pondrá sus mejores opciones: Francisco Cerúndolo (ante Zverev, a quien lo venció en tres de las cuatro veces que lo enfrentó), Tomás Etcheverry (contra Struff; a nivel ATP, el historial está 1-0 en favor del alemán, en Gstaad 2024) y los doblistas Horacio Zeballos y Andrés Molteni, que forman una pareja de elite. La serie es al mejor de tres puntos (comienzan jugando los singles número 2) y, cada partido, al mejor de tres sets.
El vencedor del cruce se enfrentará el sábado, por las semifinales, con el ganador de España (sin Carlos Alcaraz, lesionado) y la República Checa, que abrirán la jornada, a las 10 de Bolonia, cuatro horas menos en la Argentina.


