En 24 horas, el semblante de los franceses cambió radicalmente. De sentirse afuera de la lucha por el título del Seis Naciones a depender de sí mismos. De dudar de sus cualidades a recuperar plena confianza. El seleccionado galo capitalizó el punto que dejó en el camino Irlanda ante Gales y con una aplastante goleada por 73-24 ante Italia, que incluyó 11 tries, no sólo volvió a ponerse en carrera para pelear el título sino que entró en la discusión como candidato.
Buena parte del título se dirimirá en el duelo que Irlanda y Francia sostendrán en Dublín el sábado 8 de marzo, por la próxima fecha del certamen, la penúltima. La localía y el invicto pone a los irlandeses en la pole position, pero la actuación del seleccionado que conduce Fabien Galthié en Roma disparó el precio de sus acciones. Los franceses llegan con una inyección de nitrógeno en el tanque de nafta.
Al ritmo de un imperial Antoine Dupont, Francia dejó atrás el mal trago que significó la caída sobre el final ante Inglaterra (26-25) en la fecha anterior. Los errores en la definición cuando tuvieron incontables oportunidades de marcar les costó la derrota. Por algunos minutos en el Stadio Olimpico, la historia parecía repetirse. Dos penetraciones profundas que Italia defendió con vehemencia y un try bien anulado por el TMO por un pass-forward en la gestación reavivaron los fantasmas. Para peor, Tomasso Menoncello abrió la cuenta con una gran try en la jugada subsiguiente.
Fue todo lo que necesitó Francia para despertarse. A partir de allí empezó a engranar la máquina Bleu (vestida de blanca en tierra Azzurra). Dupont marcó el camino, penetrando él o buscando siempre el mejor lado para atacar (Italia defendió mal el ciego), los forwards pusieron el equipo adelante, Bielle-Biarrey hizo estragos por las puntas. Cada avance francés se hizo imparable para una defensa que quedó reducida al papel de sparring.
Lejos de conformarse con los cinco puntos, conseguidos en un primer tiempo en el que anotó cinco tries (35-17), Francia siguió acelerando a fondo. A los ocho de la segunda mitad, Galthié sacó a relucir su propia versión del bomb-squad: seis cambios en simultáneo, todos por el lado de los forwards. De hecho, también imitando a los sudafricanos el carismático entrenador dispuso un banco con siete forwards y un solo back. En los segundos 40 minutos llegaron seis conquistas más.
En el Seis Naciones del año pasado, la primera experiencia de Gonzalo Quesada en la escena internacional, Italia sorprendió venciendo a Escocia y Gales, y cerca estuvo de dar el batacazo ante Francia. Pero cuando Paolo Garbisi iba a patear un penal accesible con el tiempo cumplido para ganar, la pelota se cayó y en el apuro, falló el envío. El árbitro omitió el avance de la defensa francesa y el partido terminó en empate. Esta vez no hubo paridad. El partido se asemejó más al 60-7 del Mundial 2023 en Lyon.
Más allá de las buenas intenciones que muestra en ataque y que muchas veces traduce en acciones efectivas, la organización defensiva, el tackle uno contra uno y la disputa de la pelota en los rucks no fueron los suficientemente sólidos como para hacerle frente a un equipo del nivel de Francia, que cuando juega así tiene con qué aspirar al número 1 del ranking.