Julián Álvarez se transformará en el 17° argentino que Diego Simeone dirigirá en sus casi 13 años en el Atlético de Madrid. La influencia y huella del Cholo en el club colchonero, comenzadas en su época de futbolista (doblete Liga y Copa del Rey 2016) y acentuadas en su ciclo de entrenador, son tan profundas que no hay ningún compatriota que le pueda competir en trascendencia deportiva y llegada al afecto del hincha.
Sin dudas, la incorporación de la Araña, que por su valor -75 millones de euros, más 10 en variables- se ubica en el segundo puesto entre las más altas en la historia del Atlético-, está destinada a dar el salto competitivo que al equipo le faltó en los últimos dos años sin títulos. Su edad (24 años), roce en el alto nivel internacional y características ofensivas elevan las expectativas. Con lo que tenía, al Atlético no le alcanzó para romper el duopolio de Real Madrid y Barcelona en La Liga ni para pelear por el título de la Champions League; tampoco encontró consuelo en la Copa del Rey. Los medios españoles reflejan las dos grandes operaciones hasta el momento: Kylian Mbappé a Real Madrid y Julián.
El factor argentino tuvo mucho que ver en la decisión que tomó el cordobés, cortejado por París Saint Germain con cifras superiores. Firmó contrato por seis temporadas, con un salario aproximado de ocho millones de euros por año. Al margen de lo económico, Julián se convenció por el pedido expreso de Simeone y se dejó seducir por los comentarios de sus compañeros en el seleccionado, Rodrigo de Paul y Nahuel Molina. El clima más benigno de Madrid y su cercanía cultural hicieron el resto. Vio el entorno adecuado para el tercer año de su carrera en Europa, aun cuando hay quienes consideran que dejar Manchester City y no ser más dirigido por Pep Guardiola es un retroceso. La Araña apostó por ser primera figura en el Atlético a continuar como una alternativa valiosa en Inglaterra. El tiempo y el fútbol dictarán sentencia.
De cumplir sus objetivos, es posible que Álvarez pase a ser el jugador argentino más destacado y determinante durante el largo mandato de Simeone. Esa consideración le cupo a futbolistas de otras nacionalidades, como Courtois, Godín, Filipe Luis, Koke, Diego Costa, Arda Turan, Oblak, Luis Suárez, Savic, Griezmann.
Antes del repaso de los 16 argentinos que tuvo el Cholo bajo su mando, cabe recordar que hubo uno que lamentó mucho no tenerlo en el plantel: Lautaro Martínez, por cuya contratación desde Racing el Atlético perdió en la disputa con Inter; el bahiense renovó contrato este lunes hasta 2029 con el club italiano.
De los argentinos que dirigió Simeone, Ángel Correa es el de mayor contribución. Aun sin haber sido casi nunca un titular indiscutido, Angelito suma más de 400 partidos, 80 goles, 60 asistencias y tres títulos en casi una década en el club. Siempre funcionó como un revulsivo, un complemento para destrabar desarrollos con su gambeta e intuición para encontrar espacios. Posee un don especial. Supo ganarse el afecto y reconocimiento de los hinchas. También del Cholo en alguna ocasión: “Ángel tiene algo diferente, siempre está, siempre participa. Es uno de los mejores que tenemos para jugar entrelíneas”. Habitualmente a la sombra de otros delanteros, al ex-San Lorenzo le espera dura competencia con las llegadas de Julián y del noruego Alexander Sorloth. Hace un tiempo estuvo cerca de pasar a Milan y desde Arabia Saudita también recibió ofertas. No habría que descartar novedades sobre su futuro en este mercado de pases.
De Paul es una pieza afianzada, necesaria para la mudanza de un estilo directo y de contraataque a uno de más posesión que hizo el Cholo. En algún momento fue discutido, pero recuperó lugar cuando su conducción de la pelota y despliegue mejoraron al equipo. El lugarteniente de Messi jugó 134 cotejos, con poco gol (11) para un volante de características ofensivas y 16 asistencias. Julián tirará desmarques en busca de los pases de De Paul.
Más allá de deficiencias defensivas en algunos partidos, Nahuel Molina también forma parte de la estructura titular, ya sea en línea de cuatro o como carrilero cuando hay tres zagueros. En 89 encuentros, el lateral va mejor al ataque (seis goles y nueve asistencias) de lo que vuelve a posiciones retrasadas. Un desafío para Simeone, a quien no le gusta sacrificar seguridad defensiva a costa de aventuras ofensivas.
Esta temporada habrá un quinto argentino en el plantel: Giuliano Simeone, de reciente participación en los Juegos Olímpicos. El hijo del Cholo pasó por las inferiores de River y después estuvo en los juveniles y el Atlético B. Su padre lo hizo debutar en primera división en los últimos minutos de un partido ante Granada en 2022. Luego estuvo en préstamo en Zaragoza y Alavés, donde sufrió una grave lesión, de la que se recuperó para ser un delantero profundo y con mucha aceleración.
¿Y del resto de los argentinos que dirigió el Cholo? No hay recuerdos trascendentes ni se constituyeron en jugadores que apuntalaran al equipo. Simeone asumió cinco meses después de que Sergio Agüero fuera vendido a Manchester City. Cuando llegó estaba el Cata Daniel Díaz, relegado por la dupla central que formaron Godín y Miranda. Tuvo poca participación con el Cholo. El volante Augusto Fernández disputó 34 cotejos entre 2016y 2018. Nicolás Gaitán demostró algo del extremo rápido e incisivo que fue en 49 partidos, con cuatro tantos y cinco pases gol.
De Luciano Vietto, el Cholo valoraba sus muy buenos recursos técnicos, pero no le consentía sus lagunas y escaso despliegue. Tuvo dos etapas, con magros números para un delantero: tres goles y cinco asistencias en 38 encuentros. Lo de Matías Kranevitter fue fugaz (11 presencias), al igual que lo de José Sosa (24, seis asistencias), Emiliano Insúa (17), Cristian Ansaldi (11), el arquero suplente Axel Werner (tres). El zaguero Nehuén Pérez nunca debutó y el delantero Nicolás Ibañez, contratado en 2019, fue cedido al filial Atlético San Luis, de México, y transferido a Pachuca hace tres años.
Un caso singular fue el de Martín Demichelis. Se incorporó con el pase en su poder a mediados de 2013, hizo la pretemporada, pero pidió salir a Manchester City cuando llegó Manuel Pellegrini, que lo había dirigido en Málaga. No llegó a debutar. Ahora es el momento de Julián Álvarez, de quien se espera mucho por largo tiempo.