Uno de los jugadores más talentosos de la Premier League, por el que Manchester City pagó una montaña de euros para adquirirlo, no terminó de cumplir con todas las expectativas del club inglés. Lejos de buscar excusas, el propio protagonista, Jack Grealish, reconoció que sus decisiones extradeportivas repercutieron negativamente durante su paso por el City.
En 2021, su transferencia significó un gran impacto, ya que Manchester City le pagó 100 millones de libras esterlinas a Aston Villa para quedarse con el delantero, Sin embargo, sus excesos lo empujaron a estar muy lejos de su mejor versión y ahora intenta relanzar su carrera desde Everton, también de la primera división inglesa.
A pesar de haber integrado el plantel que logró el histórico “triplete” con Pep Guardiola como conductor, Grealish describió su paso por el City como insatisfactorio: “En el City, a veces no me ayudé a mí mismo, lo digo abiertamente, pero no creo que todo se debiera a eso”, dijo en una charla con Sky Sports.
El inglés se mostró en más de una oportunidad en fiestas nocturnas, lo que despertó una infinidad de críticas en los medios locales que cuestionaron su profesionalismo. En ese contexto es que Grealish hizo una profunda autocrítica: “La gente dice: ‘Le gusta salir, le gusta la fiesta’, y a mí me gusta. Quiero poder vivir mi vida y disfrutarla, pero obviamente hay un momento y un lugar para hacerlo”. Y agregó: “Probablemente no he elegido el momento adecuado”.
Durante la conquista de la Champions en 2023, el medio inglés The Sun publicó imágenes y videos de los festejos de Manchester City y se vio al delantero inglés bebiendo alcohol y liderando una celebración que continuó en un club nocturno. Kevin Grealish, padre del jugador, aseguró a The Mirror que la cuenta de las bebidas superó las 47.000 libras esterlinas.
La intención del jugador inglés es recuperar su nivel y dejar atrás esa etapa gris de su carrera y su desembarco en Everton parece ofrecerle un guiño en esa búsqueda. Su en el arranque de su nueva experiencia incluyó cuatro asistencias en sus primeros siete partidos, lo que le permitió recuperar la confianza y el reconocimiento de los aficionados: “Estoy en mi mejor momento cuando me siento querido. Soy bastante vulnerable afuera de la cancha y quería ir a algún lugar para volver a sentir el amor y despertarme con una sonrisa en la cara y querer volver a jugar”.
Y agregó: “La gente me decía: ‘¿Qué haces yendo al Everton?’, y yo les preguntaba: ‘¿A qué te refieres?’. Es un club enorme. Doy lo mejor de mí cuando me siento querido”.
Incluso, tuvo palabras de agradecimiento para el entrenador David Moyes: “Preferiría que alguien simplemente me dijera: ‘Cuando tengas el balón, Jack, ve a jugar’. Eso es lo que me dice. Obviamente, tienes roles que cumplir sin el balón y jugadas a balón parado, pero él me dice: ‘Cuando tengas la pelota simplemente ve y haz lo que quieras hacer’”.