Fue una carrera entre el reloj y la pelota. Uno, avanzando a su ritmo, pero con la certeza de que el segundero apenas daría 22 vueltas hasta llegar el momento en que que el árbitro decretase el final. La otra, tratada a una velocidad desmedida, sin que le fuera concedido un instante de pausa. Banfield e Independiente completaron el partido que la lluvia ahogó el domingo, marcados por esa circunstancia, y como era previsible, pasaron muy pocas cosas y no consiguieron romper el 0 a 0.
Incluso lo más llamativo fue una dura falta de Diego Tarzia contra Gerónimio Rivera en la segunda mitad, que Jorge Baliño sancionó con tarjeta amarilla y que obligó a la sustitución del jugador local. Más tarde, en cuanto acabó el encuentro, el juvenil del Rojo fue al banco de suplentes local para pedirle disculpas al delantero zurdo de Banfield, y ambos quedaron abrazados durante unos segundos.
La patada de Diego Tarzia y Gerónimo Rivera

El resultado le permite al Rojo subirse a la punta de la zona B, pero para compartirla con Rosario Central y San Lorenzo en lugar en disfrutarla con la soledad que le habría dado una victoria, y por el otro lado estira a cuatro la serie de partidos del Taladro sin gritar un gol.
Un encuentro de tamaño mini tiene peculiaridades de las que carece un duelo “normal”. Quienes no hayan visto el ratito de fútbol que se desarrolló en el Florencio Sola pueden imaginar uno de esos compactos de highlights, pero en el que en lugar de las jugadas más interesantes irán encapsulados el comienzo y el cierre de lo ocurrido en 90 minutos.
Son esos lapsos en los que no existe el cansancio, lo que deja abierta la puerta a exprimir la intensidad si es posible hasta más allá del 100% en cada acción. Tampoco alcanzan para ir tomando ritmo de juego ni para adaptarse al estado del campo -sin dudas, mejor que la laguna en la que quedó convertido tras el diluvio del domingo-. Y mucho menos para reaccionar si se comete cualquier tipo de equivocación. Semejante nivel de limitaciones provoca, además, una aceleración exagerada en la toma de decisiones, y en consecuencia, una multiplicación exponencial de errores.
Los directores técnicos, quizás por deformación profesional, habían movido piezas, creyendo que sus futbolistas podrían escapar de la urgencia y respetar fórmulas y estilos trabajados con anterioridad. Julio Vaccari incorporó a Luciano Cabral; Ariel Broggi colocó a Marcos Arturia por Juan Bizans y cambió la posición de sus extremos, con Gonzalo Ríos a la derecha y Rivera a la izquierda. Ambos coincidieron en la intención de mejorar la ofensiva; ninguno de los dos logró alterar de manera sustancial la paridad que gobernó el choque en los 68 minutos anteriores.
Además de la infracción de Tarzia y la lesión de Rivera, la libreta de apuntes registró una llegada profunda de Federico Vera y un centro pasado sin remate a los 3 minutos, y un disparo desde fuera del área de Mathias De Ritis, que la cabeza de Kevin Lomónaco desvió al córner a los 5. Y la esperable amonestación a Iván Marcone que le permitirá llegar limpio al clásico contra Racing. Eso fue todo.
Compacto de Banfield 0 vs. Independiente 0
Independiente sumó un puntito para subirse a la cima de su grupo, pero volvió a dejar dudas sobre su efectividad como visitante. Banfield sigue sin sumar de a tres desde la segunda fecha. En 22 minutos y migajas de tiempo agregado no hubo tiempo para más. En realidad, no hubo tiempo para nada más que el patadón.