En Maturín no se habla de otra cosa. No es Maduro, ni la crisis política, ni la economía, ni los problemas sociales que sacuden a diario a Venezuela. El país entero late con un mismo objetivo: ver a su selección en un Mundial de fútbol por primera vez en la historia. Y este martes, cuando la Vinotinto enfrente a Colombia en la última fecha de las Eliminatorias, la ilusión puede dar un paso decisivo.
Pasaron 95 años y 22 Copas del Mundo desde la primera edición en Uruguay. Ocho países diferentes levantaron el trofeo más codiciado del fútbol y 80 se dieron el lujo de, al menos, participar. Incluso selecciones que ya no existen, como la Unión Soviética o Yugoslavia, dijeron presente y hasta tuvieron actuaciones destacadas. Pero hay un lugar en el mapa sudamericano que aún no pudo darse el gusto de sentirse parte: Venezuela. El único de Conmebol que aun no sabe lo que es jugar un Mundial.
Bajo la conducción de Fernando “Bocha” Batista todo cambió. Con una identidad clara, competitiva y moderna, la Vinotinto llega a esta fecha en zona de repechaje, con un punto de ventaja sobre Bolivia (18 a 17) y una clara ventaja en la diferencia de gol (-7 a -19).
Es la primera vez en mucho tiempo que depende de sí misma. Si gana, se habrá asegurado, como mínimo, jugar en marzo próximo una repesca que podría transformarse en la puerta de entrada al sueño mundialista.
La ilusión tiene sustento. Venezuela está invicta de local en estas Eliminatorias: cuatro triunfos, cuatro empates y apenas dos goles recibidos en Maturín (Argentina y Brasil en parejos 1-1). La fortaleza de local se convirtió en un pilar de esta expectativa gigantesca.
El liderazgo ofensivo tiene nombre y apellido: Salomón Rondón. Con cinco goles en estas Eliminatorias, el delantero del Real Oviedo volvió a ser el faro de siempre. Su potencia, su inteligencia para moverse en el área y su peso en el vestuario lo convirtieron en símbolo de esta campaña. “Estoy convencido de que vamos a dejar huella”, dijo días atrás, consciente de que a los 35 años puede ser su última Eliminatoria con la Vinotinto.
Pero no está solo. Yeferson Soteldo, con cuatro asistencias, se consolidó como el socio ideal. En cada desborde, en cada pausa, el volante de Fluminense le da a Venezuela algo que siempre le faltó: desequilibrio en ataque y claridad en los metros finales. A su lado, la juventud de jugadores como Cristian Cásseres Jr. y Yangel Herrera alimenta la esperanza de un futuro todavía más prometedor.
El contexto también ayuda. La ampliación de la Copa del Mundo a 48 selecciones abrió puertas que antes parecían imposibles. Para Venezuela, que está ubicada en el puesto 46° en el ranking FIFA, el repechaje intercontinental sería, en caso de clasificar, un escenario favorable: podría incluso evitar la semifinal y avanzar directo a la final de esa repesca.
Claro que para llegar allí primero hay que dar este paso. El rival, Colombia, ya está clasificado y llega sin presiones. La oportunidad, entonces, está servida.
Para un pueblo acostumbrado a sufrir, soñar con un Mundial es algo más que fútbol. Es la posibilidad de sentir orgullo, de mostrarse al mundo desde otro lugar. En cada rincón del país, las calles se preparan para la cita. No habrá otro tema este martes: la Vinotinto puede escribir la página más importante de su historia.
Si Venezuela gana, el sueño quedará a un paso. Y si empata o pierde, deberá prestar atención a lo que sucede en El Alto entre Bolivia y Brasil, y todavía podría tener una bala más gracias a la diferencia de gol. Pase lo que pase, lo cierto es que esta selección ya se ganó el derecho a soñar.
Pero claro, este martes tiene a Colombia enfrente. La selección liderada por el veterano capitán James Rodríguez llamó a “regular el exitismo” y ser prudentes ante este clásico de alta intensidad, sin quitarle méritos a Venezuela. Con el cupo mundialista ya asegurado, el seleccionador Néstor Lorenzo pidió a sus jugadores mantener la cabeza fría y “pensar en la pelota”.
“El que dice que a Venezuela se le gana fácil está equivocado, es un equipo muy competitivo y siempre nos ha costado”, adelantó el argentino Lorenzo en una rueda de prensa este lunes. La última vez que Venezuela derrotó a Colombia en casa fue hace 12 años con gol de Salomón Rondón.
En la misma búsqueda de la Vinotinto está Bolivia, a tan solo un punto de la séptima posición que ocupa hoy la Vinotinto de Salomón Rondón. La Verde enfrenta a Brasil con su jugador más eficiente: los 4.150 metros sobre el nivel del mar de El Alto.
Ambos equipos vienen de perder por el mismo marcador de 3-0. Venezuela en la despedida de Leo Messi de las canchas de su país y Bolivia frente a una Colombia en Barranquilla que selló su regreso al Mundial tras ausentarse de Qatar 2022.
Venezuela: Rafael Romo – Jon Aramburu, Nahuel Ferraresi, Wilker Ángel, Miguel Navarro – Jefferson Savarino, José Martínez, Telasco Segovia, Yeferson Soteldo – Salomón Rondón, Josef Martínez. DT: Fernando Batista.
Colombia: Camilo Vargas – Santiago Arias, Davinson Sánchez, Jhon Lucumí, Johan Mojica – Jefferson Lerma, Richard Ríos, Jhon Arias – James Rodríguez – Luis Díaz y Jhon Córdoba. DT: Néstor Lorenzo.
A diferencia de otros años, esta vez el repechaje se disputará de otra forma. En total serán seis equipos que conformarán un único repechaje intercontinental, de donde saldrán dos clasificados.
Además del séptimo de la Conmebol irán los dos mejores segundos de la tercera ronda clasificatoria de la Concacaf, el ganador de la serie de la quinta ronda de Asia, el vencedor de la final de la segunda ronda de África y Nueva Caledonia, ya está clasificada tras perder ante Nueva Zelanda, en representación de Oceanía. No habrá selecciones de la UEFA.
En las ciudades mexicanas de Monterrey y Guadalajara, se disputarán dos llaves de tres equipos a partido único, con una semifinal y una final por cuadro, y dos selecciones que avanzarán directamente al partido definitorio, elegidas por su posición en el ranking FIFA.