El fútbol no deja de regalar historias fantásticas que parecen extraídas de los mejores cuentos. Pero que son completamente reales. Uno de esos protagonistas emerge desde el corazón de Bruselas, en donde late con pasión el Royale Union Saint-Gilloise, un club que alguna vez fue potencia, que después se hundió durante casi medio siglo en el ascenso, y que hoy sorprende a propios y extraños: como campeón vigente de la Liga de Bélgica debutará este martes en la Champions League.
Fundado en 1897, la Unión escribió páginas doradas en el primer tercio del siglo XX. Once ligas, once subcampeonatos y un récord que aún figura en los libros: 60 partidos sin perder entre 1933 y 1935, hito que le dio uno de sus apodos, “Union 60”.
Pero la Segunda Guerra Mundial quebró su destino. Mientras otros clubes se profesionalizaban, la Unión quedó en pausa. O, mejor dicho, en retroceso. El Anderlecht tomó la posta de Bruselas y el club amarillo y azul empezó a desdibujarse.
El golpe más duro llegó en 1973, cuando descendió y jamás volvió durante 48 años. Llegó a tocar la Cuarta División y parecía condenado a ser apenas un recuerdo de tiempos mejores. Hasta que en 2018 apareció Tony Bloom, jugador de póker profesional, millonario, y presidente del Brighton & Hove Albion de la Premier League.
Bloom apostó por un modelo de gestión que priorizó el análisis de datos sobre el gasto desmedido. No hizo locuras en el mercado, sino que armó un equipo con jugadores infravalorados y con hambre de gloria. Delegó la conducción a Alex Muzio, inversor que luego se convirtió en accionista mayoritario, acompañado por Philippe Bormans como CEO y Chris O’Loughlin como director deportivo. La fórmula funcionó: ascenso a segunda división, regreso a la élite en 2021 y, tres años después, protagonista absoluto de la liga belga, en donde en la temporada 24/25 se coronó campeón después de… ¡90 años! Un hito que se celebró con ganas en el histórico Stade Joseph Marien, un estadio inaugurado en 1926 con bancos de madera y la arboleda del parque Duden como telón de fondo.
Todo con esfuerzo y números bien administrados. Su presupuesto anual (87 millones de euros) está muy por debajo de gigantes como, por ejemplo, el Brujas (155 millones). Pero la Unión se las ingenió para armar un plantel equilibrado, con la experiencia del arquero Anthony Moris (35), la jerarquía de Christian Burgess (33) y -¿cuándo no?- un argentino: Kevin Mac Allister (27), hermano de Alexis y pieza clave en la zaga, además de ser el capitán.
Para su renovación, en las redes del equipo armaron un divertido video donde mezclan la historia que se cuenta en la película “Mi pobre angelito” con la suya, jugando con el hecho de que tanto el protagonista del famoso film como el defensor se llaman igual.
Hace unas semanas, tras la consagración, Kevin declaró: “Me genera mucho orgullo todo el aliento que recibo, tanto yo como mis compañeros. Lo más importante es cómo luchamos por dar lo mejor para este club en cada partido. Estoy muy feliz con este plantel y para mi ser el capitán es un reconocimiento que me emociona”.
Los números hablan solos: pasaron de 43 goles recibidos a solo 27, mientras que en ataque elevaron su promedio a 1,74 por encuentro, con aportes del belga Charles Vanhoutte, el marroquí Sofiane Boufal y delanteros jóvenes como el croata Franjo Ivanovic o el canadiense Promise David.
Si algo distingue a la Unión, además de su presente deportivo, es su identidad cultural. Sus hinchas son herederos de la inmigración española que llegó a Bélgica en los años 50 y 60, mezclados hoy con hípsters, burócratas y jóvenes que encontraron en el club una forma diferente de vivir el fútbol.
En un contexto donde habitualmente el fútbol expone agresividad, en las tribunas del Joseph Marien rige una regla no escrita, pero respetada: no se silba ni se insulta al rival. Se lo considera un invitado de la casa. En enero de este año, incluso, lanzaron su propia cerveza: “1897”, un guiño a sus raíces y a la pasión compartida en las tribunas de madera.
“Europa está llamando”, escribió en redes sociales Anthony Moris, arquero y referente, en alusión al sueño cumplido de disputar la Champions League. El sorteo determinó que el gran debut sea a lo grande.
El debut será este martes a las 13.45 (hora argentina) ante PSV. Y luego vendrán Newcastle, el Inter de Lautaro, el Atlético de Madrid del Cholo Simeone y Julián Álvarez, Galatasaray, Olympique Marsella, Bayern Munich y Atalanta.
Suena complicadísimo, pero para este club que renació de sus cenizas nada es imposible. Ahora el gran objetivo es seguir construyendo historia grande sobre cimientos firmes.