El Mundial de Atletismo que se está disputando en Tokio fue testigo de una hazaña atlética que quedará grabada a fuego en la historia: la maratón masculino se definió este lunes en un dramático “foto finish” que mantuvo a todos en vilo, con el tanzano Alphonce Simbu superando por apenas tres centésimas de segundo a Amanal Petros, el eritreo que representa a Alemania.
La escena fue tan infrecuente que los propios protagonistas la compararon con una carrera de velocidad, y es que, después de correr durante más de dos horas y trazar un recorrido de 42,1 kilómetros (26,2 millas) por las calles de la capital japonesa, la diferencia entre el oro y la plata fue la más estrecha jamás registrada en la historia de los campeonatos mundiales.

La jornada comenzó con un presagio de lo que sería una carrera inolvidable. Una salida en falso del keniano Vincent Ngetich obligó a los oficiales a llamar a los corredores de regreso después de unos 100 metros, aunque en carreras de larga distancia nadie es eliminado por este tipo de incidente.
Las condiciones climáticas, con temperaturas que alcanzaron los 27 grados y una humedad del 90%, convirtieron la prueba en un auténtico desafío de resistencia desde el inicio. El grupo de cabeza, que hasta el kilómetro 30 incluía a una docena de corredores de élite como el ugandés Abel Chelangat, el estadounidense Clayton Young y el británico Emile Cairess, se fue reduciendo a medida que avanzaba la carrera y las exigentes condiciones físicas comenzaban a hacer estragos en la resistencia de los atletas.
El drama se intensificó en los últimos kilómetros, culminando en ese sprint final electrizante en la recta de la pista del Estadio Nacional. Simbu, sin embargo, estuvo a punto de perderlo todo en el último giro hacia el estadio. “Vi a algunas personas señalando en una dirección, y las motocicletas yendo en la otra”, comentó, admitiendo su confusión. Fue gracias a sus rivales, Petros y el italiano Iliass Aouani, medallista de bronce, quienes se encargaron de señalarle la dirección correcta, que Simbu pudo retomar el camino, aunque este desliz le costó momentáneamente el liderazgo.
Una vez de vuelta en la trayectoria correcta, Simbu recordó su determinación: “mi mente decía, tienes que hacer lo que sea necesario para entrar al estadio y terminar esto”. Y así fue. La resolución de la prueba mantuvo en vilo a los espectadores hasta el último instante en el Estadio Nacional de Japón.
Simbu y Petros protagonizaron un sprint final memorable. Ambos ingresaron a la pista junto al italiano Iliass Aouani, quien pronto quedó rezagado. Petros, quien nació en Eritrea pero compite con la bandera de Alemania, había lanzado un ataque en la curva inicial y logró abrir una ventaja de casi 10 metros a falta de 30 para la meta. Pero la fatiga hizo lo suyo; en la recta final, el alemán perdió fuerza y Simbu, con un último impulso, lo superó justo sobre la línea de llegada.
El desenlace fue tan ajustado que requirió una revisión del “foto finish” para determinar al campeón. El cronómetro marcó 2h09m48s para ambos atletas, un tiempo idéntico, pero la tecnología fue implacable al dictaminar una diferencia de apenas 0,03 segundos.
Para ponerlo en perspectiva, las diferencias en las carreras de 100 metros masculinas y femeninas del domingo anterior fueron de 0,15 y 0,05 segundos respectivamente, lo que subraya la increíble cercanía de este maratón. De hecho, fue el segundo día consecutivo en que un maratón se decidía con un sprint hacia la meta, ya que el día anterior, la keniana Peres Jepchirchir ganó la carrera femenina por 0,2 segundos, pero la victoria de Simbu superó esa marca de cierre ajustado.
“Nunca vi algo así en un maratón”, afirmó Petros tras ser superado, a pesar de haberse lanzado y caído sobre la línea de meta. “Fue algo parecido a los 100 metros”, añadió. Simbu, con la emoción a flor de piel, resumió el momento: “Fue solo intentar, intentar, intentar, y terminé apenas por delante”.
La victoria de Alphonce Simbu no es solo un triunfo personal; es un hito histórico para su nación. Simbu le dio a Tanzania su primera medalla olímpica de oro o de campeonato mundial en cualquier evento. “Hoy hice historia. Conseguí la primera medalla de oro de Tanzania en un Mundial”, declaró con orgullo. El propio corredor había subido al podio en el Mundial de Londres 2017, donde obtuvo el bronce, y este mismo año fue subcampeón en el Maratón de Boston, solo superado por el keniano John Korir.
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El atleta tanzano Alphonce Felix Simbu y el atleta alemán Amanal Petros cruzan la meta en la final de maratón masculina durante el Campeonato Mundial de Atletismo en Tokio el 15 de septiembre de 2025. (Foto de Jewel SAMAD / AFP)JEWEL SAMAD – AFP
El campeón mundial también relató la determinación que tuvo durante la prueba: “Al llegar, me dije a mí mismo que no me rendiría. Me quedé con el grupo, que me ayudó a terminar muy bien. Sólo hay que ver la meta y el tranco. Al entrar al estadio, no estaba seguro de si ganaría, pero al llegar a meta, cuando vi las pantallas de vídeo y me vi en los resultados me sentí aliviado”.
Por su parte, Petros, que rozó el oro, compartió su decepción y su espíritu deportivo: “Llegando a la meta pensaba en la victoria, así que me siento muy triste, pero tengo que aceptarlo. Como atleta, tenés que aprender para el mañana, seguir entrenando duro, seguir intentándolo, y sentirte agradecido por esa medalla de plata”.
El podio lo completó el italiano Iliass Aouani, quien cruzó la meta en 2:09:53. El israelí Haimro Alame finalizó cuarto (2:10:03). Entre los locales, Ryota Kondo fue el mejor japonés, ocupando la undécima posición con un tiempo de 2:10:53. La participación latinoamericana también tuvo su lugar, con el uruguayo Christian Zamora como el mejor clasificado de la región, finalizando en el puesto 32 con un tiempo de 2:16:09. El mexicano Marcelo Laguera ocupó la posición 48 con 2:20:56, mientras que el chileno Hugo Catrileo terminó 54º con 2:23:29.
Originario de Arusha y habituado a entrenar a 2.400 metros de altitud cerca del Kilimanjaro, Simbu atribuyó parte de su éxito a la preparación específica para las condiciones de Tokio. “Antes de este evento, me entrenaba en Tanzania y las condiciones allí me ayudaron a ganar esta carrera. Recuerdo que, cuando estuve en París el año pasado, en los Juegos Olímpicos, fue muy difícil por las cuestas y todo tipo de subidas y bajadas. Así que, antes de Tokio, decidí entrenar en diferentes superficies. A veces iba a cuestas y eso fue lo que marcó la diferencia aquí”, explicó, demostrando una planificación meticulosa.
Tras su histórica victoria, Simbu recibió una invitación para competir en el maratón de Nueva York en noviembre. El atleta tanzano dejó claro que analizará junto a su equipo la posibilidad de asumir ese nuevo desafío, consciente de la exigencia que representa una prueba de tal magnitud.