“Peor momento histórico” y “dificultades para hacer lo básico”, son las dos frases más contundentes de la prensa brasileña para graficar un contexto complicado del pentacampeón mundial, que por primera vez perdió cuatro de los ocho primeros partidos de una Eliminatoria. El 1 a 0 sufrido anoche en el Defensores del Chaco profundiza la crisis futbolística del Scratch, que quedó en una zona peligrosa de la tabla, con poquísimo margen de error en las próximas jornadas. El equipo está en la quinta posición con 10 puntos (tres victorias y un empate), apenas uno más que Paraguay, su vencedor, que está en zona de repechaje, y de Bolivia.
En medio de este contexto, sorprendió la afirmación del DT Dorival Jr., que ante la consulta de por qué con el plantel que tiene Brasil no estaba mejor posicionado en la tabla de las Eliminatorias, sentenció: “Vamos a estar en la final de la Copa del Mundo. No tengo dudas sobre eso”.
El conjunto verdeamarelho no caía en suelo paraguayo desde 2008. Según destaca el diario deportivo Lance, “…luego de los cuestionamientos sobre el desempeño en la Copa América, la expectativa era ver un equipo más equilibrado e integrado, pero la realidad fue muy diferente”. Tal vez sea solo una mala racha de resultados, porque la realidad indica que Brasil dominó la posesión del balón, pero chocó contra una defensa local muy sólida y allí quizás esté la mayor crítica: no tener la capacidad de generar jugadas que permitan romper ese cerrojo y llegar con riesgo al arco rival.
Sobre el juego que propone Brasil, Lance lo resumen con una sola palabra: “Débil”. Y amplía: “Sin inspiración y creatividad, las principales dificultades del equipo quedaron claras. Los brasileños no pueden hacer lo básico. Cuando el rival avanza en su marcación, no logra encontrar espacios e intercambiar pases hacia adelante”.
O’Globo es lapidario en el comienzo del análisis de la derrota: “La selección atraviesa tal crisis técnica que parece mentira que Dorival prometiera, en la víspera de la derrota ante los paraguayos, que Brasil estaría en la final del próximo Mundial. Da la impresión de que no es plenamente consciente de las responsabilidades que se le han encomendado y de la dificultad que está teniendo para sacar adelante el trabajo. Después de diez partidos bajo su mando, el progreso ha sido demasiado pequeño para un equipo que necesita dar un gran salto en dos años”.
Marquinhos intentó poner paños fríos y explicar este momento de la selección: ”Estamos en un momento de intentar encajar. Se están cambiando muchas piezas, el entrenador sigue tratando de encontrar la mejor manera de que juguemos. Así que eso también se refleja en el resultado. También hay muchos jugadores nuevos. Creo que es un momento en el que no nos sentimos seguros”, afirmó el defensor del PSG.
La realidad expone este flojísimo presente y le dar argumentos a los que lo catalogan como “el peor momento de la historia”. Por un lado, están las estadísticas: en los 10 partidos que llega dirigidos Dorival Jr, el equipo cosechó cuatro victorias, cinco empates y una derrota. Esto deja un porcentaje del 56,67% de puntos logrados. Al mismo tiempo, anotó apenas 14 goles (1,4 por partido de coeficiente) y casi uno recibido por partido (9 en 10 encuentros). De todas maneras, todo era peor con su antecesor, Fernando Diniz: con él fueron 6 partidos, 2 victorias, 1 empate, 3 derrotas, 8 goles marcados y 7 recibidos (bajísimo 38,8% de puntos cosechados).
En estos ocho primeros partidos de las eliminatorias mundialistas, la selección brasileña acumula cuatro derrotas y apenas 10 unidades en su peor campaña en la era de los puntos. Por primera vez en la historia, Brasil perdió cuatro de sus primeros ocho partidos, y ya duplicó la campaña con más derrotas (el camino a 2002, con dos). Curiosamente, en el torneo realizado en Japón y Corea del Sur el Scratch se consagró pentacampeón. Fue, hasta aquí, la última estrella que sumó a su escudo.
Hay una realidad que los medios y los hinchas brasileños entienden: este es un momento de transición, con muchos jóvenes insertándose y consolidándose en el seleccionado y al mismo tiempo en sus respectivos equipos. Y puede comprenderse que el reciente comienzo del agitado ritmo de la competencia europea (8 de los 11 titulares de anoche juegan en el Viejo Continente) los haga llegar faltos de ritmo a jugar para su conjunto nacional.
Quizás el foco de mayor atención es que el equipo no tiene variante cuando Bruno Guimarães no está disponible, y eso queda expuesto sobre el campo. Y todo el país extraña a Neymar, cuyo futuro y su recuperación física total y definitiva son una gran incógnita.
Los próximos desafíos para intentar dar vuelta la página y volver a sumar de a tres será en octubre, cuando en la próxima doble fecha de Eliminatorias visite a Chile y reciba a Perú, dos equipos con un presente peor que el de la Seleção, ambos por debajo suyo en la tabla (los trasandinos tienen 5 puntos y el conjunto incaico, 3). Porque si algo ha demostrado la historia es que cuando se despierta el gigante, se hace indestructible.
Las posiciones
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