Una noticia vinculada al futuro de Lionel Messi revolucionó los medios y las redes sociales en las primeras horas de este lunes, ya que la información apunta a que el crack argentino podría dejar Inter Miami y emigrar a Arabia Saudita.
Según reveló L’Équipe, uno de los medios deportivos más prestigiosos de Europa, el club Al-Ahli ya inició contactos con el astro rosarino para ficharlo una vez que venza su contrato con Inter Miami, el próximo 31 de diciembre.
“Al-Ahli ha iniciado conversaciones con Lionel Messi”, tituló el medio francés, antes de detallar que el equipo saudí buscaría seducir al argentino con un proyecto deportivo ambicioso y donde lo económico sería con cifras estratosféricas.
El escenario no es nuevo. En 2023, cuando Messi quedó libre tras su paso por el PSG, Al-Hilal le ofreció un contrato casi imposible de rechazar. “Nos pusimos en contacto con Messi al final de su contrato en París. Le presentamos una oferta de 1.400 millones de euros, pero el jugador se negó porque su familia quería ir a Estados Unidos”, explicó entonces Anmar Al Haili, presidente del club saudí. “No dudó en rechazarla. Para él, la familia es más importante que el dinero”.
Esa elección fue la que entonces lo llevó a Miami y a la MLS. A un fútbol con menor exigencia, pero ideal para un Messi que ya no necesita demostrar nada y sí disfrutar mucho. Sin embargo, la cercanía del Mundial de 2026 —su último gran objetivo— vuelve a poner sobre la mesa cuestiones que van más allá de lo afectivo.
La Major League Soccer tiene un calendario particular: la temporada termina en octubre y no vuelve a iniciarse hasta febrero. Es decir, cuatro meses de inactividad en la antesala de una Copa del Mundo que podría marcar el adiós definitivo del capitán argentino con la celeste y blanca. En ese contexto, jugar en Arabia Saudita suena menos descabellado de lo que parece. La Saudi Pro League arranca en agosto y culmina en mayo, un calendario más alineado al europeo y, por ende, más funcional al ritmo competitivo que Messi necesitaría para llegar en forma y en ritmo de competencia al torneo que el año próximo organizarán de manera conjunta Estados Unidos, México y Canadá.
L’Équipe lo deja claro: “El club saudí está buscando fichar a Lionel Messi a partir de diciembre, una vez que expire su contrato con el Inter Miami. No se revelaron los detalles financieros, pero el país que albergará el Mundial de 2034 pretende hacer todo lo posible para inclinar la balanza”. En otras palabras, Arabia vuelve a la carga, y esta vez no solo con cheques: también con argumentos deportivos y con el deseo de reactivar, en su propio campeonato, la rivalidad con Cristiano Ronaldo, quien milita en Al-Nassr desde 2023.
Messi, mientras tanto, sigue ofreciendo su magia en Miami. A sus 38 años, no solo es el eje futbolístico de su equipo, sino también la gran atracción de la liga. Hace apenas unos días, en el regreso del Inter tras la eliminación en el Mundial de Clubes —un 0-4 ante el PSG de Luis Enrique que dolió más por el trámite que por el resultado—, el rosarino brilló en la goleada ante Montreal con dos goles y una asistencia. Una manera contundente de responder en la cancha mientras afuera se multiplican las versiones sobre su futuro.
Mientras tanto, los directivos del Inter Miami, encabezados por David Beckham, quieren retenerlo. De hecho, en las últimas semanas hubo avances para extender su contrato más allá de 2025. Mundo Deportivo, el diario catalán que sigue de cerca el día a día de los exjugadores del Barça, publicó que Messi está más inclinado a quedarse en Estados Unidos. La presencia de amigos como Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets es un factor clave. También lo es el entorno familiar, que se siente cómodo en una ciudad como Miami, con idioma familiar y buen clima.
Pero la disyuntiva es real. Como en 2023, el rosarino se enfrenta a una decisión compleja, que mezcla afectos, ambiciones deportivas y cifras que marean a cualquiera. Esta vez, con la particularidad de que no hay margen de error: si quiere llegar en ritmo al Mundial, no puede permitirse meses sin competencia. Por eso, se habla de un posible préstamo por seis meses a algún club que compita entre noviembre y mayo. Arabia aparece como opción lógica. Y Al-Ahli, como el nuevo pretendiente de una figura que sigue atrayendo a todos.
“El argentino se enfrenta de nuevo a la misma difícil decisión”, sentenció L’Équipe. Y no es una frase menor. A sus 38, ya no juega por dinero ni por récords, sino en busca de seguir escribiendo su propia historia.