Ya habían quedado claras las respectivas sensaciones en el campo de juego no bien finalizó la igualdad entre Boca y Racing (1-1) en la Bombonera. Del lado xeneize quedó un evidente alivio por reaccionar y conseguir la igualdad sobre la hora, pese a haber jugado mejor pero aun así no evitar primero el gol rival; en la Academia quedó la sangre hirviendo por el triunfo que se escapó, apuntando fuertemente a un único hombre: el árbitro Nicolás Ramírez y el cobro de la infracción que derivó en el resultado final. Por lo tanto, quedaba escuchar a los protagonistas para que convirtieran en palabras los semblantes del final.
Resultaba interesante escuchar a Miguel Ángel Russo luego de varias jornadas en las que tomó decisiones fuertes y tras un partido que algunos se animaron a señalar como trascendental para su futuro. Por su salud, pero también porque su equipo, al que se lo vio mejorado, no termina de arrancar: es el peor comienzo de ciclo de un técnico de Boca en la historia con ocho encuentros sin triunfos, una cifra que se “agrava” si se la unifica con el final de su segundo período en el club, allá por 2021, con otros ocho partidos más sin obtener tres puntos.
Sin embargo, cuando la sala de prensa se disponía a acumular muchos periodistas para escuchar primero a Gustavo Costas, entrenador de los de Avellaneda, y luego a Russo, quienes forman parte del departamento de prensa de la institución de la Ribera aparecieron para informar que el DT boquense no se sentaría para responder las preguntas.
¿El motivo? El hombre, de 69 años, se quedó sin voz en medio del cotejo, algo de lo que -por el momento- no merece duda alguna ya que la transmisión oficial aportó la información de que, al momento del desarrollo, el DT estuvo de pie, pero sin poder darle indicaciones a sus jugadores. Y el grito del gol agónico de Milton Giménez le habrá sacado la última fuerza que quedaba en su garganta.
El que sí apareció en la zona mixta para dar la cara y exponer su análisis fue nada menos que Leandro Paredes, que no es el capitán pese a su significancia, pero que terminó con la cinta puesta en su bíceps izquierdo cuando Edinson Cavani dejó el campo promediando el segundo período. Pese a la amargura por otro encuentro que no termina en triunfo, el volante del seleccionado nacional destacó la labor colectiva.
“Por cómo se dio todo, yo hoy veo que dejamos dos puntos en el camino porque creamos muchas situaciones que no pudimos convertir. Creo que ellos sí crearon en el primer tiempo un poco más, pero en el segundo se encontraron con el gol. No habían hecho nada”, se lamentó el N°5, que siguió profundizando sobre la mejoría que se observó.
“Hoy dimos otra imagen y era algo que teníamos que mejorar. Para nosotros era muy importante porque cuando no se dan los resultados hay que demostrar carácter y personalidad. Hoy creo que lo hicimos”, remarcó conforme con el juego y, sobre todo, la reacción tras el gol de Santiago Solari que alteró los nervios de la gente.
A propósito, culminó dedicándoles unas palabras: “Somos conscientes del momento. Seguramente, daremos en cada día, en cada entrenamiento, lo mejor de cada uno para salir de esta situación. Gracias por el apoyo de siempre, están ahí alentando más allá de todo”.
Mientras tanto, por el lado de Racing quedó el enojo con Ramírez por la infracción que cobró y derivó en el gol de la igualdad, a los 42 minutos del complemento. Si bien Martín Barrios punteó la pelota, su intento de quite incluyó un empujón sobre Giménez que al juez le bastó para sancionar la falta.
De todas maneras, Costas sí pudo encarar el intercambio con la prensa y no le tembló la voz para señalar al árbitro, algo que también ya había expuesto Facundo Cambeses antes de dejar el campo de juego. “Yo la veo desde el arco y para mí no es falta. Sabemos cómo es, lamentablemente, en estas canchas: te van llevando con las jugadas chiquititas y se hace difícil. Por eso da mucha bronca”. Costas, en cambio, expuso mayor bronca por recordar, incluso, un clásico pasado.
“Me gustó especialmente el primer tiempo. Fue un partido que teníamos manejado y, si estábamos finos, era para definir en ese momento. Después, en el segundo, pasó lo de siempre: cobraron foul, foul y foul. Porque ustedes vieron que no fue foul el del tiro libre. No es que lloramos, pero ya nos pasó…”, comenzó su descargo, ya sentenciando su punto de vista sobre la jugada previa al gol de Boca.
“¿Cuántas faltas nos cobraron a nosotros? 19 contra 6. Contra Independiente, el mismo árbitro, nos cobró 18 contra 2. Y bueno, te van metiendo, metiendo, metiendo. Más allá del desgaste grande, en el segundo tiempo el árbitro te fue con las chiquitas y nos amonestó a seis o siete jugadores (fueron cinco). Ya está. Ya sabíamos y es lo que siempre decimos: tenemos que hacer dos o tres goles para poder ganar un partido”, declaró el técnico académico, que maquilló con pequeñas risas -como acostumbra- su evidente furia contra Ramírez.